En el PJ neuquino hace más de un año que operadores y referentes de distintas líneas hablan con el vicegobernador Rolando Figueroa. Ese secreto a voces se develó con la foto en Bariloche de un Rolando más peronista que nunca, enarbolando la doctrina con los referentes de turno. “Con Rolo se puede hablar, articular”, dicen lo operadores, como explicando la trama de un armado que por ahora es la parte visible de un iceberg. Es decir, no se conoce si Figueroa dará batalla desde dentro del MPN para el 2019 y está juntando fuerzas que lo apoyen o si buscará un plan B con un armado por fuera. Más allá del clima de especulación, el MPN tiene un debate interno, pero sobre la coyuntura nacional. El problema es que la economía no mejora y este fenómeno está siendo capitalizado por la oposición. No sólo por el PJ, con Darío Martínez y compañía, sino por el propio Figueroa. Las internas las ganó Omar Gutiérrez, líder de la lista Azul, y en estos días salieron a cruzar al vicegobernador por una carta abierta donde llevaron la discusión del MPN al extremo. “O cambia o muere”, resumieron. Es difícil hablar del ocaso emepenista cuando se ha ido amoldando a las épocas, a pesar de sus vicios. No en vano implementó el voto electrónico en las internas, siempre cuestionadas por la falta de transparencia. Se entiende que un gobernador tiene más responsabilidades que un vice, por lo que la idea de un sector de la militancia de que Gutiérrez se estrelle contra Mauricio Macri no tiene una salida política estratégica. Plantarse puede ser sinónimo de rebeldía aunque no de inteligencia. Hay que medir tiempos. “Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse”, decía Marguerite Yourcenar en Memorias de Adriano.
Figueroa aprovecha el malestar de la economía para hacer campaña. Poco saben de su plan en el partido.
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