El director de LU5 habló de los nuevos desafíos de la emisora y asegura que lo más importante es cuidar el producto de cada uno de los programas.
Esteban D'Aranno es el director LU5 Radio Neuquén y suma ya siete años de trayectoria al frente de la emisora, que el último 10 de abril cumplió sus primeros 77 años de vida.
Una oportunidad que aprovechamos para preguntarle por su trayectoria en los medios nacionales y la visión prospectiva de la evolución del multimedio.
¿Cómo empieza tu relación con el mundo de la radio?
Yo soy de Moreno, del oeste del Gran Buenos Aires y mi relación con la radio empezó escuchándola. Lo primero que me acuerdo de la radio, es que en Radio Nacional, en el momento en que estaban surgiendo las FM y en que se apuntaba a la calidad y la fidelidad del sonido, todos los días, a eso de las ocho de la noche, ponían el tema “Así Habló Zaratustra” en la versión sinfónica de Richard Strauss. Este había sido parte de la banda de sonido de la película “2001, Odisea Espacial” y a mi papá le gustaba escuchar a todo volumen ese tema cuando lo pasaban. Por aquella época, las FM no llegaban con facilidad a todos lados. Mi papá había hecho instalar en unos hierros de las columnas de la parte del techo de casa, un sistema de antena, que consistía en unos tapones de cerámica, con una bajada a una antena de su equipo Sony, en lugar de utilizar la antena telescópica, y conseguíamos una recepción extraordinaria.
Me encantaba escuchar las programaciones de Mitre y de Continental y, posteriormente, descubrí el formato de las FM en las que florecían todos los formatos radiales más desenfadados, y así llegué a Radio Bangkok (programa emitido en la década del 80 en la emisora Rock & Pop de la ciudad de Buenos Aires y que significó un corte disruptivo en la historia de la radiofonía argentina). Yo la sintonizaba a la mañana, y un día que no tuve clases me quedé a escucharla tratando de discernir si lo que estaba oyendo era cierto o si se trataba de una broma o una parodia. A partir de ese día, me hice fanático y dejé clavado el dial en Rock and Pop.
¿Cuándo te involucrás con la radio como protagonista?
Mis primeros pasos en la Radio los di junto a Lalo Mir en el programa “Lalo Bla Blá” en Del Plata, que después pasa a Radio Mitre. Esa fue mi primera experiencia profesional en radio. Antes había hecho radio en Moreno y en San Miguel. Había empezado haciendo una pasantía en Éter, una escuela de comunicación social de Capital Federal, que era donde estudiaba. Todos los días hacíamos informes callejeros sobre alguna nota de la jornada para realizar posteriormente una asistencia de producción al aire. Cuando Lalo se va a Mitre, se incorpora Douglas Vinci y necesitaban gente que les escriba, así que me ofrecí a escribir los guiones que ya había empezado a hacer en mi etapa amateur cuando tenía mis programas en el Conurbano. Después fui también Productor Artístico de la radio.
Cuando falleció Néstor Ibarra, que nos tocó también dar esa noticia al aire, le ofrecieron a Lalo hacer la mañana y comenzó con el programa ‘Animados’ al que me sumé como guionista de Ariel Tarico durante 7 años en todo lo que hacía y en las salidas por en Radio Mitre, Radio Mitre Córdoba y en la ‘100’.
A raíz de conocer a Roberto Pettinato en el ‘Show de la Noticia’, también fui guionista de varias secciones de ese programa y en la tele en ‘Un Mundo Perfecto’. Después pude producir y ser el coordinador del programa ‘Encendidos en la tarde’ que hacía María Isabel Sánchez y Tato Young con Rolo Villar. Después pasé a ‘Vórterix’ y, de ahí, me vine para Neuquén. Llegue el 1° de julio del 2015, había salido un aviso publicado en un diario de Buenos Aires en el que buscaban un director para la radio. Yo ya conocía Neuquén porque mi mujer es de acá y conocía también LU5 porque era entonces, como lo es ahora, el sinónimo de “La Radio de Neuquén”.
¿Qué balance hacés de los dos últimos años de pandemia y su impacto en la vida de la radio?
Los años de pandemia en la radio fueron tiempos muy duros, aunque también de aprendizaje. Desde el principio, tuvimos que aprender a hacer la radio por teléfono. El primer mes y medio fue solo eso, con todo lo que implicaba en cuanto a la atención que el oyente tenía que poner para escuchar la radio. Porque uno tiene como más desarrollado el oído para escuchar coberturas telefónicas en la radio, tanto para transmisiones deportivas como para transmisiones especiales. Así que cuando escuchábamos la salida desde un teléfono, era como si no estuviéramos escuchando “radio”, como si cuando escuchábamos a quien salía se adivinara que no estaba en el estudio de la radio. De hecho, antes de la pandemia nos sonaba mal escuchar un audio de Whatsapp de un movilero porque parecía que no estaba en la calle.
Era tener que superar el impacto de hacer un programa completo con todo el equipo de la radio saliendo desde sus teléfonos con todos los problemas que también eso acarreaba. Nos angustiaba saber cómo estaba recibiendo realmente la gente la radio en esas condiciones, pero a nivel contenido sabíamos que continuábamos estando presentes en todos los hogares. Empezamos a tener mensajes más que nunca y, además, pasaba que los oyentes escuchaban más la radio porque la mayoría estaba en su casa y era en el momento en el que la audiencia prestaba mayor atención que nunca.
Después, con el tiempo, gracias al trabajo de investigación y de aprendizaje que hizo Chuvi López, surgió la alternativa de que la gente pudiera salir desde su casa, pero sonando como si lo hiciese desde el estudio. Con unos auriculares de buena calidad, con micrófonos unidireccionales que pudieran tomar en su mayoría, solo lo que estaba hablando la persona y no su entorno hogareño y a la vez encontrar la vía de conectividad con conexiones más óptimas para quienes trabajaban desde sus hogares, que fuera por cable para que no se cortara por cuestiones de wifi. Eso lo logramos a los dos meses de la pandemia, para el mes de junio aproximadamente. Finalmente, sumamos una herramienta más, una manera de tener la posibilidad de transmitir desde cualquier lugar sonando igual y saber cómo hacerlo, pudiendo incorporar un columnista desde cualquier sitio del mundo en donde esté.
Después, volver a la radio se convirtió en todo un aprendizaje nuevo, tras vivir dos años de no vernos personalmente, de no ocupar nuestros espacios habituales, de no estar cerca y de un montón de cosas que también van generando una dinámica a la que nos tenía acostumbrados el distanciamiento.
¿Cómo concebís a la radio en los próximos años?
Para mí es un desafío continuar haciendo radio tradicional, llegando a toda nuestra audiencia, acercándoles a nuestros oyentes lo que esperan. La Radio es servicio y es información. La gente escucha la radio para enterarse de lo que pasa y también para saber qué es lo que tiene que hacer, en relación a decisiones de su vida cotidiana como trámites, el clima, los pronósticos económicos. A pesar de los cambios tecnológicos, hay algo que no va a cambiar nunca, el contenido es el “rey”, entonces, el primer desafío es seguir haciendo buenos contenidos, y tienen que ser interesantes, para poder competir contra algo que antes no existía, que es la masividad del consumo de las redes sociales. Después vendrá la cuestión de la mejora tecnológica.
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