El PSOE mantuvo el 2º lugar y 3º emerge el partido de los indignados.
La participación fue del 73,21% y la abstención, de un 26,79%.
Al comparar los números de ayer con los obtenidos en las elecciones generales de hace cuatro años, los dos grandes afectados son el Partido Popular y el PSOE, que obtuvieron entonces el 44,62% y el 28,73% de los votos, logrando 186 y 110 diputados respectivamente. Estos comicios parecen poner en evidencia el desgaste de bipartidismo frente a la fortaleza de los partidos emergentes.
Tras unas elecciones históricas, las primeras tras el final de la hegemonía del PP y del PSOE, y las más reñidas de su historia democrática, el Parlamento de España presentará una importante fragmentación que obligará a pactos y alianzas, comenzando por la investidura del próximo jefe del Ejecutivo.
Los dos partidos tradicionales, aunque han caído mucho, han logrado mantenerse por delante de los dos partidos emergentes, pero van a tener grandes problemas para llegar a pactos con ellos. Más de 36 millones de españoles estaban llamados a las urnas para elegir a los 350 diputados al Congreso y a los 208 senadores de la XI Legislatura de la democracia.
Podemos, el partido revelación de ayer, nació al calor del movimiento de los indignados del 15 M, que en mayo de 2011 tomó las calles y plazas para exigir un cambio político y social ante el ajuste. Ese ajuste ha afectado sobre todo a la gente humilde y a muchos inmigrantes que han sufrido en los últimos años desempleo, pérdida de ayudas sociales y recortes.
El voto para el joven Iglesias -un presentador televisivo- parece haber sido sostenido por esos sectores, junto a la izquierda desencantada con el deslucido papel del PSOE en los últimos años.
El resultado
28,7%
obtuvo el Partido Popular
(en el gobierno) de Rajoy.
22,2%
fue el porcentaje para el
Partido Socialista (PSOE).
20,6%
consiguió el sorpresivo
Podemos de Iglesias.
13,9%
lo que cosechó el otro
emergente: Ciudadanos.
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