El clima en Neuquén

icon
32° Temp
33% Hum
La Mañana dosis

Las dosis de la esperanza

Esa aguja en el brazo del terapista simboliza un avance contra este virus que cambió nuestras vidas.

La imagen de esa fina aguja atravesando el brazo izquierdo de Julian Ivacachi, el médico terapista del hospital Castro Rendón que se convirtió en el primer trabajador de salud en recibir la dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus, marcó una luz de esperanza en el cierre del año en que vivimos (y aún estamos) en peligro.

Fue la primera de las 1800 dosis de la tan ansiada y esperada vacuna que se aplicó a los trabajadores de salud de cuatro ciudades de la provincia, que desde marzo se encuentran en la primera línea de batalla contra un COVID-19 que a nivel mundial ya provocó más de 83 millones de contagiados y más de 1,8 millones de víctimas.

Claro está que es el comienzo de esa luz de esperanza porque aún resta inmunizar a más de 14 mil trabajadores de la salud de la provincia, y luego a las personas que son grupos de riesgo: la población de más de 60 años, pacientes con patologías previas, docentes, entre tantos otros. Una verdadera epopeya científica.

La llegada de la vacuna Sputnik V de origen ruso a la Argentina generó todo tipo de sospechas, suspicacias y críticas, desde la impronta de relato futbolero que se le dio cuando despegó el avión en busca de las dosis al país liderado por Putin, hasta todo tipo de teorías políticas conspirativas.

Después de nueve meses de encierro, aislamiento, saludos a la distancia, dolor por los familiares y amigos muertos a los que no pudimos despedir, esa fina aguja en el brazo izquierdo de Julián, y de los que arriesgaron sus vidas y la de los suyos por cuidar la vida de todos, simboliza el comienzo de un final que no sabemos cuándo será, pero es un avance contra este maldito virus que cambió nuestras vidas.

Lo más leído