El regreso de los "lobos solitarios" yihadistas vuelve a sembrar el terror en París
Refuerzan la seguridad tras el asesinato del turista alemán en la Torre Eiffel. El atacante había jurado lealtad al Estado Islámico.
El ataque del sábado pasado que terminó con la muerte a puñaladas de un turista germano-filipino cerca de la Torre Eiffel, puso en alerta a las fuerzas de seguridad de Francia, que reforzó la vigilancia y los lugares más emblemáticos de la capital.
El país tiene una traumática historia de atentados yihadistas en los últimos años, y este caso demuestra que los llamados “lobos solitarios” siguen presentes.
El atacante del sábado pasado, identificado como Armand Rajabpour-Miyandoab, había jurado lealtad del Estado Islámico (ISIS), según revelaron las autoridades francesas.
De acuerdo al fiscal antiterrorista francés Jean-François Ricard, Armand "había grabado un vídeo antes de cometer el acto", en el que no sólo expresaba su vínculo con ISIS, sino también apoyaba la lucha yihadistas en África, Irak, Siria y Pakistán.
El vídeo fue publicado en su cuenta de la red social X (ex Twitter). Allí también se pueden ver publicaciones sobre Hamás, Gaza y Palestina.
Las autoridades europeas temen que la guerra entre Israel y Hamás reavive estos yihadistas “dormidos”.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, señaló que los servicios de seguridad de Berlín estaban “trabajando estrechamente” con París, y que admitió que “la guerra en Gaza después del acto terrorista de Hamás ha empeorado la amenaza”.
Faeser advirtió que "la amenaza del terrorismo islamista es aguda y grave" en Europa.
El ataque
De acuerdo a la información policial, el ataque de este sábado tuvo lugar alrededor de las 21.30, cerca del puente Bir Hakeim, una zona popular entre los turistas.
Rajabpour-Miyandoab, que estaba armado con un cuchillo y un martillo, atacó primero a tres personas de origen filipino. Luego, al grito de “Allahu Akbar” (“Dios es grande”) apuñaló al turista alemán de 23 años.
Un taxista intervino y trató de detenerlo, pero Rajabpour huyó a través del puente hacia el otro lado del Sena.
A esa altura comenzó a perseguirlo la policía, pero el agresor continuó corriendo mientras gritaba consignas en árabe y afirmaba que tenía un cinturón con explosivos.
En el trayecto golpeó a dos personas más en la cabeza con el martillo: un británico de 66 años y un ciudadano francés de 60 años. Ambos sufrieron lesiones.
Finalmente lo pudieron detener en una plaza, al dispararle con una pistola paralizante.
Según el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, el hombre había dicho que Francia era “cómplice” de “lo que Israel está haciendo en Gaza”.
Un joven con antecedentes
Armand tiene 26 años y es hijo de inmigrantes iraníes. Nació y se creció en la ciudad de Neuilly-sur-Seine, al oeste de París. Su familia, según señaló el fiscal, nunca tuvo “compromisos religiosos”.
Sin embargo, el joven se convirtió al Islam a los 18 años y rápidamente cayó en “la ideología yihadista, consultando vídeos y propaganda y estableciendo vínculos con combatientes activos en Irak y Siria”, afirmó el fiscal.
Estaba hace tiempo en el radar de los servicios de inteligencia por otros episodios. Incluso había cumplido cuatro años de prisión por planear un ataque islamista radical.
Fue liberado en 2020 y desde ese momento estuvo vigilado por los servicios de inteligencia por "radicalización persistente”.
A finales de octubre de este año, su madre dijo que estaba preocupada por su comportamiento, ya que estaba “encerrado en sí mismo”.
El ministro de Salud francés, Aurélien Rousseau, explicó que el sospechoso estaba “siendo monitoreado porque se suponía que debía seguir un tratamiento a raíz de problemas psiquiátricos”.
"Como suele ocurrir en estos casos, hay una mezcla de ideología, de personas fácilmente influenciables y, lamentablemente, de psiquiatría", agregó Rousseau
Alerta por nuevos casos terroristas
"No cederemos ante el terrorismo", escribió la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, en su cuenta de Twitter después del ataque de París. Lo hizo tras reunirse con los jefes de las fuerzas de seguridad y diseñar un plan de contención.
Las autoridades creen que casos similares se pueden repetir y por eso están en alerta máxima. Incluso coordinan con países vecinos para vigilar a sospechosos.
Francia ha sufrido varios ataques terroristas en la última década, incluido el ataque suicida y con armas de fuego de noviembre de 2015 en París, reivindicado por el grupo Estado Islámico, en el que murieron 130 personas.
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