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Encerrados, migrantes expulsados de Estados Unidos piden ayuda

En el hotel Decápolis, en Ciudad de Panamá, 299 migrantes deportados por EE.UU. se encuentran en "custodia temporal" bajo estrictas medidas de seguridad.

En un hotel de Ciudad de Panamá, cientos de migrantes que fueron deportados desde Estados Unidos se encuentran en una situación incierta. Mientras el lujoso hotel Decápolis, un refugio para turistas con vistas al mar y servicios exclusivos, ahora es un centro improvisado de "custodia temporal" donde 299 migrantes, entre ellos familias con niños, viven bajo estrictas medidas de seguridad.

Estos migrantes provienen de países como Irán, Afganistán, India y Pakistán, y su destino final es incierto.

El hotel Decápolis, que alguna vez fue un lugar de descanso para turistas internacionales, se ha transformado en un centro de detención temporal para migrantes deportados de Estados Unidos. A través de sus ventanas, algunos migrantes han mostrado mensajes de auxilio, como "Por favor, salva a las niñas afganas", o han levantado carteles con la palabra "help" (ayúdennos) escritos en letras rojas. A simple vista, la escena es de desesperación: ropa colgada en las ventanas y gestos de auxilio que sugieren que los migrantes se sienten atrapados.

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Los migrantes piden ayuda desde un hotel.

Los migrantes piden ayuda desde un hotel.

Mientras tanto, el gobierno de Panamá asegura que estos migrantes están bajo "custodia temporal" por su propia seguridad, pero la realidad es que, por más que se intente mostrar como una medida de protección, las condiciones de confinamiento han levantado alarmas. Los migrantes, quienes en su mayoría han cruzado varios países en busca de una vida mejor, se sienten cada vez más atrapados, ya que no se les permite salir, ni siquiera para comer, y les han negado el acceso a abogados.

Vidas a la espera de un destino incierto

Los 299 migrantes que llegaron a Panamá en tres vuelos provenientes de Estados Unidos la semana pasada fueron enviados por el gobierno estadounidense como parte de una política de deportación masiva de personas indocumentadas. Sin embargo, de estos migrantes, 171 aceptaron regresar a sus países de origen, mientras que 128 se niegan a ser enviados de vuelta por temor a represalias o persecución política.

Entre los que se niegan a regresar, hay una mujer iraní que, a través de un teléfono oculto, se comunicó con una mujer que reside en Panamá. Esta migrante expresó que el temor a ser devuelta a Irán es muy real, ya que enfrentaría persecuciones y represalias por el simple hecho de haber abandonado su país. La situación también es compleja para los migrantes que buscan asilo político, pues en Panamá no existe un mecanismo claro para este tipo de solicitudes.

La respuesta del gobierno y las tensiones diplomáticas

La situación de estos migrantes ha puesto al gobierno de Panamá en una posición difícil. En un comunicado, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, aclaró que estos migrantes están en el país bajo "custodia temporal" por razones de seguridad. Según el gobierno panameño, el país actúa como un "puente" para la deportación de migrantes que atraviesan el país en su intento de llegar a EEUU. A su vez, el gobierno panameño aseguró que los migrantes serán trasladados a otro campamento en la provincia del Darién si no desean regresar a su país de origen.

Este acuerdo fue alcanzado después de la visita de altos funcionarios estadounidenses, quienes presionaron al gobierno panameño para que acepte la llegada de migrantes deportados. Como parte de este acuerdo, Panamá se compromete a permitir el paso de los migrantes hacia su destino final, pero sin garantizarles un futuro seguro ni ofrecerles protección internacional, como lo haría otro tipo de país con una política migratoria más abierta.

¿Qué futuro les espera?

A pesar de las promesas de protección, la situación de los migrantes sigue siendo incierta. La Organización Internacional de Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) están trabajando con el gobierno panameño para brindar apoyo a los migrantes, pero el futuro de aquellos que se niegan a regresar a su país de origen sigue siendo un misterio. La opción de buscar asilo en Panamá parece remota, ya que el gobierno panameño no ofrece esa posibilidad. Por otro lado, el acuerdo con Estados Unidos ha puesto a Panamá en una situación compleja, ya que el país ha tenido que lidiar con la negativa de varios gobiernos a aceptar a sus propios nacionales deportados.

En las próximas semanas, podría llegar un nuevo vuelo de deportados a Costa Rica, otro país que también actúa como "puente" para los migrantes. Mientras tanto, los migrantes que permanecen en Panamá seguirán esperando un futuro incierto en un país que, aunque les ofrece un refugio temporal, no puede garantizarles una solución definitiva.

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