La sorprendente historia de Huang, el nuevo "amo de la inteligencia artificial"
Es inmigrante taiwanés en Estados Unidos y empezó lavando platos. Creó Nvidia, el gigante tecnológico de microchipos que vale más que Amazon y Tesla juntos.
La historia de Jensen Huang es claramente de estricta superación personal. Nada le resultó fácil, y sin embargo se convirtió en uno de los empresarios tecnológicos más exitosos del mundo, con una empresa como Nvidia, que hoy su valor supera a gigantes como Amazon y Tesla juntos.
Este ingeniero de 61 años logró proyectar una compañía que es furor en los mercados, ya que no para de crecer. Se lo considera “el amo de la Inteligencia Artificial”, porque sus microchips son la esencia del desarrollo de este recurso.
Las empresas de Estados Unidos y China, así como las de Elon Musk (Tesla,SpaceX), Jeff Bezos (Amazon) y Mark Zuckerberg (Facebook), dependen de él. Domina el 95% del mercado.
Claro que la rápida multiplicación del valor de Nvidia se explica por el entusiasmo despertado en torno a la inteligencia artificial y al hecho de que esta compañía es la proveedora de los chips que hacen posible esa tecnología.
Este mes, el valor de la empresa en Bolsa los 2,5 billones de dólares. Es la tercera empresa cotizada en Bolsa más valiosa del mundo. Supera a Alphabet, de Google, Amazon y Meta. Sólo está por detrás de Microsoft y Apple.
Es la tercera empresa cotizada en Bolsa más valiosa del mundo
La semana pasada, la compañía informó que sus beneficios alcanzaron en el primer trimestre del año los 14.900 millones de dólares, un incremento del 600% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Todo obra del genio de Huang, que se muestra humilde en su éxito profesional y comercial.
Quién es Huang
La historia de Jensen Huang estuvo atravesada por las complejidades de la inmigración y los desafíos de la vida moderna.
Nació en Taiwán, pero cuando era muy pequeño su familia se mudó a Tailandia buscando un crecimiento laboral.
Cuando los enfrentamientos entre el Gobierno tailandés y la guerrilla de izquierda se intensificaron a principios de la década del 70, sus padres enviaron a Jensen y a su hermano a Estados Unidos para protegerlos.
Llegó con 9 años y sin hablar una palabra en inglés. Los cobijaron unos tíos, también recientemente emigrados, pero con poco conocimiento sobre Estados Unidos.
Estos tíos, confundidos por las cuestiones idiomáticas, inscribieron a Jensen y su hermano en un instituto educativo llamado Oneida Baptist. Pero en realidad el lugar era una especie de reformatorio para chicos con problemas familiares.
A Jensen le asignaron el trabajo de lavar los baños. "Los chicos eran realmente duros. Todos tenían navajas de bolsillo y cuando había peleas, no era algo bonito. Los chicos resultaban heridos", recordó el empresario en una de las entrevistas a medios estadounidenses.
Pocos años después, los padres emigraron a Estados Unidos y se establecieron en Oregon, así que los chicos viajaron hacia allí para volver a vivir con ellos.
Fue en ese estado, en la ciudad de Portland, donde Jensen consiguió su primer trabajo formal en la cadena de Denny’s. Comenzó lavando platos y limpiando mesas.
"Excelente elección laboral. Recomiendo encarecidamente a todos que comiencen su primer trabajo en el negocio de restaurantes, les enseña humildad y a trabajar duro", sostuvo Huang.
"Mi primer trabajo antes de ser CEO fue lavar platos y lo hice muy bien", ironizó recientemente en una charla en la Stanford Graduate School of Business.
En Oregón estudió ingeniería electrónica, que lo maravilló por “la magia detrás” de las computadoras. También dice que tuvo “suerte” porque allí conoció a su esposa, Lori, quien era su compañera de prácticas de laboratorio.
La “magia” de Nvidia
Jensen siguió estudiando luego de recibirse. Hizo una maestría en ingeniería electrónica en la Universidad de Stanford, mientras trabajaba en distintas compañías tecnológicas.
En 1993, en plena ebullición de la tecnología, se une a dos amigos y fundan Nvidia, una empresa dedicada a producir microchips, durante un desayuno en un local de Denny’s.
Según cuenta, los tres se hicieron las siguientes tres preguntas: “¿Es este trabajo algo que realmente nos encantaría hacer? ¿Vale la pena realizar este trabajo? ¿Y es este trabajo algo realmente difícil de realizar?”.
"Hoy me hago esas mismas tres preguntas todo el tiempo. Porque no deberías hacer nada que no ames. Y sólo debes trabajar en las cosas de tu vida que importan", explica como filosofía.
Al principio la compañía no iba bien, pero en 1999 dieron un vuelto al lanzar la Unidad de Proceso Gráfico (GPU, por sus siglas en inglés), un tipo de microprocesador que permitió redefinir los juegos por computadora.
Hubo un salto enorme de la firma, así que decidieron seguir por ese camino, desarrollando cada vez mejores microchips. En los últimos años apuntaron a la inteligencia artificial, lo que disparó el precio de las acciones de Nvidia.
Su filosofía de trabajo, explica, es apostar por hacer cosas que considera importantes, incluso cuando no existe un mercado claro establecido.
"Encontramos inspiración no en el tamaño del mercado, sino en la importancia del trabajo, porque la importancia del trabajo es un indicador temprano del mercado futuro", explicó el multimillonario en la Stanford Graduate School of Business.
En esa línea de pensamiento, logró establecer en la empresa una estructura muy horizontal, con una comunicación transversal para poder obtener ideas en equipo.
"Liderar a la gente para que logre grandes cosas, inspirar, empoderar y apoyar a otros, esas son las razones por las que existe un equipo gerencial, para servir a todos los demás que trabajan en la empresa", afirma.
Actualmente se calcula que Huang tiene una fortuna de 92.000 millones de dólares, lo que lo ubica en el puesto 17 de los hombres más ricos del mundo, según la revista Forbes.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario