Hay más de 50.000 evacuados y 10.000 hectáreas quemadas. La sequía y el calor extremo, con temperaturas de 45 grados, alimentan las llamas.
Las llamas de los incendios arrasan grandes territorios en Grecia y amenazan Atenas.
Una serie de incendios forestales que avanzan hacia los suburbios de Atenas ha desatado el caos en la capital de Grecia, forzando la evacuación de miles de residentes mientras las llamas amenazan hogares, infraestructuras críticas y sitios históricos.
Las autoridades declararon el estado de emergencia en varias áreas alrededor de la ciudad, mientras los bomberos luchan por contener un desastre que se ha visto agravado por una ola de calor extremo y fuertes vientos.
Los focos de incendio se extienden en colinas cercanas a Atenas
Desde el fin de semana, los incendios han estado quemando grandes extensiones de terreno en las colinas y bosques cercanos a Atenas, donde se levantan sitios históricos invaluables. Ya se estiman en 10.000 las hectáreas quemadas.
En las últimas horas, el fuego ha llegado a las cercanías de varios barrios residenciales, lo que ha llevado a la evacuación urgente de más de 50.000 personas en municipios como Vari, Voula y Glyfada.
El frente del incendio forestal abarca unos 40 kilómetros. Por eso, los residentes recibieron instrucciones de abandonar sus hogares con poca antelación, en medio de un ambiente de creciente pánico y confusión.
Temperaturas extremas
El gobierno griego, encabezado por el primer ministro Kyriakos Mitsotakis, desplegó todos los recursos disponibles para hacer frente a la crisis. Más de 700 bomberos, junto con helicópteros y aviones de extinción de incendios están trabajando sin descanso para controlar las llamas.
"Nuestra prioridad es la seguridad de las personas. Estamos haciendo todo lo posible para proteger vidas y propiedades", dijo Mitsotakis en una declaración televisada, después de algunas críticas por la falta de recursos necesarios para este tipo de situaciones.
Los fuertes vientos expanden las llamas
Uno de las preocupaciones es que las condiciones climáticas vienen complicando los esfuerzos de las brigadas. Las temperaturas han alcanzado los 45° centígrados, y los fuertes vientos han hecho que el fuego se propague rápidamente, dificultando el control de los focos de incendio.
El humo ha cubierto gran parte de la capital, afectando la calidad del aire y provocando problemas respiratorios en algunos ciudadanos.
Entre los evacuados se encuentran tanto residentes locales como turistas que visitaban los sitios históricos. Los centros de acogida habilitados por las autoridades están desbordados, y muchas personas han tenido que buscar refugio en casas de familiares o amigos.
“Es una situación desesperante. Tuvimos que salir de nuestra casa sin saber si la encontraremos al regresar", comentó Maria Papadopoulos, una de las evacuadas, quien ahora se encuentra en un centro comunitario en el norte de Atenas.
La comunidad internacional ha respondido enviando ayuda a Grecia, con varios países europeos ofreciendo equipos de extinción de incendios y personal especializado. Mientras tanto, las autoridades griegas están evaluando los daños y planificando la reconstrucción de las áreas afectadas, aunque reconocen que la prioridad inmediata es contener los incendios y asegurar que no haya más pérdidas humanas.
Un problema que se repite
Los incendios forestales son un fenómeno recurrente en Grecia durante el verano, pero este año la situación ha sido particularmente grave debido a las condiciones climáticas extremas.
Atenas, una ciudad rica en historia y cultura, ahora se enfrenta a una de las pruebas más difíciles de los últimos años, mientras miles de personas ven sus vidas interrumpidas por un desastre natural que amenaza con dejar una huella indeleble en la región.
El año pasado hubo 28 muertos a causa de los incendios en Grecia
Algunos especialistas cuestionaron a las autoridades griegas por la falta de preparación ante este tipo de desastres. Si bien se implementaron medidas para mejorar la respuesta ante incendios, muchos cuestionan la eficacia de las mismas, especialmente en áreas rurales donde los recursos son limitados.
El año pasado, Grecia sufrió un fatal verano durante el cual decenas de incendios quemaron una cifra récord de 160.000 hectáreas y produjeron la muerte de 28 personas.
Los científicos afirman que el cambio climático hace que los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor, sean más frecuentes e intensos.
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