John Barnett iba a testificar en un juicio contra el gigante de la aviación, que está cuestionado por las fallas en sus aeronaves.
John Barnett, el exgerente de Boeing que denunció a la compañía aeronáutica.
La repentina muerte de John Barnett, un ex gerente de Boeing que denunció el uso de piezas de baja calidad en la fabricación de aviones, despertó sospechas en las autoridades de Estados Unidos que venían investigando al gigante de la aviación. La firma está en su peor momento, con una fuerte caída de sus acciones.
Boeing enfrenta un creciente escándalo a raíz de los problemas que están presentando sus aeronaves, con pérdida de piezas y roturas inexplicables, lo que afecta seriamente la seguridad de los vuelos.
Barnett había denunciado las políticas de la compañía para acelerar la producción de aviones, y se encontraba en Charleston, Carolina del Sur, para testimoniar en otra causa judicial vinculada a su trabajo en la empresa.
La primera versión policial habla de una muerte “autoinflingida”, pero tanto los abogados de Barnett como sus familiares negaron que tuviera un estado depresivo como para suicidarse, y pusieron en duda el primer diagnóstico.
Quién era Barnett y qué denunció
John Barnett tenía 62 años y fue encontrado muerto el sábado pasado en su camioneta, que estaba en el estacionamiento de un hotel de Carolina del Sur donde estaba alojado. Tenía una pistola en su mano.
Había trabajado para Boeing durante 32 años, hasta su jubilación en 2017, por lo tanto conocía perfectamente los métodos de fabricación de la compañía aeronáutica.
La figura de Barnett tuvo repercusión pública en 2019, cuando reveló a la cadena británica BBC que Boeing había acelerado la producción de sus aviones 787 Dreamliner, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros. Además, denunció que habían instalado piezas de mala calidad para bajar los costos.
Conocía bien esos aviones ya que fue gerente de calidad en una planta de Boeing en North Charleston, donde se producían los 787 Dreamliner, aeronaves muy empleadas especialmente en vuelos de larga distancia.
Según explicó, los sistemas de oxígeno de emergencia diseñados para esos aviones tenían una tasa de fallas del 25%. Esto era sumamente grave ya que implicaba que uno de cada cuatro aeronaves de ese tipo tenía el potencial de perder oxígeno rápidamente en caso de una descompresión súbita de la cabina, lo que podría poner en peligro a los pasajeros.
Boeing salió al cruce inmediatamente, rechazando sus acusaciones. Sin embargo, una revisión que llevó a cabo la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, sigla en inglés) avaló algunas de las preocupaciones planteadas por Barnett. Esto llevó a la empresa a tener que hacer varias correcciones en la fabricación.
El exgerente también reveló que después de su jubilación la empresa lo difamó y obstaculizó su progresión profesional por haber expuesto los problemas en la fábrica.
En los días previos a su muerte, Barnett había estado testificando en una demanda contra Boeing.
Rechazan un posible suicidio
Los abogados de Barnett, Robert Turkewitz y Brian Knowles, dijeron que "John estaba en medio del proceso de declaración en su caso de represalia como informante, el cual finalmente estaba llegando a su fin”.
“Estaba de muy buen humor y tenía muchas ganas de dejar atrás esta fase de su vida y seguir adelante. No vimos ningún indicio de que se quisiera quitar la vida. Nadie puede creerlo. La policía de Charleston debe investigar esto de manera completa y precisa y decirle al público lo que encuentre”, afirmaron.
Su familia también se pronunció en el mismo sentido. Sostuvo que Barnett "ansiaba ir a la corte y esperaba que eso obligara a Boeing a cambiar su cultura" de trabajo.
Siete incidentes en sólo tres meses
En lo que va del 2024, los aviones de la empresa Boeing sufrieron siete incidentes, algunos de ellos graves.
- 5 de enero: un Boeing 737 Max 9 de Alaska Airlines que estaba despegando de Portland tuvo una explosión y luego surgió una ráfaga de aire. Se había desprendido un tapón de la puerta del fuselaje. Se cree que no tenía los tornillos adecuados.
- 17 de enero: un Boeing 737 que estaba por despegar de Davos, Suiza, y donde iba el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, tuvo una pérdida de oxígeno.
- 18 de enero: un vuelo de carga de Atlas Air, que iba de Miami a Puerto Rico, realizó un aterrizaje de emergencia después de una falla en el motor interior del ala izquierda. Era un Boeing 747-8.
- 20 de enero: Un Boeing 757 de Delta Air Lines perdió la rueda delantera poco antes de despegar en el aeropuerto internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta. Iba a Bogotá, Colombia.
- 6 de febrero: los pilotos de un vuelo de United Airlines con destino a Newark “experimentaron el bloqueo de los pedales del timón durante el aterrizaje”. Era un Boeing 737 Max 8.
- 11 de marzo: un vuelo de un Boeing 777-300 de United Airlines que había partido de Sydney se vio obligado a regresar a las dos horas debido a un “problema de mantenimiento”.
- 11 de marzo: en este caso fue un Boeing 787 Dreamliner de LATAM que había partido de Australia y se dirigía a Nueva Zelandia. La aeronave tuvo una repentina caída debido a un “evento técnico”. Varios pasajeros resultaron heridos.
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