La mayoría de los países defiende el control humano sobre armas nucleares, pero China se niega a prohibir que las máquinas tomen decisiones en este ámbito.
Recientemente, Seúl fue el escenario de una cumbre internacional donde el tema de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito militar cobró protagonismo. La "Cumbre sobre la Inteligencia Artificial Responsable en el Dominio Militar" reunió a 90 países, que discutieron el futuro de la IA en la toma de decisiones estratégicas, especialmente en lo que respecta a armas nucleares.
Sorprendentemente, solo China decidió no respaldar la prohibición del uso de IA en estas situaciones tan delicadas.
La IA y el control de armas nucleares
El debate principal giró en torno a si las máquinas podrían tener el poder de tomar decisiones relacionadas con el uso de armas nucleares. La mayoría de los países asistentes, incluidos Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos y Ucrania, defendieron la necesidad de que los humanos mantengan el control total sobre estas decisiones. Acordaron que las decisiones relacionadas con armamento nuclear deben ser exclusivamente humanas, para evitar los peligros inherentes a que una máquina decida el destino de millones de personas.
Sin embargo, China se mostró en desacuerdo con esta posición. El gigante asiático se negó a firmar el "Blueprint for Action", un documento que subraya la importancia del control humano en cualquier acción militar relacionada con armas nucleares. Esta negativa generó preocupación entre los asistentes, ya que China se mostró en contra de las “aplicaciones de IA en el dominio militar éticas y centradas en el ser humano”, según el texto.
La negativa de China
La postura de China en la cumbre parece estar vinculada a la actual tensión geopolítica que enfrenta el mundo. A pesar de participar en las discusiones, China no quiso comprometerse con la idea de limitar el papel de la IA en decisiones tan críticas como el uso de armas nucleares. Rusia, por su parte, no participó en la cumbre debido al conflicto que mantiene con Ucrania, pero su postura, similar a la de China, es bien conocida en los foros internacionales. Ambos países parecen ver la IA militar como una ventaja estratégica clave, algo que no están dispuestos a ceder.
Kateyna Bondar, experta en tecnologías avanzadas del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, comentó durante la cumbre: “China y Rusia consideran que la IA militar es una ventaja crítica para su seguridad nacional”. Esta visión está respaldada por la constante evolución de las tecnologías de IA en sus fuerzas armadas, con drones y otros dispositivos autónomos que reducen la intervención humana.
La carrera por el liderazgo en IA
La negativa de China a firmar el acuerdo refleja sus ambiciones en el ámbito de la IA militar. De acuerdo con un informe del Departamento de Defensa de EE.UU., China busca superar a Occidente en investigación de IA para 2025 y posicionarse como líder mundial para 2030. Este objetivo no solo afecta al ámbito militar, sino también a su estrategia geopolítica y económica. El informe destaca cómo el país asiático está fusionando esfuerzos entre los sectores militar y civil para fortalecer sus capacidades en IA.
Además, Pekín está invirtiendo considerablemente en la adquisición de tecnología avanzada de IA y robótica para dotar a su ejército de las herramientas más modernas. Esta prioridad estratégica está impulsada por la necesidad de mantenerse competitivo en un escenario global cada vez más dominado por la tecnología. El conflicto en Ucrania ha demostrado la importancia de la IA en las guerras modernas, donde drones mejorados con IA desempeñan un papel crucial.
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