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Neuquén de ayer y hoy: imágenes que marcan el desarrollo de la ciudad

La capital provincial cumplió 117 años y su crecimiento quedó marcada en diferentes rincones.

Volver a recorrer Neuquén luego de leer este artículo será un viaje hacía otro tiempo, un paseo por los 117 años de historia de la cuidad capital, que todavía conserva intactos algunos de los vestigios de su pasado reciente.

Hace un tiempo se viralizó un texto en que el autor plasmaba sus recuerdos adolescentes reviviendo un recorrido que empezaba por las calles del centro: “Ayer a la tarde salí para el centro. Pasé por 'Las Delicias' y me pedí un helado de chocolate y vainilla, ahí son más baratos que en 'Copacabana'. Después, me fui piola por la vereda mirando las carpas de 'Ferisur'. Pare en Hevia a mirar un traje que nunca me iba a comprar y seguí camino al kiosco “Catedral” que estaba lleno de colimbas en la vereda, otros adentro estaban jugando al pool. En “Vitral” me quedé parado viendo como los viejos bohemios de Neuquén tomaban un café en sus mesitas cuadradas y diminutas. Me crucé a la Biblioteca Alberdi y pasé de largo, jamás había entrado a sacar un libro".

"En la puerta de “El Ciervo” me quedé mirando las tortas que exhibían en la entrada. En el “Cine Español” leyendo el programa, pensé en invitar a alguna chica a ver las dos películas de la matiné pero solo fue un segundo, ya que me llamó la atención la gata angora de la Librería “Siringa”, que se acomodaba para dormirse amodorrada en la vidriera. Seguí unos pasos para ver los souvenirs turísticos de Neuquén, que nunca compré y hoy me gustaría tener. Después viendo las guitarras en la vidriera y al Zorro sentado al piano en “Todo Música”, dos días antes lo había encontrado en “La Ochava” cuando había ido a sacarme fotos. Me crucé a la “Espacial” y me senté a esperar en el paredón mientras miraba de lejos un grabador doble casetera que tenían a la venta en Casa Fernández. Y así se me pasó el día, esperando que llegara la noche para recorrerla pero esa es otra historia, que merece otro capítulo y que ya vendrá", sigue el mensaje.

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El autor de estas palabras es Palito Galaz, un neuquino que se crio en el Barrio Villa Florencia. El relato pasó de su teléfono, a las redes sociales, luego un locutor radial lo hizo relato y un fotógrafo le puso imágenes.

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“Yo iba a jugar al Pool a “Old Melody” y después a desayunar a Zacoga. También habría que recordar el Bar Fedra”, escribió un usuario de Facebook que comentó el texto de Galaz. Otra personas aportó que cuando era muy pibe y venía a Neuquén desde Senillosa "no dejaba de pasar por 'La Mosca Loca' o 'Piccolo 22' a comerse unos lomitos o unas pizzas a la noche en 'Gran Prix', cuando no a jugar al ajedrez en Zoia". También se mencionaron “El Club del Soldado” y la “Calesita Espacial” y la lista de recuerdos siguió creciendo.

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En esas palabras de decenas de neuquinos que compartieron la publicación se arma un mapa del Neuquén de los sesenta, de los setenta, de los ochenta y los noventa, que van aparecieron como piezas de un rompecabezas histórico que todos podemos ir armando.

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Otra manera de recorrer la ciudad es a través de los carteles de los hitos históricos, cuyas fotografías de época y textos explicativos, nos ayudan a transportarnos inmediatamente, a los episodios que sucedieron en el mismo lugar en donde estamos parados.

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No será difícil imaginar al Neuquén cuya Comisión Fundadora llegó a la ciudad en Tren, a los primeros colonos que describían la zona como un caserío de lucecitas distantes y perros ladrando y por supuesto el mítico traslado de la Capital desde Chos Malal sobre el que debería hacerse una película.

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