¿Corralones hackeados por el dólar blue?: la postura de un comercio de la región

“Todo aumenta todos los días”. Ese es el comentario con el que el vendedor de un reconocido corralón de la ciudad le explica a uno de sus clientes que el precio que hoy le están dando por cierto producto, mañana podría verse afectado por algún aumento.

Con esa idea que “todo aumenta todos los días”, en la mente de los argentinos ronda la idea que el 100% de los productos que se adquieren están atados a la cotización del tan nombrado dólar blue o dólar informal, el cual prácticamente dúplica el valor del dólar oficial. Sin embargo, desde ese mismo corralón confiaron a LMN que no es real que todo se rija por esos valores, por lo menos en ese rubro, ya que salvo todo lo relacionado a hierros, el resto de los productos que comercializan no se compran a precio dólar.

“Esto es una opinión propia, pero a mi entender hay muchísima especulación, además de otros factores. La mayoría de materiales importados, como los de ferretería, son los están atados al dólar. No al blue, sino a ciertos dólares financieros dadas las restricciones para conseguir dólar oficial. En tanto, todo lo relacionado a corralón no se adquiere en dólares y ahí es donde hablamos de especulación, porque en todas las corridas cambiarías que se dieron, los proveedores de ese rubro dejaban de tomarnos pedidos hasta que todo se acomodaban más o menos. Obviamente que cuando todo se normalizaba, se normalizaba con sus respectivos aumentos”, explicó Nahuel, a cargo del corralón Tronador de Cipolletti, el cual ya tiene más de una década en la ciudad.

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En cuanto al acaparamiento de productos (adquirir productos sin ponerlos a la venta) -el que parece ser otro factor que incrementa los precios generando la idea de faltante, dándole mayor valor a los pocos que sí están en circulación- Nahuel negó que eso ocurra en el corralón.

“Desde hace un par de años decidimos no hacer más acopio más productos. Si lo tenemos, lo vendemos, principalmente porque le tenemos que responder a los clientes del día a día. Además, el acaparamiento es un arma de doble filo, a menos que seas un comercio muy grande, que cuentes con un espacio para guardar todo”, afirmó.

Con este escenario, todo indicaría que el consumo en el rubro podría volverse selectivo (comprar un mes cemento y otro mes aberturas), pero desde ese comercio confiaron que ocurre todo lo contrario. “Las personas ya llegan al local pidiendo que le actualices el precio que le diste en una anterior oportunidad, es decir que ya están abiertas a la posibilidad que se haya dado un aumento”, comentaron respecto del comportamiento de consumo de sus clientes.

Y agregaron: “En épocas de inflación galopante, la gente deja de comer afuera o deja de comprarse pilcha para poder poner ladrillos. Y esto tiene dos lados para nosotros: uno bueno y uno malo. Por el lado bueno, al rubro le va bien porque la gente busca resguardar su efectivo por lo menos en la construcción; y por el lado malo, es que seguramente al corralón en ese momento le conviene más tenerlo guardado que venderlo, porque al intentar reponerlo puede salirle mucho más caro”.

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Entendiendo que sus listas de precios están constantemente variando, desde el corralón aseguraron que el estrés está presente en el día a día, al punto de comenzar a prepararse para otra corrida: “Siendo un año electoral, en los próximos meses pueden pasar cosas. Creemos que en agosto, para las PASO, esto será ‘sangriento’, y ni hablar octubre. Van a ser meses súper difíciles”, concluyeron desde el comercio, anticipándose a lo que se viene.