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La Mañana Benito

El popular Benito rompe el silencio y le pide ayuda a su querida Cipolletti

Repasa su historia y explica por qué prefiere la vida de vagabundo a la rutinaria, llena de obligaciones. Hasta opina del superclásico.

Tan reacio a vivir bajo techo, a los compromisos y obligaciones rutinarios como a exponerse mediáticamente, esta vez es el propio Benito Alarcón quien se acerca sorpresivamente a este cronista para plantear una necesidad y pedir ayuda a la población en general.

Esa pinta de tipo rudo que se banca el día a día en condiciones muy adversas, se contrapone con una voz suave, casi juvenil, que de ninguna manera refleja los 58 años que acusa su DNI más allá de que su aspecto físico sí los justifiquen largamente.

De los personajes urbanos más populares de la ciudad, pues callejea todo el día a lo largo y ancho de Cipolletti sin molestar a nadie. Y hasta en cierto punto se le valora su particular y extrema elección de vida, teniendo en cuenta que sus allegados aseguran que es él quien prefiere más la onda “vagabundo” que el mundo “real”, cargado de corridas y presiones del resto.

“Me gusta la libertad”, le confiesa por si hiciera falta a este medio durante la breve pero sentida y profunda charla.

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Cada tanto aparece afeitado y bien aseado y es porque pasó a ponerse prolijo por lo de una sobrina. Pero afirma su entorno que no lo pueden retener más de un par de horas que él ya pide calle, reclama su hábitat natural, regresa a su lugar en el mundo…

Allí en la puerta de los bancos de calle España permanece firme como rulo de estatua, esperando la limosna diaria. En esta ocasión le hace falta algo más que un “pedazo de pan”, un vaso de agua o las monedas que suele recibir de los clientes de las entidades crediticias y de los transeúntes en general.

El mismo se encarga de contarle a LM Cipolletti su imperiosa y básica necesidad y se prende en un lindo e inusual intercambio, en el que habla a corazón abierto y se muestra como un ser sensible y simple.

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Para que esté todo bien, Benito necesita calzado. Foto Antonio Spagnuolo.

Para que esté todo bien, Benito necesita calzado. Foto Antonio Spagnuolo.

“Un par de zapatillas necesito. Siempre ando por el centro y por todos lados, camino bastante”, explica y su calzado, se nota a la legua, lucen muy gastados y en mal estado.

El dato que no puede faltar, entonces, es el talle: “43 o 44 me vendrían muy bien”, agrega el hombre del pelo blanco y barba del mismo tono. Quienes deseen tenderle una mano, lo ubican fácilmente en esa zona céntrica (España entre Roca e Irigoyen).

Fiel a su estilo, no anda con pretensiones y, en su defecto, también acepta zapatos. “Zapatillas, zapatos, da igual de última. Mientras sean cómodas para caminar”, aclara esbozando una tímida sonrisa.

Cuesta sacarle las palabras, no está acostumbrado a hablar con la gente y menos con un medio de comunicación. Pero le pone toda las ganas, rompe el silencio y se confiesa como pocas veces antes.

“La gente suele ayudarme, así que yo agradecido”, acota y un nene que pasa junto a su madre no deja de mirarlo.

“¿Si también acepto ropa? Lo que me preocupa son las zapatillas. ¿Un corte o afeitada en peluquería? Por ahora no, estuve cortándome el pelo en lo de una pariente la otra vez, me fui a cortar porque lo tenía largo”, señala como sin querer abusar en su pedido.

Se refiere a la vez que a través de Miguel Parra la imagen se hizo viral.

Ama la soledad

Sin domicilio fijo, por las noches suele deambular por distintos sitios y actualmente revela que duerme “por calle Venezuela, cerca de Circunvalación, a la orilla del canal, tengo un par de colchones, duermo por ahí”.

Consultado sobre por qué optó por independizarse de tal forma, alejarse de casi todo lo que lo rodea y hacer la suya, reconoce: “Soy solitario, esto es lo mío, lo que me gusta…”.

También se anima a confiarnos detalles de su vida privada y sentimental. “He tenido parejas pero ya no, prefiero seguir solo”, cuenta sin renegar del pasado pero claramente “en otra”.

Seguidamente reconoce que hay más personas en situación de calle por la crisis y que los indigentes no lo agreden “por ahora”.

Y hasta se lo nota con nostalgia al mirar hacia atrás y expresar que “me crié en el barrio Don Bosco, toda una vida en esta ciudad. Recuerdo los carnavales, también que jugaba al fútbol. Cada tanto algún recuerdo se me viene a la mente”.

El superclásico

Por supuesto que Benito, como todo futbolero, no se privó de opinar del River-Boca que se viene por la Copa de la Liga Profesional.

“Soy de Boca, le tengo fe, hay que andar bien siempre contra River… A Cipo hace mucho que no lo sigo”, dice y hace lugar para que pase una señora en silla de ruedas.

En el final, reitera: “Agradecería conseguir un par de zapatillas, algún borcego”.

¡Vení, lector/a, vení, ayudemos todos a Benito!

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El popular Benito charló a corazón abierto.

El popular Benito charló a corazón abierto.

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