Vecinos que viven en el lugar hace diez años o más reclaman a Gobierno que solucione el problema de la luz y regularice el barrio en la meseta.
Vecinos de un asentamiento de la meseta reclaman al Gobierno provincial y la Municipalidad de Neuquén que regularicen el sector y resuelvan el problema de la luz. Dicen que hace diez años o más que viven en el sector y la luz es "una vela" que se apaga todo el tiempo. Tanto es así que no pueden refrigerar sus alimentos, lavar la ropa y realizar otras tareas del día a día, para vivir con dignidad.
Se trata del sector conocido como El Mirador, ubicado en Colonia Rural Nueva Esperanza, al límite con Centenario. Cerca hay un basural y la plata potabilizadora del EPAS. Contratasta con otro asentamiento que ya fue regularizado (Loteo 34), aunque lleva mucho menos tiempo en la zona. "Tiene pilares de luz y están hace un año. Era la toma que se había formado en Casimiro Gómez y la reubicaron", contó Micaela Ormeño, en diálogo con LMNeuquén.
Pues bien, los vecinos del Mirador reclaman iguales condiciones para acceder a los servicios básicos y tener así una vida digna. Primero tuvieron inconvenientes con el agua. Ahora y desde hace un mes, la situación más crítica tiene que ver con el suministro de la energía eléctrica. "No anda nada. La luz es una vela, muy baja. No tiene potencia. Sube y baja. No podemos enchufar nada ni conservar alimentos en la heladera. Se nos pudre la comida", aseveró la vecina consultada.
Dijo que la energía eléctrica que reciben solo sirve para alumbran en la noche. Fuera de eso, no puede contar con el servicio para realizar las tareas más rudimentarias de una casa, como lavar la ropa y refrigerar los alimentos. "Yo salgo a comprar todos los días, porque si no, todo se me pudre. Pero tampoco puedo estar así", comentó.
Reclaman la regularización
Por tanto, el asentamiento irregular espera los mismos beneficios que los vecinos reubicados de Casimiro Gómez.
Tiene varios sectores, incluida una parte que le denominan "Choconcito" porque está ubicada lindera a una planta potabilizadora del EPAS que tiene una laguna de purgue, con paisaje de totoras en medio de la meseta inhóspita.
Son más de 360 terrenos diagramados por los mismos vecinos, con un relevamiento propio que hicieron los habitantes para entregar a la dirección de Tierras de la comuna. Con la reubicación de la toma Casimiro a menos de 2 kilómetros del lugar, los vecinos comenzaron a exigir los mismos beneficios: la luz en condiciones de legalidad, provisión de agua y la regularización dominial.
"Nosotros no queremos nada gratis, queremos vivir dignamente como los otros barrios que tienen acceso a los servicios", expresó Ormeño.
El Instituto Provincial de Vivienda y Hábitat (IPVU) avanzó en su momento con el relevamiento del lugar a fin de ordenar el asentamiento. Incluso hubo reuniones con la gente que vive en el lugar. Sin embargo, todavía no se avanza con el acceso a los servicios.
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