Septiembre, un mes muy especial para la historia de Neuquén
Las efemérides con hechos importantes que marcaron el rumbo de la capital y la provincia se cruzan desde la fundación de la ciudad, en 1904.
Si hay un mes que condensa la esencia de la ciudad de Neuquén, es septiembre. No solo porque el 12 se celebra el aniversario de la capital -que este 2025 cumple 121 años desde su fundación-, sino porque a lo largo de los días de este mes se encadenan fechas y recuerdos que marcaron la vida de un pueblo joven, pero de raíces profundas.
En aquel septiembre de 1904, Neuquén era apenas un caserío incipiente que buscaba afirmarse en el paraje Confluencia, la llanura ventosa donde el río Limay se encuentra con el Neuquén. La llegada del ferrocarril había abierto las puertas al progreso y alentado la instalación de los primeros vecinos. Se trataba de familias de empleados del correo, comerciantes, trabajadores del tren, jornaleros y algunos funcionarios que, con más sueños que certezas, levantaban las primeras casas de madera, ladrillos y adobes. La gente del pueblo se preparaba para la gran jornada del 12 de septiembre, día en que se oficializó la fundación de la ciudad y en el que las autoridades, encabezadas por el gobernador Carlos Bouquet Roldán, dieron inicio a un pueblo que no dejaría de crecer.
Hechos importantes en la antigua Neuquén
Pero septiembre no se agotaba en esa fecha. Solo unos días después, el 16, pero de 1916, nacía el club Pacífico, el más antiguo que sigue funcionando en la capital. Fue impulsado por empleados del correo y del ferrocarril, quienes buscaban un espacio de encuentro, recreación y compañerismo, en medio de una vida marcada por la distancia y la soledad del territorio.
El 17, el gobierno realizó la primera entrega de lotes a vecinos, un acto que significó mucho más que la distribución de tierras: fue el comienzo del trazado urbano, la expansión del caserío y el inicio de una comunidad más organizada de lo que era. Cada lote representaba el sueño de una familia que empezaba a echar raíces en la joven capital.
El escudo de Neuquén, Talero, Catro Rendón y Don Jaime
Los días siguientes también traen memorias de hombres y símbolos que marcaron el rumbo de Neuquén. El 19 se conmemora el Día del Escudo Provincial, creado por Mario Aldo Mástice a partir de la provincialización del territorio en 1958. El 20 se recuerda el nacimiento de Eduardo Castro Rendón, médico que dedicó su vida a la salud pública y cuyo nombre lleva hoy el hospital más importante de la provincia. El 22 confluyen dos evocaciones: el fallecimiento de Eduardo Talero, abogado y escritor colombiano que dejó una huella intelectual y política en los albores de la ciudad, y el nacimiento en 1854 de Carlos Bouquet Roldán, el primer gobernador neuquino y figura decisiva en la organización del territorio.
Finalmente, el mes se cierra con una fecha de enorme significado espiritual y social: el 30 se cumple un nuevo aniversario de la llegada de Jaime de Nevares, el primer obispo de Neuquén. Su ceremonia de asunción en catedral marcó el comienzo de una etapa en la que su voz se alzaría en defensa de los derechos y de la justicia social.
Así, septiembre no es un mes más en el calendario neuquino. Es un tiempo de memoria y de celebración, donde se entrelazan la fundación de la ciudad, la organización de sus instituciones y el recuerdo de personajes que le dieron forma a su identidad. Cada aniversario, cada nombre y cada símbolo construyen el relato de un pueblo que, desde aquel lejano 1904, aprendió a mirar hacia adelante sin olvidar las raíces y esfuerzos que hicieron tantos hombres y mujeres para el progreso de la ciudad que hoy es la más importante de la Patagonia.
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