Las pruebas pendientes por el transfemicido de Azul Semeñenko: celulares, sangre y el DVR
Determinaron que las manchas de sangre halladas en la camioneta del acusado son humanas. La fiscal busca corroborar si se conocían previamente.
La investigación por el transfemicidio de Azul Semeñenko comenzó de manera formal tras la imputación a Roberto Daniel Sánchez, detenido luego de los allanamientos en su vivienda del barrio Toma La Familia. La fiscalía tiene por delante cuatro meses de trabajo para reconstruir lo ocurrido en la madrugada del 25 de septiembre, cuando Azul fue vista por última vez con vida.
También es parte de la investigación lograr determinar cómo realizó el descarte del cuerpo de Azul. De acuerdo a lo relevado hasta el momento en las cámaras de seguridad, el 26 de septiembre a la madrugada, Sánchez cargó un objeto pesado en la camioneta y luego se dirigió al sector del canal de desagüe en Trenque Lauquen y Pergamino.
El plazo, que se extenderá hasta febrero, fue solicitado por el fiscal jefe Agustín García y la fiscal del caso, Guadalupe Inaudi, quienes argumentaron que aún restan medidas claves: relevamiento de cámaras de seguridad, pericias sobre teléfonos celulares, apertura del DVR secuestrado e identificación de la sangre humana encontrada en la casa, la gomería y la camioneta, así como reconocimiento de prendas de vestir, una cartera y un par de aros.
Cómo continuará la investigación por el transfemicidio de Azul Semeñenko
“Es complejo reconstruir lo que ocurrió entre cuatro paredes”, explicó Inaudi en diálogo con LU5 este miércoles por la mañana. “Estamos frente a una acción tan violenta que requiere analizar los resultados de la autopsia, el contexto en el que se encontraba Azul y las pruebas obtenidas en el lugar", mencionó.
Hasta el momento, toda la evidencia recolectada "nos permite sostener la calificación de homicidio triplemente agravado por ensañamiento, odio al género y por mediar violencia de género, en función de la Ley de Identidad de Género que obliga a respetar la identidad elegida de las personas”.
En este sentido, Inaudi destacó el trabajo de criminalístico de la Unidad de Servicios Periciales, también de Homicidios del departamento de Seguridad Personal, que desarrolló una exhaustiva tarea en el marco del allanamiento del 18 de octubre.
"Se realizó un amplio detalle con el test para ver si eran de sangre humana, dio positivo; en armas blancas también. Después, con el reactivo Bluestar, conocido como luminol, se detectó sangre lavada, también en la requisa vehicular", detalló e informó que las muestras de sangre se enviaron al laboratorio para evaluar si se puede determinar si tiene material genético suficiente para determinar si pertenece a Azul.
Durante la audiencia de formulación de cargos, Sánchez no declaró. Su defensor, Ezequiel Leanza, se opuso a la calificación legal propuesta por la fiscalía y planteó, en cambio, un homicidio bajo estado de emoción violenta o de manera subsidiaria, homicidio simple, alegando una discusión en un contexto de consumo de alcohol y drogas. Pero el juez avaló la calificación agravada y dictó ocho meses de prisión preventiva, entendiendo que no existen evidencias que sustenten una versión atenuada de los hechos.
Al contrario, remarcó la saña en las más de 25 puñaladas que recibió Azul, fracturas que evidencian que intentó defenderse, así como el odio en la manera en que se descartó del cuerpo. Todo fue parte de los fundamentos de las medidas de coerción como riesgo de fuga y entorpecimiento a la investigación.
En los próximos meses, los investigadores buscarán determinar si Azul y Sánchez se conocían previamente o si el encuentro en Félix San Martín y Santa Cruz fue casual. La información clave, o la ausencia de conexión, podría estar en los teléfonos encontrados en la casa del imputado. Cabe recordar que la investigación durante la desaparición de la trabajadora estatal determinó que el celular de Azul marcó dos últimas conexiones el día de su cumpleaños a las 4.20.
Hasta el momento, la teoría fiscal es que no se conocían previamente. Las cámaras de seguridad muestran a Azul saliendo de su casa, cruzando la avenida Mosconi hacia la zona donde solía ejercer el trabajo sexual. Se observa luego cómo una camioneta pasa, vuelve a circular y se detiene: Azul se acerca y sube.
Las pruebas con reactivo Bluestar —conocido como luminol— confirmaron la presencia de sangre humana, incluso en zonas que habían sido limpiadas. También se secuestraron armas blancas y se detectaron rastros en la camioneta del imputado.
“Son pericias complejas, pero fundamentales para sostener la calificación”, explicó Inaudi. Si los resultados confirman lo que se presume, la causa podría avanzar a la etapa intermedia —el control de acusación— antes del juicio.
La fiscalía anticipó que, si prospera la hipótesis del transfemicidio triplemente agravado, el caso será juzgado por un jurado popular y la pena prevista es prisión perpetua, única e indivisible que contempla el Código Penal.
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