El 26 de abril de 1986 se registró, en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, el peor accidente de su tipo de la historia.
El 26 de abril de 1986 se registró, en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), el peor accidente en materia nuclear de la historia, al explotar la planta de Chernobyl.
Además, junto con el accidente nuclear de Fukushima en Japón en el año 2011, es considerado como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (accidente mayor, nivel 7). También es incluido entre los grandes desastres medioambientales de la historia.
Con el fin de aumentar el uso de la energía nuclear, el gobierno de la Unión Soviética decidió encarar en 1972 un ambicioso proyecto y comenzó la construcción de una central nuclear, la de Chernóbil, que en 1977 se convirtió en la planta más potente del mundo y 11 años más tarde causó el mayor desastre medioambiental de la historia.
La central Vladímir Ilich Lenin, en Chernóbil, fue uno de los proyectos más prestigiosos de la época. Poseía 4 de los 13 reactores RBMK-1000 entonces construidos a nivel mundial. Además, conllevó la construcción por parte del gobierno soviético de la ciudad de Prypiat, conocida en ese entonces como "la ciudad del futuro", destinada a albergar a los trabajadores de la planta y sus familias.
En 1977 comenzó a funcionar el primer reactor y al año siguiente se puso en funcionamiento el segundo. Ya desde 1978 circulaban rumores acerca de la rapidez de la construcción -diseñada y dirigida por el arquitecto Víktor Bryukhanov- y se sembraban las primeras dudas sobre la calidad de los materiales.
El 9 de septiembre de 1982, con los cuatro reactores funcionando, ocurrió una fusión parcial de la base en el reactor número 1. Sin embargo, este incidente no se hizo público hasta 1985, por decisión de las autoridades soviéticas. Luego de varios meses se reparó el problema y continuó funcionando.
El 26 de abril de 1986 ocurrió una explosión del hidrógeno acumulado en el reactor número 4, lo que provocó el accidente nuclear más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES, por su sigla en inglés) alcanzando el nivel 7, el máximo de la escala. Es considerado uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.
En febrero de 1986, el ministro de Energía y Electrificación ucraniano había declarado a la revista Life Sovietica que "las probabilidades de una fusión (nuclear) son una en cada 10.000 años. Las plantas tienen controles seguros y fiables que las protegen de cualquier rotura con tres sistemas de seguridad".
El viernes 25 de abril, como estaba previsto, comenzó una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico. Los reactores comenzaron a funcionar a plena potencia, normalmente, dirigiendo el vapor de la energía a ambas turbinas de los generadores. Dado que la prueba era observar la dinámica de los reactores RMBK con flujo de potencia limitada, los operadores comenzaron a reducir la potencia.
Doce horas más tarde se logró bajar la potencia del reactor al 50 por ciento, pero con un nivel tan bajo, los sistemas automáticos podían detener el reactor por el peligro que representaba, por lo que los operadores desconectaron el sistema de regulación de la potencia, el sistema de emergencia refrigerante del núcleo y otros sistemas de protección.
A las 00.00 del 26 de abril, Aleksandr Akimov, el jefe de turno de la unidad encargada de la prueba notó una drástica disminución en la potencia del reactor (1500 MWt a 30 MWt ) y ordenó a los operadores abortar la prueba. Sin embargo, Anatoly Dyatlov, ingeniero jefe adjunto, insistió en seguir adelante y les ordenó quitar manualmente más barras de control.
El núcleo del reactor, que para las 00.28 ya estaba siendo invadido por xenón, disponía de 170 barras de control y -a pesar de que el protocolo de seguridad exigía que hubiera siempre un mínimo de 30 barras bajadas- los operadores dejaron solamente 8. Siendo la 1.03 se conectó la cuarta bomba de vapor al circuito de la derecha y a la 1.19 los operadores bloquearon el apagado automático debido a que el bajo nivel de agua y la pérdida de las dos turbinas podría suspender la prueba.
Como el reactor es altamente inestable cuando su núcleo se llena de agua, los operadores intentaron controlar el flujo del agua que volvía de la turbina de forma manual, algo muy complejo, dado que los pequeños cambios de temperatura causaban grandes fluctuaciones de energía.
Este procedimiento no tuvo éxito y a la 1.21 comenzaron a caer bloques de más de 300 kilos en los canales de combustible de la capa protectora superior, y unos segundos mas tarde (1.21:40) cayó abruptamente la presión en los tambores de vapor.
A medida que se calentaba el agua, las burbujas ingresaron a las bombas de circulación y comenzó a registrarse ebullición en el reactor. Fue entonces cuando, a la 1.23:40, Akimov anunció la emergencia, mientras en el panel de control se indicaba que no había flujo de agua y el fallo de las bombas.
Cuatro segundos más tarde (1.23:44) se produjo la explosión del reactor 4. Cuando alcanzó 120 veces su potencia máxima, todos los combustibles radioactivos se desintegraron y la presión excesiva generada por el vapor de agua (que debería ir a las bombas de refrigeración que ya no funcionaban) comenzó a circular por los tubos. Un segundo más tarde la tapa de 1.000 toneladas fue levantada por la presión, el oxigeno del aire alcanzó al reactor y provocó un gran incendio de grafito.
A su vez, el hidrógeno del agua hizo contacto con los tubos de combustible y se produjo una segunda explosión que voló la tapa, lanzando fragmentos de grafito y combustible nuclear fuera de la central y facilitando que el polvo radiactivo ascendiera a la atmósfera.
Se estima que la cantidad de material radiactivo liberado fue 400 veces superior al de las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial. La explosión mató instantáneamente a 31 personas y provocó la evacuación repentina de toda la ciudad.
En total, 600 mil personas, entre trabajadores, bomberos, militares, mineros o personal sanitario, recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. De los cuales más de 100.000 fallecieron en años posteriores a consecuencia de la exposición radiactiva. Además, se estima que más de cinco millones de personas vivieron en áreas contaminadas.
Después del accidente, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que desempeñaron aproximadamente 600 mil personas denominadas liquidadores en las zonas circundantes al lugar del accidente. Se aisló un área de 30 km alrededor de la central nuclear conocida como zona de alienación, que aún sigue vigente.
Tras prolongadas negociaciones con el Gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió el cierre definitivo de la central, completado el 15 de diciembre de 2000.
En noviembre de 2016, 30 años después de la tragedia, se inauguró un nuevo sarcófago, al que se denominó "nuevo sarcófago seguro" (NSC, por sus siglas en inglés), una estructura móvil, la mayor construida hasta la fecha en el mundo, en forma de arco de 110 metros de alto, 150 de ancho y 256 de largo y más de 30 mil toneladas de peso.
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