Les confiscan la mercadería, pero vuelven a instalarse en la calle.
[email protected]
La situación se repite semana a semana, los agentes municipales sancionan, y a los pocos días las mismas personas buscan un nuevo espacio y reinstalan su puesto como si nada hubiese pasado. Francisco Lebed, director de Calidad Alimentaria, contó que por semana se incautan entre 500 y 600 kilos de frutas y verdura de estos puestos ilegales, un número importante que eleva al mes la cifra de casi dos mil kilos de alimentos que se decomisan.
Según relató, son personas de nacionalidad boliviana que es muy difícil identificar: "No todos son de la ciudad, hay muchos de Centenario y de Plottier". Tampoco son personas que tengan su puesto en las ferias los fines de semana y luego reparten su tiempo en las calles: "Si se ponen en la vía pública pierden su lugar en la feria", aclaró Lebed.
Los vendedores no son sólo de Neuquén. De muchas localidades vecinas vienen a ofrecer sus productos en la vía pública de la capital.
Multas en la nada
No hay cifras, pero se estima que serían unos 20 puestos que van rotando por distintos puntos de la ciudad a medida que son desalojados por los inspectores municipales. Por lo general, son puestos muy concurridos por la gente del barrio y también de la zona que elige estos lugares porque están al paso, sobre calles troncales y manejan precios similares a los de las ferias, en un contexto donde la fruta y verdura aumentó en el último cuatrimestre casi un 50 por ciento.
Consultado sobre la viabilidad de las multas a estas personas cuando hacen los controles, Lebed dijo que es muy difícil sancionarlos económicamente porque son personas que no se identifican y, como la mayoría de los operativos se hace sin la policía de la provincia, ellos como municipales no pueden pedir documentos.
"En nuestros operativos nos preocupan dos cosas: una es la cuestión de salubridad de estos comercios ambulantes porque no tienen ningún tipo de control de lo que venden y la otra es la lealtad comercial. Ellos se instalan cerca de comercios que pagan sus impuestos, el alquiler de los locales y no es justo", opinó el director de Calidad Alimentaria.
Los operativos tampoco son sencillos porque, si bien llegan por denuncia de comerciantes, los dueños de los puestos suelen resistir a los decomisos de manera hostil. También se encuentran con los clientes que defienden a sus vecinos comerciantes y suelen agredir a los inspectores: "Pasamos por situaciones muy feas y muy agresivas", contó Lebed.
Donaciones con lo que se confisca
Por lo general, cuando la fruta y verdura está en buen estado, el Municipio la entrega en donación a instituciones. Pero esta entrega no se puede hacer hasta que el juez de Faltas no libera el oficio, y en épocas de verano cuando más se ven este tipo de comercios ilegales la comida se termina pudriendo. Con el frío se mantiene en estado y se realizan las donaciones.
No quieren saber nada con pasar al mercado formal
La solución que encontró el Municipio ante el panorama de los verduleros ambulantes fue convencer a los que venden su producto en la calle en forma ilegal que se pasen al mercado formal.
"Les explicamos que poner una verdulería no es tan complicado y que es uno de los rubros con menos exigencias en lo que son las instalaciones de un local", explicó Francisco Lebed, director de Calidad Alimentaria.
Según explicó, con algunos lo lograron y hoy tienen su comercio en la ciudad, pero otros son muy reacios y es imposible dialogar con ellos.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario