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La Mañana demencia

Alerta: estos son los síntomas de la demencia temprana

Este trastorno, que afecta a personas menores de 65 años, provoca un deterioro acelerado en funciones cognitivas esenciales.

La demencia de inicio temprano representa un trastorno que afecta a individuos menores de 65 años, marcando un impacto profundo en sus vidas. Este tipo de demencia se caracteriza por un deterioro progresivo en capacidades fundamentales, como la memoria y la atención.

A diferencia de la demencia senil, que suele aparecer en etapas más avanzadas de la vida, la demencia temprana presenta desafíos únicos y severos para quienes la padecen, ya que interfiere en su capacidad para desempeñarse en entornos laborales y sociales. En este artículo, se exploran las características de esta enfermedad, los factores de riesgo asociados y la importancia de la prevención.

Demencia: un desenlace agresivo

El desarrollo de la demencia de inicio temprano tiende a ser más agresivo que el de la demencia senil. Aquellos que sufren de esta condición pueden experimentar síntomas más graves y una progresión más rápida de la enfermedad. Esto se traduce en dificultades cotidianas que afectan no solo el trabajo, sino también la vida familiar y social de la persona. La carga emocional que enfrenta tanto el paciente como sus seres queridos resulta abrumadora, ya que el impacto del trastorno se extiende más allá de los síntomas cognitivos, afectando la calidad de vida en general.

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Los síntomas tempranos de la demencia son fundamentales para controlar la enfermedad.

Los síntomas tempranos de la demencia son fundamentales para controlar la enfermedad.

Los especialistas recomiendan un enfoque proactivo para identificar y abordar los factores de riesgo asociados con la demencia temprana. Recientemente, investigadores de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, llevaron a cabo un estudio que abarca más de 356.000 personas menores de 65 años, el cual se presenta como el análisis más completo hasta la fecha sobre esta enfermedad. David Llewellyn, uno de los científicos involucrados, destacó que este avance proporciona medidas concretas que pueden tomarse para reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad degenerativa.

Factores de riesgo identificados

El estudio de la Universidad de Exeter identificó diversos factores de riesgo vinculados a la demencia de inicio temprano, tanto genéticos como derivados de hábitos de vida poco saludables. Entre los factores genéticos se encuentran variantes del gen ApoE4, asociadas con el Alzheimer, que también pueden influir en el desarrollo de la demencia temprana. Sin embargo, es importante subrayar que muchos de los factores de riesgo son modificables y, por lo tanto, se pueden gestionar activamente.

El abuso de alcohol, la diabetes, la depresión, la discapacidad auditiva, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades cardíacas y un déficit de vitamina D aparecen entre los factores más destacados. Además, el estudio señala que aquellos con un nivel socioeconómico bajo y aquellos que experimentan un alto aislamiento social presentan un mayor riesgo de padecer este trastorno. La identificación de estos factores es crucial para la implementación de estrategias de prevención.

Hacia una prevención efectiva

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Especialistas proponen programas estratégicos para para reducir el riesgo de demencia.

Especialistas proponen programas estratégicos para para reducir el riesgo de demencia.

La buena noticia es que, según el neuroepidemiólogo Sebastian Köhler, muchos de los factores de riesgo asociados con la demencia de inicio temprano son modificables. Esto significa que cada persona tiene la capacidad de tomar decisiones que podrían mejorar su salud cerebral. Cambios en la dieta, reducción del consumo de alcohol y la inclusión de alimentos ricos en vitamina D son algunas de las acciones que pueden llevarse a cabo para mitigar el riesgo.

Es esencial fomentar un estilo de vida saludable, que no solo considere la alimentación, sino también la actividad física y el mantenimiento de conexiones sociales. La prevención de la demencia temprana no solo beneficia al individuo, sino que también tiene un impacto positivo en su entorno familiar y social. Al adoptar un enfoque integral hacia la salud mental y física, es posible no solo reducir la incidencia de esta enfermedad, sino también mejorar la calidad de vida de aquellos que se encuentran en riesgo.

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