La conflictividad social y las convulsiones políticas en la provincia que más petróleo produce en el país tienen su coletazo en la industria, especialmente en el último eslabón de la cadena de valor: las pymes.
POR DAVID MOTTURA - [email protected]
El miércoles por la madrugada, un grupo que se identificó con el gremio petrolero de Chubut arremetió contra los docentes que hacía tres semanas cortaban las rutas hacia los yacimientos. Los estatales reclaman en toda la provincia el pago de sueldos en tiempo y forma, no con el sistema “escalonado” que aplicó el gobernador Mariano Arcioni dadas la severas dificultades financieras de la provincia. Así, llegó a su punto máximo una crisis que tiene coletazo en la industria petrolera.
Chubut necesita dólares para cubrir sus gastos corrientes y pagar una deuda que ronda los u$s 1000 millones, siendo el sector hidrocarburífero el más importante del distrito que timonea Arcioni: un tercio de los ingresos son fruto del petróleo Escalante que sale del sur provincial. Los docentes, con el fin de hacer oír su reclamo, golpearon donde más duele y se instalaron en las rutas de Comodoro Rivadavia que llevan a los operarios hacia los yacimientos.
Sin desconocer el contexto de crisis política y conflicto social que vive esa provincia, vale destacar cómo impactó en la cadena de valor el prolongado corte de ruta. Las pymes quedaron entrampadas en el sistema puesto que si no trabajan, no cobran el servicio. Estas tercerizadas afrontan el pago de sueldos e inversiones, pero su única vía de ingresos es el contrato que tienen con la operadora de la concesión.
Luces de alerta
YPF fue la primera que hizo temblar aún más a la cuenca: el lunes comunicó el pase a stand by de cuatro equipos perforadores, nueve workover y nueve pulling en sus activos en Chubut. Pan American Energy (PAE) cambió los diagramas de trabajo 10 días antes, anticipándose a que el conflicto se prolongaría. Toda una industria paralizada por 17 días ante los piquetes y el reclamo de los estatales.
Mientras tanto, algunas empresas pudieron hacer llegar personal a las locaciones en camionetas por caminos alternativos o incluso bordeando la playa para tareas operativas mínimas y de mantenimiento. Sin embargo, los trabajos que requerían traslado de grúas, hierros y flota pesada variada no tenían más alternativa que cruzar la Ruta Nacional 3.
El secretario adjunto del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut, Carlos Gómez, comentó: “La consecuencia directa del paro es que vamos a cobrar un 50% o 40% del sueldo”. En la Uocra también temen descuentos significativos. Una posibilidad es que en septiembre se pueda salvar dado que las contratistas adelantaron facturaciones;sin embargo, en octubre habrá empresas con números rojos en sus cuentas corrientes.
Cuenca alicaída
La cuenca del Golfo San Jorge, cuyo epicentro es la ciudad de Comodoro Rivadavia, viene de un desplome de su actividad. En 2016, cuando el barril internacional de petróleo tocó un piso de 23 dólares, Chubut fue la provincia que más sufrió por tener un fuerte perfil exportador.
El lado de la cuenca que le pertenece a Santa Cruz superó el paso porque el 70% de las áreas son de YPF, que vendía su producción al mercado interno con el entonces “barril criollo”.
PAE, que controla el gigante Cerro Dragón, domina la escena en Chubut y envía al exterior entre un 30% y un 40% de su producción de petróleo del tipo Escalante (con una calidad de 24 API).
El año pasado, desde la provincia se exportaron más de 50 mil barriles de crudo desde la terminal portuaria Termap, en el barrio comodorense de Caleta Córdova.
La industria petrolera ha luchado en los últimos tiempos contra contingencias de distinta índole: de mercado (el precio del crudo en 2016), climáticas (el temporal de Comodoro Rivadavia en 2017) y sociales (el actual conflicto político y sindical en la provincia).
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