Cuál es la verdadera edad de tu gato: la fórmula que usan los veterinarios para calcularla
Expertos explican cómo transformar la edad felina en equivalente humano. A diferencia de los perros, el cálculo es particular.
Determinar la edad real de un gato en comparación con la de una persona no solo es un dato curioso, sino que también permite ajustar su alimentación, actividad y cuidados médicos. Según los veterinarios, existe una fórmula precisa para convertir los años felinos en equivalentes humanos y comprender mejor su etapa de desarrollo.
A diferencia de los perros, el cálculo felino es particular. El primer año de vida equivale a 15 años humanos, el segundo a 9 más, y a partir del tercero, cada año suma alrededor de 4 años humanos.
La fórmula se resume en:
- 1 año = 15 humanos.
- 2 años = 24 humanos.
- 3 años = 28 humanos.
- Cada año extra = +4 humanos.
Con este método se puede determinar si el gato es un joven adulto, un adulto pleno o un felino senior, lo cual es clave para sus cuidados. Conocer la equivalencia permite ofrecerle una alimentación adecuada, chequeos veterinarios y calidad de vida según su etapa.
10 señales que los dueños de un gato no deberían ignorar
Detectar cuando nuestros gatos tienen dolor o pueden estar siendo afectados por una enfermedad no siempre es una tarea sencilla, ya que el origen y la personalidad de los felinos hace que tengan una tendencia natural a ocultar signos de enfermedad.
Aunque no sea fácil, hay algunos comportamientos que pueden indicar que los gatos están atravesando algún tipo de dolencia. Cambios en el apetito, en los hábitos de uso de la caja de arena, letargo y un comportamiento o rutina diferente pueden llamarte la atención.
Es importante para eso que los dueños de gatos estén familiarizados con estos detalles para poder buscar atención veterinaria cuando sea necesario, ya que el origen de los gatos (sus antepasados son los gatos salvajes africanos) hace que suelan ocultar sus enfermedades o dolencias, algo que era clave para evitar parecer débil ante los depredadores.
Diez síntomas de enfermedad en los gatos
Respiración bucal: si tu gato jadea cuando en realidad debería estar relajado, ya que no atraviesa por una situación de estrés, esa respiración abierta en los gatos puede ser síntoma de algo serio: incluso insuficiencia cardíaca y algunos tipos de cáncer. La dificultad para respirar necesita ser tratada con urgencia.
Incapacidad de evacuar u orinar: si a tu gato se le hace imposible orinar o evacuar, hay que ir al veterinario. Este síntoma podría ser causado por un bloqueo urinario, algo que es muy peligroso. Por eso si tu gato no logra expulsar las heces, aunque puede que esté estreñido, es mejor asegurarnos y llamar al veterinario.
Vómitos continuos o diarrea grave: los vómitos ocasionales y la diarrea es algo habitual en todas las mascotas. Pero si tu gato vomita o tiene diarrea varias veces seguidas y no come, está apagado y no lo ves como siempre, es posible que haya tragado algo que no debe o sufrir una condición metabólica.
Síntomas para estar atento a la salud de tus gatos
Letargo o colapso: si tu gato deja de moverse, se esconde durante largos períodos o le cuesta reaccionar a los estímulos, debería visitar de emergencia al veterinario.
Pérdida del apetito: si tu gato se muestra casi siempre hambriento y de pronto pierde el interés por la comida y el agua, podría tener obstrucciones intestinales, algún órgano que no esté funcionando bien u otras enfermedades. Es importante que no ignores la pérdida de apetito de tu gato.
Descenso de peso sin explicación: si tu gato perdió peso sin haber cambiado su estilo de vida, algo no está bien. Podría ser porque no está comiendo como lo hace habitualmente, de por sí una señal de alarma, o ser el síntoma de una enfermedad como diabetes, hipertiroidismo o parásitos.
Maullidos o quejidos en exceso: algunos gatos pueden expresar su malestar a través del maullido. Si tu gato “habla” más de lo normal o si sus maullidos suenan diferente, podría ser una señal de que está experimentando dolor o malestar. Es recomendable planear una visita al veterinario.
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