La fecha engaña: cuáles son los alimentos que se pueden comer después del vencimiento
Especialistas explican por qué muchos productos siguen siendo seguros y qué hay que mirar antes de descartarlos.
Abrir la heladera o la despensa y encontrar alimentos con la fecha vencida genera una reacción casi automática: tirarlos. El temor a una intoxicación o a un problema de salud pesa más que cualquier otra consideración. Sin embargo, especialistas en nutrición y medicina advierten que la fecha impresa en los envases no siempre marca el límite de seguridad.
Con información adecuada y algunos criterios básicos, muchos alimentos pueden consumirse sin riesgo y evitar así un descarte innecesario.
Organismos sanitarios y profesionales de la salud coinciden en que una parte importante del desperdicio doméstico se origina en la confusión entre vencimiento y consumo preferente. Entender esa diferencia, sumada a una correcta evaluación visual y olfativa, permite tomar decisiones más razonables en la cocina cotidiana.
Qué indican realmente las fechas de los envases
Las agencias regulatorias de alimentos explican que la mayoría de las fechas impresas en productos envasados se relacionan con calidad, sabor o textura, no con seguridad sanitaria. Solo en casos específicos, como algunas fórmulas infantiles, el vencimiento funciona como un límite estricto.
Las leyendas “fecha de venta”, “consumo preferente” o “mejor antes de” suelen cumplir una función comercial o informativa para el punto óptimo del producto. Eso no implica que el alimento se vuelva peligroso al día siguiente. Según médicas especializadas en salud familiar y nutrición, las fechas tienden a ser conservadoras, especialmente en productos secos, pasteurizados o enlatados.
El almacenamiento resulta un factor central. Temperatura, humedad y estado del envase influyen más en la seguridad que el número impreso. Un alimento guardado en condiciones adecuadas, con su envase íntegro y sin exposición al aire, puede mantenerse apto más allá de lo indicado por el fabricante.
El criterio sensorial como principal aliado
Antes de descartar un producto vencido, especialistas recomiendan aplicar una evaluación básica apoyada en los sentidos. Aspecto, olor y textura ofrecen señales claras sobre el estado real del alimento. La presencia de moho visible, líquidos extraños, colores alterados o aromas desagradables indica deterioro y obliga a desecharlo.
En productos enlatados, el envase merece una atención especial. Latas abolladas, hinchadas, oxidadas o con pérdidas representan un riesgo y no deben abrirse. En cambio, si la lata se encuentra en buen estado y el contenido luce normal, suele ser seguro incluso tiempo después de la fecha indicada.
Este enfoque, avalado por clínicas y centros médicos internacionales, reduce el desperdicio y promueve un consumo más consciente. Tirar alimentos solo por la fecha, sin otros indicios de deterioro, conduce a pérdidas económicas y ambientales evitables.
Alimentos que suelen durar más de lo esperado
Diversos alimentos básicos conservan su seguridad durante meses o incluso años si se almacenan correctamente:
-Pasta seca: por su bajo contenido de humedad, puede consumirse hasta un año después de la fecha impresa, siempre que no presente moho, insectos u olores extraños.
-Mermeladas sin abrir: mantienen su estabilidad gracias al alto contenido de azúcar y acidez. En envases cerrados y en lugares frescos, suelen ser seguras varios meses después del vencimiento. Una vez abiertas, el tiempo se acorta y la refrigeración resulta clave.
-Mayonesa sin abrir: resiste bien el paso del tiempo debido a su acidez y al proceso de envasado estéril. El principal signo de descarte aparece cuando el olor se vuelve rancio o la textura se separa de forma anormal.
-Leche pasteurizada: el margen posterior a la fecha ronda varios días si el envase permanece cerrado y refrigerado. Olores ácidos o grumos indican que ya no es apta.
-Leches vegetales de larga duración: sometidas a ultra pasteurización, pueden durar semanas o meses sin abrir si se conservan en lugares frescos y secos.
-Arroz, las legumbres secas y las sopas enlatadas figuran entre los productos más estables. La falta de humedad y el sellado industrial dificultan el desarrollo microbiano, lo que permite su consumo durante largos períodos, siempre que el envase esté en buen estado.
-Cremas de frutos secos también presentan buena tolerancia al paso del tiempo. Pueden perder calidad sensorial, pero no suelen representar un riesgo sanitario si no muestran olor desagradable ni sabor rancio.
La evidencia médica coincide en un punto central: la fecha de vencimiento no reemplaza al criterio. Con atención al almacenamiento, revisión sensorial y conocimiento básico, muchas familias pueden consumir alimentos vencidos sin riesgo, reducir el desperdicio y tomar decisiones más informadas en la cocina diaria.
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