La preocupante predicción de Bill Gates: "En una década los humanos serán innecesarios"
El fundador de Microsoft explicó la la IA reemplazará tareas y profesiones que hacen las personas. Las dos profesiones que podrían desaparecer.
La tecnología avanza a pasos agigantados, y con ella crecen tanto las oportunidades como las inquietudes. En este sentido, en una reciente declaración sobre la cada vez más utilizada Inteligencia Artificial (IA) y cómo afectará a la vida de los seres humando, Bill Gates lanzó una predicción tan impactante como inquietante.
"Dentro de diez años, la mayoría de las tareas humanas podrán ser realizadas por inteligencia artificial", afirmó durante su paso por The Tonight Show con Jimmy Fallon, y lo reafirmó luego en una conversación en la Universidad de Harvard junto al profesor Arthur Brooks.
Las predicciones más fuertes del Bill Gates
Lejos de ser una frase suelta, el cofundador de Microsoft ofreció una visión completa y perturbadora de lo que se avecina: una sociedad donde la IA será omnipresente, gratuita y potencialmente más eficiente que cualquier ser humano.
Para Gates, esta tecnología representa el siguiente gran paso de la revolución digital, incluso más decisiva que la llegada del ordenador personal. "La inteligencia será completamente libre", pronosticó, abriendo una puerta hacia un futuro en el que el conocimiento dejará de depender de los expertos humanos.
La inteligencia artificial será "gratuita" y omnipresente, guste o no
Uno de los conceptos más provocadores que planteó Gates es el de la "inteligencia gratuita". No se trata de un software sin coste, sino de un acceso universal a capacidades cognitivas de alto nivel, como diagnósticos médicos, enseñanza personalizada o asesoramiento jurídico, sin necesidad de expertos humanos.
"Es algo muy profundo e incluso un poco aterrador... porque está ocurriendo muy rápido, y no hay un límite superior", confesó Gates durante su intervención en Harvard.
La IA gana terreno en la vida cotidiana
Este crecimiento exponencial de la IA, que aprende y se adapta de forma autónoma, amenaza con dejar obsoletos muchos roles humanos. Y lo más inquietante es la velocidad: los avances no se miden en décadas, sino en meses.
Entre los sectores que más rápido verán el impacto de la inteligencia artificial, Gates señaló dos pilares fundamentales: la educación y la medicina."Imaginamos tutores digitales que enseñen, motiven, detecten debilidades y se adapten en tiempo real al alumno", describió, señalando que ya no se trata de pizarras inteligentes, sino de pedagogía algorítmica.
En el ámbito sanitario, la transformación será aún más profunda. La IA podrá procesar datos genéticos, clínicos y científicos para ofrecer diagnósticos con una precisión superior a la de los médicos actuales. "La escasez de médicos podría convertirse en un problema del pasado", anticipó Gates, con optimismo para un mundo donde el acceso a la salud deje de ser un privilegio para convertirse en un derecho automatizado.
¿La IA es una amenaza al empleo humano?
No todos comparten el optimismo mesurado de Bill Gates. Mustafa Suleyman, CEO de IA en Microsoft y autor de The Coming Wave, advirtió que la IA no solo complementará el trabajo humano, sino que lo reemplazará. "Esta ola tecnológica tendrá un efecto enormemente desestabilizador", declaró y alertó sobre una disrupción sin precedentes en la estructura del empleo global.
Suleyman también reconoce el potencial de crecimiento económico que representa la IA, pero insiste en su carácter "sustitutivo del trabajo". En su visión, estamos frente a una transición hacia un nuevo modelo productivo, en el que millones de puestos podrían desaparecer sin una alternativa clara.
Para Gates, la pregunta ya no es tecnológica, sino ética. "A veces, cuando empoderas a los humanos, no siempre se dirige en la dirección correcta", señaló con preocupación. Hizo referencia a cómo las redes sociales, lejos de unir, han amplificado discursos falsos y extremistas. En este contexto, la IA podría potenciar tanto lo mejor como lo peor de la humanidad.
Aunque el magnate no describe un futuro distópico, sí reconoce la necesidad urgente de regulación, educación digital y responsabilidad global. Su mensaje final es claro: la IA tiene el poder de democratizar la excelencia o de profundizar desigualdades. Todo dependerá de quién tome las decisiones y con qué propósito.
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