No es Egipto: el país con más pirámides te sorprenderá
Hay un país que supera ampliamente a Egipto en cantidad de pirámides, con más de 200 monumentos que guardan un legado aún desconocido para muchos.
Aunque Egipto suele asociarse con las famosas pirámides, Sudán alberga un mayor número de estas construcciones, remanentes del antiguo reino de Kush. Con entre 220 y 255 pirámides, Sudán supera a Egipto, que cuenta con 118 estructuras de este tipo.
Las edificaciones sudanesas representan un legado de la civilización kushita, un imperio que ocupó territorios desde Egipto hasta Sudán durante el siglo VIII a.C.
El origen de las pirámides en Sudán
El reino de Kush emergió como una de las principales potencias de su época. Durante la 25ª dinastía, el rey Piye lideró la invasión de Egipto y ordenó construir su tumba en forma de pirámide en un cementerio cercano a la capital kushita, El-Kurru. Esta decisión marcó el inicio de una tradición funeraria que perduró durante siglos. Más de 41 reyes y otros miembros destacados de la sociedad kushita eligieron este tipo de monumento como su lugar de descanso final.
Con el tiempo, la capital del reino se trasladó a Meroë, donde se construyeron más de 200 pirámides entre el siglo III a.C. y la caída del imperio en el siglo IV d.C. Estas estructuras, más pequeñas y empinadas que las egipcias, se encuentran dispersas por el desierto sudanés, principalmente en Meroë, Nuri y El-Kurru.
El redescubrimiento y el saqueo
Las pirámides kushitas permanecieron olvidadas durante siglos hasta que en 1830 el explorador y saqueador Giuseppe Ferlini llegó a la región. Durante su expedición, Ferlini destruyó algunas de las estructuras en busca de tesoros, causando daños irreparables. Su descubrimiento, aunque lamentable, atrajo la atención del mundo hacia estas construcciones, destacando su importancia histórica y arqueológica.
El estado de las pirámides de Sudán refleja tanto su antigüedad como las dificultades del país para proteger este patrimonio. La falta de recursos y los conflictos en la región limitaron los esfuerzos de conservación, lo que pone en riesgo la preservación de estas estructuras. A pesar de estos desafíos, las pirámides sudanesas siguen siendo un recordatorio del legado del reino de Kush, un imperio que compitió con Egipto en poder y esplendor.
Estas construcciones ofrecen una perspectiva única sobre las prácticas culturales y funerarias de la antigua civilización kushita y representan un capítulo menos conocido de la historia de África, cuya riqueza arqueológica continúa sorprendiendo al mundo.
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