Condenaron al ladrón del asalto a la joyería Silio
La Cámara en lo Criminal Nº 2 dispuso una pena única y definitiva de 12 años de prisión para el delincuente.
Neuquén > La Cámara en lo Criminal Nº 2 condenó a la pena única y definitiva de doce años de prisión a un individuo identificado como Sebastián Herrera, por ser penalmente responsable del delito de robo calificado.
El hecho fue cometido en las primeras horas de la mañana del 10 de junio del año pasado, en perjuicio de la joyería Silio ubicada en la calle Juan B. Justo al 500.
El tribunal estuvo integrado por los magistrados Héctor De Dominiche, Víctor Andrada y Héctor Rimaro, este último en carácter de subrogante.
El juicio oral y público que debía ser debatido durante dos días se convirtió en un juicio abreviado, toda vez que hubo conformidad entre el fiscal de Cámara, Pablo Vignaroli, y el defensor del acusado, Carlos Tejeda, al parecer, para la calificación del delito y el castigo para el incriminado.
Es así que, llegado el momento de sostener su conducta penal por el robo a la joyería, el fiscal pidió cuatro años de prisión, condena que fue aceptada por la defensa y por el imputado, sin mayores trámites.
En la sentencia, que fuera leída ayer al mediodía, se unificó la sanción reclamada por Vignaroli con una pena impuesta al imputado el 2 de julio de 2009 por la Cámara en lo Criminal de Zapala, que caduca el 27 de octubre de 2013.
Esta situación determinó finalmente que se le impusiera a Herrera la pena única y total de doce años de prisión, aunque deberá realizarse un nuevo cómputo de la condena para saber con exactitud el momento en que podrá recuperar su libertad.
Para los jueces, ninguna duda existe sobre su participación. En el dictamen se indica que la prueba aportada por el fiscal de Cámara es “más que suficiente para tener por cierto y probado el cargo. A ello se añaden declaraciones del propietario y de una empleada que se corroboran con lo que se observa en el registro captado por una cámara de filmación instalada en el negocio”.
Además, los jueces remarcaron que en el momento en que Herrera era detenido “intentó desprenderse de una cadena de oro, efecto que fue reconocido por el afectado y por la empleada, como sustraído del negocio”.
Los elementos de prueba contra el condenado resultaron determinantes. En el procedimiento, los investigadores policiales descubrieron que tenía en su poder “una suma de dinero equivalente a la tercera parte de la sustraída” y que uno de los billetes presentaba “manchas compatibles de sangre humana al igual que en un pantalón de su pertenencia”.
Herrera, que se presume empuñaba una pistola calibre 9 milímetros, ingresó al local comercial y luego de amenazar y golpear a los propietarios se apoderó de joyas, dinero en efectivo y otros objetos de valor que superaban los 90 mil pesos, según habría denunciado el propietario en la Comisaría Primera.
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