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Dysania, un término poco común para nombrar la dificultad de salir de la cama

Cuando levantarse se hace costoso de manera muy frecuente, puede ser un síntoma de otros trastornos o déficits. Un profesional explica sus efectos y cómo evitarla.

Cinco minutos más. Taparse otro rato para no pasar frío. Un “posponer” en la alarma del despertador. ¿Quién no tuvo dificultad para levantarse alguna vez? Aunque pueda parecer un hábito de todos, cuando la dificultad para salir de la cama se convierte en un obstáculo crónico, lleva el nombre de dysania y es un síntoma de otros trastornos.

“No hay demasiada información sobre el término porque no es demasiado utilizado”, expresó el médico psiquiatria y especialista en medicina del sueño, Joaquín Diez. Para él, no es necesario usar términos médicos para nombrar la dificultad para salir de la cama, pero sí prestarle atención cuando esto ocurre con demasiada asiduidad.

Para el profesional, la dificultad para levantarse es un síntoma y no una enfermedad por sí misma. También es necesario distinguirla de otros problemas como la fatiga, el cansancio o la somnolencia. Si bien esta dificultad puede estar causada por trastornos depresivos, fibromialgia o fatiga crónica, la causa para la mayoría de quienes la padecen es el mal descanso crónico.

“Esta la causa más común y se debe a múltiples factores como el insomnio y la restricción voluntaria del tiempo en la cama”, dijo el médico. ¿A qué se refiere esta restricción? Es la que se ocasiona cuando las personas retrasan su horario para irse a dormir tras entretenerse con el celular o la pantalla del televisor. Como el tiempo para levantarse y cumplir las obligaciones sigue siendo el mismo, son muchos los que reducen la cantidad de horas que pasan durmiendo.

Diez resaltó la importancia que tiene el descanso para el funcionamiento integral del organismo. Por eso, explicó que dormir pocas horas o tener un sueño de mala calidad puede afectar al cuerpo de muchas maneras, que exceden la dificultad para salir de la cama. También causa problemas de concentración y de memoria e irritabilidad, entre otros.

Con la extensión de la cuarentena por la pandemia de coronavirus, se modificaron aún más las rutinas de descanso de la población. El médico aclaró que ya hay numerosos estudios que demuestran un incremento en la demanda de medicamentos antidepresivos o los que se usan para conciliar el sueño, que los pacientes compran con o sin prescripción médica. Según explicó, en muchos casos los cambios de rutina se deben a la falta de una obligación que motive a la gente a respetar un horario para despertarse, así como el exceso de exposición a las pantallas.

Para el especialista, dormir el tiempo suficiente y con un descanso adecuado es muy beneficioso para la salud. “No hay ninguna función del organismo que no se beneficie con un buen dormir; por lo tanto, cualquier función del organismo se ve perjudicada por el mal dormir”, sostuvo.

Según indicó, el sueño no tiene sólo la función de restauración, o de recuperación después de una actividad intensa. Durante el descanso también se dan otros procesos activos como la consolidación de la memoria, tanto de acontecimientos como la emocional. También se fortalecen las funciones metábolicas, inmunológicas y endocrinas.

Dormir de forma adecuada también tiene un impacto en la estabilidad emocional. Por eso, no es extraño que las personas que duermen poco o no logran descansar bien, se despierten, al otro día, irritables o de mal humor.

“Dormir bien fortalece al sistema inmune; está comprobado que si se duerme mal antes o después de una vacunación, la vacuna puede perder hasta el 50% de su efectividad”, afirmó el psiquiatra. Así, aconseja no sólo dormir la cantidad de horas suficientes sino respetar lo conocido como higiene del sueño.

¿A qué refiere este término? A la necesidad de dormir de forma adecuada, en un espacio confortable, oscuro, silencioso y con una temperatura apenas menor que la del resto de la casa. “Es necesario establecer un horario regular para ir a acostarse e ir apagándose; es decir, no hacer actividad física ni intelectual unas horas antes de irse a dormir”, expresó el médico.

Por eso, en muchos casos, cuando el cuerpo pide quedarse más tiempo en la cama, es porque realmente necesita más descanso del que consiguió durante la noche anterior. En ese sentido, es necesario reconocer que no siempre cantidad de sueño es sinónimo de calidad, por lo que haber permanecido muchas horas en la cama no significa que el cuerpo haya descansado de forma adecuada.

“Si una persona tiene algún trastorno respiratorio como apnea de sueño, por más que duerma 10 horas, no va a tener un buen descanso”, dijo Diez y agregó que es necesario prestarle atención a la calidad del sueño cuando esta dificultad para salir de la cama se produce de manera frecuente, por lo que es necesario distinguirla de la simple pereza que pueda sentir una persona a la mañana.

En ese contexto, el médico aclaró que, si se repite esta dysania o dificultad para salir de la cama, lo primero que hay que hacer es darle al descanso la importancia que se merece. “Es una de las actividades que más horas del día nos consumen y, sin embargo, le damos más importancia a actividades que hacemos por muy poco tiempo”, dijo. Por eso, aconsejó dormir un mínimo de ocho horas diarias y alejarse lo más posible de las pantallas para evitar estímulos que impidan conciliar el sueño.

El especialista aseguró que la dificultad para levantarse también puede estar asociada a la depresión. Para muchas personas, salir de la cama significa afrontar el día, enfrentarse a una realidad que los angustia, por lo que la cama se convierte en un refugio para evadir su malestar. Así, pasan muchas horas entre las sábanas aunque no tengan sueño o incluso cuando tuvieron las horas suficientes de descanso y ya están bien despiertos.

Aunque el profesional admitió que la dysania suena como un nombre curioso o algo distinto, informó que no es necesario buscar calificativos para los síntomas sino hacer lecturas más transparentes de nuestro cuerpo y prestarle atención a sus reclamos. Por eso, instó a la población a no alarmarse ante la dificultad para salir de la cama pero sí enfocarse en la importancia del buen descanso para mejorar su salud general.

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