El extraño caso de las hormigas de San Martín
Un efecto inesperado de la plantación de pinos ponderosa hace casi cuatro décadas.
Uno de los muchos servicios ambientales que nos prestan los árboles es el de absorber dióxido de carbono de la atmósfera.
70.000 hectáreas fueron plantadas originalmente con pino ponderosa en esa zona.
"Vimos cambios en la productividad primaria (en el crecimiento de las plantas nativas), alteraciones en la abundancia de la fauna del suelo, en las redes tróficas, en la descomposición y el reciclaje de carbono, y no sabemos cuáles serán las consecuencias de estos cambios", señala Austin.
Pero lo más notable fue la desaparición de las hormigas. Y el impacto se siente más en las áreas que antes no estaban forestadas.
"Las hormigas cumplen funciones clave en los ecosistemas, como el reciclaje de nutrientes, afectan la dinámica de la vegetación dispersando las semillas y además regulan e interactúan con otras poblaciones de insectos", afirma Arzac. No obstante, Austin se muestra cautelosa y califica los efectos como indeseados más que negativos, ya que aún no se ha estudiado en profundidad el verdadero impacto de la reforestación. De todos modos, sentencia: "En este caso, los costos superan a los beneficios", y agrega sobre la posibilidad de talar estos árboles: "Aún no sabemos si los ecosistemas podrán regresar a su estado original".
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