Cristian Haspert, subsecretario de Limpieza Urbana de la municipalidad neuquina, lucha contra los microbasurales en la ciudad.
“Los neuquinos tenemos la suerte de vivir en una ciudad rodeada por ríos pero es lamentable que haya personas que no los cuiden”, afirmó Cristian Haspert, subsecretario de Limpieza Urbana de la Municipalidad de Neuquén, quien desde hace varios años viene llevando adelante una cruzada contra los vecinos que no cuidan los espacios públicos. Pero no sólo lanza críticas a esos vecinos desaprensivos sino también utiliza las redes sociales para efectuar escraches a quienes arrojan sus desperdicios en cualquier lado y crean microbasurales.
“Hay que empezar a tener una ciudad limpia”, dijo Haspert en diálogo con LMNeuquén quien transita el quinto año al frente de la mencionada área municipal, luego de haber sido concejal e integrar la comisión de Ecología y Medio Ambiente.
Recordó que cuando tenía 7 u 8 años, todos los fines de semana veía a su abuelo hacer un pozo en el patio donde metía la basura que acumulaba los días previos, “y antes de tapar el pozo quemaba la basura para reducirla”. Señaló que esa práctica que hacía su abuelo “es una cultura que todavía sigue viva en algunas personas que prefieren juntar la basura o se van a la meseta a tirarla y no depositarla en el canasto para que la retiren los recolectores”. “Creo que ese cambio de cultura se podrá dar en una o dos generaciones más”, agregó.
Haspert aseguró que “se está ganando la pulseada” contra los “sucios”, como definió hace unas semanas atrás cuando difundió un video en el que se observa a un vecino bajar de una camioneta último modelo y arrojar los restos de una poda a plena luz del día en 12 de Septiembre y Gatica. Por eso afirmó que los escraches a quienes arrojan residuos en lugares no habilitados, sirven. “La gente quiere tener una ciudad limpia y vienen denunciando, con videos y con fotos que sacan desde sus celulares, a quienes tiran basura en los lugares no habilitados para eso”, comentó el funcionario de 43 años.
“Los que arrojan basura en cualquier lado además de sucios son agresivos. Los vecinos que viven en la zona no se animan a denunciar porque tienen miedo”, explicó el subsecretario de Limpieza Urbana.
Hace unos días, Haspert grabó un video en una calle del barrio Confluencia donde habían arrojado gran cantidad de desperdicios en un bulevar justo debajo de un cartel que dice “Prohibido arrojar basura”. “Además de ser sucios porque vienen a tirar basura en este lugar no habilitado, son agresivos. Los vecinos que viven en la zona quieren tener limpio este lugar pero no se animan a denunciar públicamente a los sucios porque tienen miedo”, explicó.
Además, sostuvo que antes quienes arrojaban residuos “lo hacían de noche o en lugares poco transitados, hoy lo hacen a plena luz del día”.
Por eso no logra comprender a quienes actúan tan desaprensivamente con la limpieza de la ciudad “cuando existen los centros de transferencia que es una herramienta ideal y da lugar a no tener excusas de no saber dónde llevar la basura. Es indignante que pase esto y por supuesto que da bronca que los vecinos actúen de esta manera”. El funcionario acotó que actualmente se acercan 350 personas en cada uno de los tres centros de transferencia de residuos voluminosos de la ciudad.
“El vecino que dice que no tenía dónde tirar los residuos voluminosos y va a la meseta y los arroja ahí, no tiene perdón porque si vino en auto, en camioneta o con un carro a la meseta podía perfectamente acercarse al centro de transferencia que está a pocas cuadras de ahí”, explicó.
El impacto por los que acumulan basura
En sus años al frente de la subsecretaría de Limpieza Urbana, Cristian Haspert debió realizar varios operativos de limpieza, junto al personal del área, en casas donde sus dueños acumularon basura durante largo tiempo. “Es impactante porque, en muchos casos, no se puede entender la paciencia de los familiares de esa persona que acumula basura durante tanto tiempo y también de los vecinos que viven alrededor”, comentó Haspert.
Recordó la sorpresa que se llevó cuando hace dos años llegó hasta el barrio Villa Ceferino donde un hombre vivía rodeado de montañas de basura desde hacía 30 años que luego vendía. “Me ha tocado ir a casas de acumuladores que viven en el comedor porque en las habitaciones está repleto de basura y no se puede abrir la puerta de la cantidad de basura”, señaló. Agregó que ese hombre de Villa Ceferino, era un acumulador compulsivo y que la montaña de basura tenía la altura de las casas de los vecinos.
“Cuando en el barrio vive un acumulador de basura, en las tres o cuatro manzanas de alrededor no tenés residuos porque antes que pase el camión recolector esa persona va juntando las bolsas de los canastos se las lleva a su casa, las abre en el patio y va sacando las cosas que le sirven para vender, y lo que no le sirve lo va juntando”, describió. Y agregó que también hay gente que acumula la basura pero sin ánimo de lucro y eso es una patología que hay que tratar”.
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