Federico sale con su máquina y pisa la nieve de todas las calles de la localidad. Eso permite que durante las horas del día, los ciudadanos puedan circular.
Federico Vargas, de 30 años, tiene un trabajo fundamental para Caviahue. Si bien le cuesta titularlo, él es quien por las noches recorre la localidad en invierno y hace posible que existan "algo parecido a las calles". Con su máquina pisa nieve, la compacta para que las familias en la mañana puedan circular por la localidad.
"Aún recuerdo cuando íbamos al colegio, yo era chiquito, y teníamos que ir haciendo un hueco hasta llegar al instituto porque la nieve nos tapaba", recordó su infancia y aseguró que era un "golazo" salir a la escuela después que el vecino, porque él ya marcaba los caminos.
La "normalidad" del invierno en Caviahue es que el cemento de las calles se esconda por debajo de un metro y medio de nieve. "Es importante compactarla, así se hace un camino sólido, lo que te permite no hundirte a cada paso y podés transitar", apuntó Federico, quien vive desde los cinco años en esa localidad.
Tras explicar que el proceso de la aplanadora de nieve es una "gran mejora para toda la ciudad", contó que además de ser quien pasa la máquina, fue quien la "revivió". "Hace dos años, cuando empecé a trabajar para la municipalidad, no funcionaba y creo que estuvo como tres inviernos sin trabajar", detalló y describió que "se da maña" para la mecánica y "probando, pudo arreglarla".
Recorrido diario
Cuando la ciudad descansa, y la soledad y el frío se adueñan de las calles, Federico sale a la medianoche con la aplanadora. Sabe que ese horario es el mejor por dos "razones fundamentales": primero que no hay nadie circulando, lo que hace que sea poco peligroso, y lo segundo es que se deja compacto y con la helada de las madrugadas queda aún más sólido y "casi que parece una calle".
Con esa lógica, el horario de trabajo de este maquinista se extiende por la madrugada. Al rededor de tres o cuatro horas tarda en recorrer todas las calle de la ciudad y aseguró: "Por lo general, tardo un poco más porque cada dos por tres hay una tormenta blanca y tengo que para a que pase".
Con los "caminos conocidos casi de memoria", Federico dimensiona su labor en la localidad a partir del padecimiento de su infancia: "Tengo buenos recuerdos de cuando era chico, pero despertarme para ir al colegio sabiendo que tenía que marcar el camino me daba un poco de pereza".
Preparado para la tormenta que azotará este fin de semana, concluyó: "Al parecer estos días voy a tardar un poco más de mi jornada habitual porque seguro que la tormenta se hace presenta".
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario