El universo de Martín Villalba se expande con peluches
El artista habló de su obra y de la versión limitada de sus personajes "tallados" en vellón que generaron una ola de pedidos en las redes.
Algunos, desde Buenos Aires y otras geografías, lo llaman "el artista de la Patagonia". En Neuquén y otras localidades del Alto Valle su presencia es cada vez más importante. Cuadros que embellecen y alegran hogares, consultorios médicos y otros espacios. Esculturas con su sello inigualable en distintos puntos de la ciudad. Murales y otras creaciones que se suman aportando a diferentes causas, como la diversidad, a partir de la torre que inauguró recientemente en el Paseo de la Costa, sobre la calle Tronador.
El universo de Martín Villalba ya es parte del patrimonio cultural de la ciudad con coloridos personajes, familiares, incluso para quienes todavía no se acercaron conscientemente a su obra. En medio de un tendal de pedidos, trabajos y la finalización de una escultura para el Parque Agreste, la usina creativa de Martín no para. Ideas, bocetos y alianzas continúan potenciando su fructífera obra y reinventándola con nuevos soportes.
Hace unos días, muchos de sus seguidores en redes sociales se sorprendieron y literalmente flashearon al ver posteos de presentación de buena parte de"sus hijos" -Arlequino, el Conejo Forajido, tipitos y Wako- en su versión peluche. Los pedidos no tardaron en llegar y se toparon con la pared de una edición limitada que no está a la venta. La insistencia abrió una ventana con la posibilidad de que en un tiempo se abra la canilla con un stock para la venta, a pedido de los fanáticos.
"Los peluches de Villalba nacen en 2018", dijo Martín, en diálogo con LMNequén, antes de recordar la muestra Santos Paganos que realizó en España, en la que además de redescubrir al conejo que veía dibujando hacía tiempo como El Conejo Forajido, comenzó a concebir una nueva materialidad para sus personajes.
"Me di cuenta que tanto el Conejo Forajido, Arlequino, Sombrerudo, los Superhéroes pop, Herr Pinoccio, el Centauro, el Zorriperricone, las tipitas, tenían un dibujo con otra morfología, los volúmenes eran más redondos, así que dije: 'Estos tienen que ser esculturas de peluche'. Uno piensa lo que está contando y eso va relacionado con el material. Yo soy un artista inquieto y multidisciplinario. No puedo hacer un dibujo sin verlo en 3D. Desde muy chico necesité hacer objetos o esculturas de todo. Así que me los imaginé de ese modo e incluso, luego empecé a pintarlos de otro modo", señaló.
La idea quedó, el tiempo pasó hasta que la mecha se encendió con la diseñadora textil Ailén Vargas y sus "tallados" en vellón. "Yo voy haciendo alianzas todo el tiempo donde pongo mis ideas para que otras personas me desarrolle cosas. Se me ocurre hacer vajilla y tengo la suerte que me llaman Karen y Sabrina de @alekacoydesign y lanzamos Aleka by Villalba, una línea de vajillas y ropa de cocina, delantales, reparadores, manteles, platos y posavasos. Y con los peluches encontré a Ailén, que trabaja este tipo de material. El laburo es de asesino serial casi", sentenció antes de brindar detalles de ese "crimen" artístico que elaboran en conjunto.
"El vellón se tiñe del color que yo indico. Ella con una especie de clavo empieza a darle como puñaladas y así le va dando la morfolofía. Se hace cada pieza por separado y después se va uniendo. Es increíble el laburo. Yo estoy al lado y le hago muchos bocetos, de diferentes ángulos para que entienda la morfología del personaje", explicó.
"Es un laburo muy artesanal, cuando lo industrialice veré si lo mantengo con el mismo material.
La historia de algunos personajes
A la hora de dar cuenta de cómo se fue delineando ese universo infinito de personajes que bien podrían ser protagonistas de una o varias historietas, Martín manifestó: "Yo tengo muchas horas de bocetos. Me encanta cafetear y siempre que viajo compro cuadernos que se transforman en bocetos". "Hay días que estoy mejor, más habilidoso o más inspirado y puedo llegar a hacer 50 dibujos o ideas. Hay días que estoy con dos trabadísimo. Lo que pasa es que tengo una dinámica de laburo que, si me enfrento a un desafío u obligación, rindo igual cansado, no cansado. Y siempre reviso mis bocetos. Mis personajes pasan por un período de estudio bastante largo. No todos nacen como Robert De Niro y Leonardo DiCaprio, algunos hacen bolos o son de reparto hasta que voy entendiendo lo que me quieren decir y pasan a un primer plano", señaló y puso como ejemplo el Conejo Forajido.
"Nació como un Robin Hood, roba a los ricos y reparte entre los necesitados. Suele andar en banda. Es es un atorrante, es el amuleto de los chorros", describió antes de repasar la historia de su redescubrimiento.
"Cuando viajé a España hace tres años y medio, hice una muestra que se llamó Santos Paganos en la que inventé trece Santos. De acá llevé a San La Rock, la Virgencita de los celulares y el niño santo que hacía milagros. Después ideé diez más. Y en ese momento, con el Conejo escribí una plegaria para los que afanan todos los días como forma de laburo. Me acordé de la pata de conejo que es un amuleto de la suerte y así el conejo se transformó en la imagen que tiene hoy. Hasta tomó nombre porque hasta ese momento no lo tenía", advirtió.
Siguiendo el listado de otras figuras importantes de su mundo, Martín destacó que Los tipitos, crecieron a partir de un ensamble de maderas para pasar luego a una sola pieza. "Lucharon mucho en mi trabajo porque no les daba mucha bola" hasta que me di cuenta que la gente los amaba y ahí empecé a amarlos", reconoció.
"El Sombrerudo habla de mi hambre cerebral. Siempre estaba en el fondo y caminando como Johnny Walker, con su bombin y botas y su piel es turquesa. Generalmente está caminando por el fondo de las situaciones o escenas, habla de mi, de ese no detenerse, siempre en movimiento, generando ideas y continuando proyectos", agregó.
Luego, Martín caracterizó al Zorriperricone como "una mezcla de zorro, porque es inteligente; perro, porque es fiel y conejo porque le gusta hacer el amor", mientras que remarcó la influencia del Minotauro de Picasso en su Centauro. "Tiene cuerpo de antílope, toro, ciervo, no lo tengo muy claro. La cabeza es de un humano", comentó.
"Herr Pinoccio es un homenaje a Pinocho. En lo bocetos tenía un texto que decía algo así como 'ojo con lo que imaginas porque se puede hacer realidad'. Y Arlequino es una suerte de mimo. Sé que habla en francés, pero nunca me dijo una palabra. No lo conozco mucho, aún no dialogó conmigo todavía", añadió.
"Los Super Héroes Pop nacen en España. Están enmascarados, son andróginos. Yo trabajo con todos los géneros, me siento cómodo en cualquier lugar. Son personajes que nos protegen como una suerte de Batman", sintetizó.
Por si fuera poco, de todos los personajes que hoy tienen su versión peluche y que se plasman también en una línea de cuadernos, agendas y calendarios que aún no estrenó, Martín está haciendo una muestra nueva - "Villalba industrial"- con esculturas de pared iluminadas, remeras, gorras y vajilla pintadas con personas de su factoría. "Mi idea es hacerlo independiente, hasta tenía ganas de buscar un lugar por fuera del circuito expositivo, que por otro lado me encanta, sería también un placer hacerla en algunas de las salas que lo integran", dijo sobre el evento que tendrá lugar antes de que termine el 2022.
"Mi trabajo es aplicable a cada soporte. Pinté un Fitito, así que imaginate. Ahora quizás trabaje en el auto de carrera de José Manuel Urcera. yo tenía ganas de pintar un auto y me crucé con el periodista deportivo Walter Casquero y le comento a Manu. Fue este verano. Manu me mandó un mensaje, diciendome que me comunique con su agente porque estaba buenísima la propuesta. Le mandé imágenes y quedamos que durante el año saldrá un laburo. Aún no cerré fecha ni categoría", adelantó.
Un obrero del arte
Aunque la cabeza de Martín siempre está a mil, siempre encuentra un espacio para hacer un parate y manifestar su gratitud a la vida y a sus influencias. "Yo tengo una vocación muy linda y la suerte de haberla podido desarrollar. Tuve suerte de criarme en el hogar donde había mucha información al respecto, tanto técnica como artística. Muchos gráficos, a mi los mapas me encantan", expresó el cipoleño.
"Yo soy medio un experimento de una tía, Ali, apoyado por mi vieja, Chabela. Yo desde muy chiquito sabía que significaba el Guernica, quién era Picasso, Dalí, Miró, Goya, Velázquez, Gaudí, Le Corbusier. La arquitectura me fascina, podría haber sido arquitecto tranquilamente. Sé mucho de arquitectura, sobretodo de la (escuela) Bauhaus que hizo un quiebre universal. Entonces yo desde chico tuve la suerte de ir desarrollando trabajo (no digo obra porque es algo muy grande. La gente y el tiempo dirá si se transforma en obra). Desde muy chico fui desarrollando una imagen, una estética, experimentando mucho. Toda mi obra está correlacionada, tiene un hilo conductor desde que tenía siete años, al día de hoy. Mi trabajo es plano, es re historieta. Yo soy de sentarme después de que termino un trabajo, incluso si es de un pedido. Y ese mismo trabajo me va sugiriendo algo del siguiente. Mi trabajo fue construido como el 'pan y queso'. Si miro atrás creo que es un trabajo sólido. Todo el tiempo estoy generando, aunque no plasmo el cien por ciento de mis ideas. Muchas quedan en la nada y eso te hace retroceder a veces. Pero si estás en 'Pan y queso', caes sobre el contenido y seguís firme", postuló enfatizando que afortunadamente su andar no tuvo saltos que lo hicieran caer al vacío como le pasó a varios de sus colegas que, luego de "pegarla con alguna idea", no se mantienen y pierden su hilo conductor.
"Ojalá la inspiración me agarre trabajando decía una frase de Picasso. La inspiración es verdad, se siente físicamente, pero yo el 98 por ciento de los días me levanto como cualquier humano a trabajar. A mi me inspira la dinámica, el mismo trabajo. Cuando la inspiración llega realmente flotás y fluís muy bien, como le debe pasar a cualquier tipo que hace un oficio. Yo creo que a todos nos pasa y que es casi una leyenda lo de la inspiración relacionada con el arte", planteó antes de reflexionar sobre la llegada de su obra.
"Creo que mi obra tiene una lectura muy fácil y lo que voy transmitiendo son ideas particulares que se suelen reflejar con los títulos como 'Ni una menos', 'Yo soy todas'. Muchas veces critico desde otro lado. Si bien mi obra la pienso mucho, no soy un filósofo. Creo que tengo un trabajo bastante amigable. Yo lo que quiero es darle un poco de alegría a la gente. El otro día cuando se despidió (Juan Martín) Del Potro dijo que lo mejor que le pasó fue el público y a mi también. El haber sido aceptado por muchas personas para mi es un privilegio y me permite la libertad de ir contando historias que las sé yo solo", deslizo.
Acto seguido remarcó que cada vez tiene más claro que es un artista popular ya que sus piezas son apreciadas y adquiridas desde diferentes sectores de la sociedad. "Me compra tanto gente de clase alta como de clase baja, abarco todo el abanico porque en un momento decidí ser un artista accesible", sostuvo.
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