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La Mañana ruidos molestos

En Río Grande ruegan que termine el verano

Los ruidos molestos ya son cosa de todos los días.

Neuquén.- Es miércoles por la noche y un áspero sonido explosivo irrumpe el plácido sueño de un vecino. No se trata de una falla inesperada en un transformador de energía eléctrica, ni mucho menos de maquinaria vial que trabaja en la zona. Son los motociclistas con sus caños de escape que corren carreras y hacen riesgosas piruetas en el barrio Río Grande.

Es la historia sin fin. Como un bucle temporal se repite una y otra vez, por lo que los vecinos ya están hartos de convivir con estos ruidos molestos que no les permiten llevar su vida con normalidad.

El presidente de la comisión vecinal de Río Grande, Alvarito Quintana, expresó en diálogo con LM Neuquén que se trata de una situación que dejó de ser exclusiva de los fines de semana, ya que sucede también los miércoles y jueves, en función de las actividades que ofrecen los boliches de las inmediaciones.

El hombre detalló que muchas personas concurren a la zona ribereña en automóviles y motos y, más tarde, se concentran en los alrededores del barrio desde las 2 hasta las 5. Los motores rugen, los espectadores enloquecen y los vecinos no duermen.

En diciembre pasado, el Municipio había establecido que los sábados desde las 23 la circulación de motos por la Avenida Olascoaga -en el sector que atraviesa Río Grande- estaría restringida.

Quintana explicó que la medida se mantuvo con firmeza durante las dos primeras semanas, pero a partir de la tercera los controles se volvieron esporádicos, lo que produjo que toda la masa de motociclistas volviera al lugar a realizar piruetas y picadas.

“Ya conocen todos los puntos donde se realizan los operativos, por eso agarran por La Pampa o Leguizamón, para irse sin ser atrapados al salir del boliche”, confió el vecino.

Asimismo, reconoció que los operativos funcionan como un atenuante, ya que de alguna manera aleja los sonidos del corazón del barrio y los lleva hacia la periferia. “La Policía está dando vueltas permanentemente, en ese sentido sirve porque no nos dejan solos”, explicó Quintana.

El representante vecinal aseguró que desconoce de dónde vienen los motociclistas. “No sé si salen de los bares, pero les encanta venir a exhibirse a este lugar”, sentenció.

En tal sentido, manifestó que muchos de ellos conducen en un indiscutible estado de ebriedad. “No identificamos kioscos que vendan alcohol fuera de horario, aunque tampoco nos corresponde hacer controles. Pero evidentemente hay alguien que les está vendiendo”, manifestó al respecto.

Este consumo desmedido de alcohol preocupa a los vecinos porque se traduce en conductas violentas y desinteresadas que, por el momento, no se han cobrado víctimas.

“Lo que hacemos en Río Grande es impedir que circulen los vehículos que tienen modificaciones en los caños de escape o anden con música fuerte”. Facundo Churrarín. Director de Tránsito de la Municipalidad de Neuquén

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