En algunas viviendas de ese sector cuentan con cisternas por lo que con la ayuda de un motor pueden juntar un poco más de agua en sus tanques. Pero, los que no la tienen sufren aún más la falta de este elemento vital.
“Desde que se cortó el agua por el caño roto acá el agua nunca vino con fuerza”, contó Blanca, una abuela que vive con su nieto. La mujer aseguró que no tienen agua en el tanque y que junta agua de la canilla de afuera que luego calienta para bañarse o para lavar los platos.
Desde el EPAS explicaron que están trabajando para detectar la falla
La situación es similar en la vivienda de Lina. La mujer está muy enojada y ya no sabe qué hacer. “Llamé varias veces al EPAS pero no me saben dar respuestas. Yo vivo sola así que ni lavo los platos, voy juntando de a uno hasta tener un poco de agua que me permita lavar”, describió la vecina.
En los comercios de la zona la situación también está difícil. Pamela trabaja en una panadería y todos los días está detrás de juntar un poco de agua para mantener todo limpio.
“Por suerte nosotros cocinamos el pan en otra sucursal. Igualmente estamos sufriendo mucho porque necesitamos tener todo limpio así que juntamos agua y a veces terminamos comprando bidones”, relató Pamela, quien además se mostró indignado con el incremento en el valor del bidón de 5 litros de agua que aseguró pasó de 40 a 65 pesos en una semana en el supermercado del barrio.
En el lavadero de autos donde trabaja Marcos también están haciendo malabares para continuar trabajando. Hoy tienen medio tanque de agua y con eso para lavar cuatros vehículos.
“Pero si viene alguno más le tengo que decir que se vaya, que vuelva mañana”, contó el joven.
En ese sector del barrio no hay nada de presión de agua en la red por lo que solo cuentan con lo que se acumuló en un tanque externo y ese no pasa por el calefón. Por eso deben lavar los autos con agua fría.
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