Una nueva propuesta recreativa desafía a los neuquinos a probar sus destrezas mentales mientras intentan salir de un cuarto en el que fueron encerrados.
En un mundo atravesado por las tecnologías y con encuentros interrumpidos siempre por las notificaciones del celular, pasar sesenta minutos en contacto completo con amigos y sin mirar ni siquiera de reojo a las pantallas parece un desafío casi imposible. Sin embargo, un grupo de emprendedores de Neuquén se propuso esa meta y trajo a la ciudad un juego de escape que promete desafiar y unir más a los amigos neuquinos.
Son sesenta minutos sin celular. Una hora completa de conexión con amigos, todos abocados a una tarea común: tratar de salir de una habitación en la que fueron encerrados y apenas armados con su destreza mental para resolver los acertijos que se les plantan por delante. El juego, que ya triunfa en otras ciudades de Argentina, llegó a la capital de la provincia y en apenas un mes ya cautivó a los neuquinos de todas las edades.
“Lo bueno que tiene es que se adapta a todas las edades”, sostuvo Leandro, uno de los referentes de este nuevo espacio recreativo que funciona en Neuquén, en Santiago del Estero al 200. Aunque abrieron el local apenas en diciembre, ya recibieron visitas de familias, parejas, grupos de amigos adultos, y también de niños de 11 o 12 años o de adolescentes que juegan solos.
Como los desafíos se adaptan a todas las edades, no hay rango etario para divertirse con los desafíos. Antes de ingresar, los participantes deben dejar sus teléfonos celulares en un casillero cerrado e ingresar a una habitación temática donde serán encerrados. Entonces, empieza a correr el reloj y los jugadores tienen 60 segundos para escapar resolviendo los acertijos que les proponen.
“Es un juego de destreza mental, en ningún momento se necesita destreza física”, explicó Leandro. Aunque se proponen candados y puertas cerradas, no hay fuerza bruta que logre abrirlos. En cambio, hay que destrabar las cerraduras resolviendo preguntas, adivinanzas o acertijos. Hay que enfrentar desafíos mentales y resolver enigmas, todo para acercarse un paso más a la salida.
Por ahora, el local tiene dos habitaciones temáticas para elegir, o para variar en caso de que se quiera repetir la experiencia. Así, los neuquinos podrán optar por encerrarse en un laboratorio o en un refugio de montaña. Para el futuro, y gracias a la amplitud del local, está previsto abrir otras salas temáticas para ofrecer nuevos escenarios para jugar.
“Las dos nuevas habitaciones se llaman ‘El robo del banco’ y ‘El mundo de las maravillas’, y estamos definiendo la quinta habitación, tenemos varias en carpeta, pero todavía no tenemos nada definido”, explicó el emprendedor, que trajo la idea a Neuquén después de trabajar cinco años en Escape Room Argentina y decidirse a traer la franquicia a Neuquén.
Según relató, su entusiasmo llegó al ver la buena respuesta que tenía el proyecto en otras ciudades como Bariloche, por lo que apostaron a entusiasmar también al público neuquino. Aunque la ciudad no tiene los mismos flujos de turismo que otras que cuentan con estas habitaciones de escape, Neuquén sí recibe a un buen número de recreacionistas que se entretienen con las propuestas urbanas de la capital.
Así, encontraron un local en alquiler en la calle Santiago del Estero y, con sorprendente facilidad, lo adaptaron a las necesidades que exigía crear un Escape Room desde cero. En primer lugar, tenían que disponer de los metros cuadrados adecuados, pero también era necesario contar con una buena distribución para tener habitaciones separadas que permitieran organizar varios escapes al mismo tiempo.
“La respuesta del público fue muy buena”, dijo Leandro después de evaluar el primer mes de actividades. Aunque aclaró que la pandemia de coronavirus reduce en parte la afluencia de jugadores, nota que todos se divierten y recomiendan el espacio para que otras personas lo experimenten.
“Se usa mucho la lógica y la comunicación”, dijo Leandro y aclaró que la habitación de escape es una gran oportunidad para alejarse por una hora de las pantallas y reconectar con los amigos, ya que un buen diálogo en el grupo es fundamental para resolver los enigmas y no quedarse encerrado dentro del juego.
El precio por jugador varía según la cantidad de personas que participen en el escape. Si concurre una pareja o dos amigos solos, el valor por persona es de 1500 pesos. Los precios bajan si concurren grupos más grandes, aunque el límite de capacidad es de ocho personas. Así, los grupos de 3 o 4 exigen el pago de 1300 pesos por jugadores, y en los grupos más grandes, hasta ocho jugadores, cuestan 1100 pesos cada uno.
Como no están permitidos los teléfonos celulares, es imposible encontrar fotos en las redes sociales que muestren cómo son las habitaciones por dentro. Los emprendedores detrás de la franquicia también son muy cuidadosos de no mostrar ninguna postal del lugar. La idea es reservar la sorpresa y evitar que se filtren imágenes que faciliten el escape, por lo que todos los jugadores afrontan el desafío por primera vez cada vez que ingresan.
Si bien muchos consideran este tipo de juegos como actividades infantiles, los acertijos mentales que plantean se presentan como verdaderos desafíos para muchos adultos, que deben ejercitar su habilidad para el diálogo y la construcción conjunta de soluciones como la única forma de escapar hasta la salida.
Mientras que las habitaciones temáticas siguen siendo un misterio, las habitaciones de escape que ya son populares en otras geografías desembarcan en Neuquén como otra alternativa recreativa, para refugiarse a puertas cerradas los días de viento o frío, y también para variar los planes con amigos y proponer un plan sin celulares, pero con mucha comunicación.
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