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Filatelia, un hobby que resiste en la era digital

En Neuquén, la pasión por las estampillas y billetes continúa viva.

Sofía Sandoval

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Neuquén.- Aunque el inexorable paso de los años parece atacarlos, unos 30 neuquinos resisten como guardianes de la filatelia, un hobby que combina la nostalgia por el pasado con una renovada avidez por el conocimiento. En la ciudad, esta pasión lleva vigente, por lo menos, 75 años.

Cuando Tomás David era un niño y vivía en Necochea, sus curiosos ojos claros se entusiasmaban con cualquier objeto. “Juntaba todo: latas, cajitas de cigarrillos, fósforos”, confiesa el hombre, que se inclinó por las estampillas al descubrir que esta colección tenía un sistema organizado de catálogos, exposiciones y competencias.

La mayoría de los filatelistas inicia el hobby con una desorientada voracidad y arranca las esquinas de cualquier sobre, donde se adhieren unos pequeños trocitos de papel que, para ellos, son verdaderas joyas. Con un poco de destreza y agua tibia, la estampilla se desprende de la carta y se convierte en un objeto coleccionable.

Aunque al principio despegan y guardan todo lo que encuentran, su hobby siempre se achica como un embudo. Con el tiempo, se inclinan por un país, un tema o un período determinado. Entonces, acuden a las reuniones del Centro Filatélico y Numismático de Neuquén para canjear sus sellos con los que realmente ansían completar su colección.

“Claro que hay algunas figuritas difíciles que no se pueden canjear y es entonces cuando hay que acudir al comercio”, detalla David, quien asegura que la mayoría de los filatelistas no ve las estampillas como un negocio, pero que muchos pagan 100 euros o más por esos sellos que nadie tiene.

El Centro, que esta semana festejó sus 75 años de vida, comenzó por las estampillas y sufrió una inclinación natural hacia otros hobbies hermanos, como la numismática y la notafilia, que son la colección de monedas y billetes, respectivamente. “Los billetes son lo que está más en boga”, remarca Julio Fracchia, que pasó primero por los sellos postales para inclinarse después por el papel moneda. Mientras repasa su mirada por los próceres argentinos, agricultores africanos y aves de Sudamérica que adornan sus billetes, Julio aclara que su pasión no se basa en el mero acopio de viejos papeles, sino en una forma de vida que lo motiva a aprender algo nuevo todos los días.

“Al juntar la moneda del viejo imperio alemán, tuve que aprender el idioma porque no encontraba traductores que descifraran ese alemán antiguo”, relata, y recuerda que coleccionar el dinero de la ex Yugoslavia lo llevó a conocer en detalle la geografía política de la península balcánica.

75 años cumplió la semana pasada el Centro Filatélico y Numismático de Neuquén.

Detalles

Los notafílicos ven en los billetes los detalles que son invisibles para el resto de los mortales.

El número de serie, las firmas de las autoridades o las nuevas leyendas convierten una moneda corriente en un tesoro, mientras que los filatelistas advierten un cambio de papel o un error de impresión como un descuido que hace que los sellos valgan una fortuna.

Cada quince días, las reuniones del Centro se convierten no sólo en un lugar de canje, sino en un espacio de amistad para los coleccionistas, que también consultan los catálogos que la entidad compra con el aporte de los socios.

Aunque reconocen que cada vez se envían menos cartas, los filatelistas aclaran que las estampillas están más vivas que nunca y que revivieron gracias al incremento de la paquetería.

Sin embargo, aclaran que son pocos los jóvenes que se interesan en la actualidad por el hobby, que pierde ante las ofertas de la tecnología. “Pero a veces, cuando llegan a los 40, descubren de golpe su pasión por las estampillas”, advierten.

“Cada vez que consigo una estampilla que no tenía, siento el mismo sabor que al principio al pensar que me falta una menos. Como mi colección avanza, esos momentos son menos frecuentes”. Tomás David. Coleccionista de estampillas

“A los 8 años me empezaron a gustar las estampillas y cuando me jubilé volví a las colecciones y descubrí la notafilia. A través de los billetes aprendo de la historia económica y de países”. Julio Fracchia. Coleccionista de billetes

Cómo integrar el Centro Filatélico

Aquellos que deseen integrar el Centro Filatélico y Numismático de Neuquén pueden asistir a las reuniones quincenales que se realizan los sábados en un bar céntrico de Neuquén, donde canjean sus materiales y consultan catálogos.

Para comunicarse con las autoridades del centro, pueden escribir a [email protected].

Orgullo: estampillas con sello neuquino

Para muchos filatelistas, coleccionar las estampillas argentinas se vuelve una opción casi natural por la facilidad para acceder a los sellos. Según explicó Tomás David, la colección nacional tiene cerca de 3 mil estampillas y hay unas 200 que son difíciles de conseguir.

“No hay personas que tengan una colección neuquina, sería imposible porque sólo hay tres de nuestra provincia”, remarcó.

En el marco de una colección sobre vinos, se lanzó una estampilla con imágenes de San Patricio del Chañar, y los puentes carreteros ilustraron un sello para conmemorar los 100 años de la ciudad de Neuquén. Cuando el Centro Filatélico y Numismático de Neuquén cumplió sus 50 años, se lanzó otra pieza decorada con el diseño de un hongo.

Para este nuevo aniversario, el Correo Argentino no lanzó una estampilla pero sí un entero postal, una tarjeta con imágenes de la ciudad y un leyenda conmemorativa. Si bien no incluye los preciados sellos que los filatelistas guardan en sus clasificadores, desde el centro mostraron la postal con visible orgullo.

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