El físico médico Ricardo Ruggeri aseguró que la economía, el petróleo, la medicina y la minería de datos valoran cada vez más a estos profesionales, expertos en resolver problemas.
El imaginario colectivo retrata a los físicos con anteojos: ratones de biblioteca que no salen del laboratorio y que hablan un lenguaje demasiado difícil, incomprensible para los demás. Su reputación de nerds los cataloga como profesionales teóricos que están aislados del mundo, pero los avances tecnológicos los integran cada día más y los posicionan como un eslabón fundamental de la economía. Por eso, hay quienes se atreven a decir que la física es la carrera del futuro.
"A veces vamos a dar charlas a la Facultad, y los propios alumnos de la carrera de Licenciatura en Física desconocen algunos ámbitos de aplicabilidad de la Física, por ejemplo, en la medicina", explicó Ricardo Ruggeri, un físico médico de impresionante currículum que se desempeña en el Centro Oncológico Integral de Leben Salud, en Neuquén. Así, ese mito que cercena esta disciplina a los estudios teóricos desmotiva a muchos estudiantes a elegir esa carrera, "porque no encuentran cómo la física se puede aplicar a los trabajos más cotidianos".
Al contrario de lo que se cree, "las empresas están contratando físicos en rubros que nadie se imaginaba", según relata Ruggeri. Y es que estos profesionales, además de aprenderse las leyes fundamentales y ser hábiles en la matemática, entrenan una aptitud especial para ver los problemas como desafíos y no como obstáculos frustrantes. Por eso, su capacidad para resolver problemas es valorada en todos los ámbitos de la economía y la producción.
"La física se divide en dos grandes ramas: la física teórica y la física práctica o aplicada", dijo Ruggeri y agregó que su especialización, la física médica, es sólo una de las tantas ramas que pueden valerse del rol de estos profesionales. Hoy en día, las empresas de tecnología, las petroleras y los centros de salud también contratan físicos. Los recibidos de esta carrera se desempeñan, además, en el agro, en la minería de datos o en la economía, y cada vez son más las empresas que los contratan en busca de un aporte multidisciplinario para dinamizar su productividad.
Si bien la física es vista como la materia difícil del secundario, Ruggeri aseguró que desde muy chico le resultó fácil estudiarla. "Me gustaban la matemática y la física, no las encontraba difíciles y participaba en las olimpíadas", dijo y agregó que, sin embargo, la asignatura que más le despertaba curiosidad era la biología.
Por eso, comenzó un proceso de orientación vocacional en donde lo incentivaron a estudiar bioingeniería, que combinaba dosis de biología, física y matemática. Fue entonces cuando Ricardo descubrió el campo de la física médica y, tras pasa por el Instituto Balseiro, decantó por esta especialidad.
Según aclaró, formarse como físico médico implica estudiar una carrera de grado afín a la física. Luego, hay que seguir especializándose a través de una maestría en física y con prácticas clínica supervisadas. "En el COI ofrecemos también la residencia en física médica donde, en tres años, se forman en la parte teórica y la práctica", detalló.
La disciplina tiene tal grado de especificidad que incluye otras subdisciplinas en donde los profesionales pueden seguir perfeccionándose, como medicina nuclear o radioterapia, que están reguladas por la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) y diagnóstico por imágenes, que está regulada por el Ministerio de Salud. Así, los físicos médicos pueden sumar cada vez más especializaciones para aplicar su experiencia a los pacientes, siempre atravesados por otro campo de estudio: la protección radiológica.
Ruggeri explicó que suele ser complicado encontrar recursos humanos capacitados para desempeñarse en la física médica. Por eso, la demanda de profesionales supera a la oferta y así es sencillo para los graduados insertarse en el campo laboral. "Es una carrera con mucha salida laboral y cada vez más demandada", dijo.
Con la premisa de inclinar más vocaciones hacia la física médica, el Organismo Internacional de Energía Atómica lanzó un documento que sienta las bases para la formación de físicos médicos en toda América Latina, con la participación del propio Ruggeri como autor, ya que el COI es uno de los centros referentes en Argentina en capacitación de estos profesionales.
Los mitos sobre la dificultad y los largos años de estudio alejan a muchos jóvenes de esta carrera, pero Ruggeri considera que una difusión más amplia de su campo de acción permite que más estudiantes elijan dedicarse a estas disciplinas, que son cada vez más demandadas y que tienen aplicaciones prácticas en rubros cotidianos.
En ese contexto, desde el COI realizan visitas frecuentes al Instituto Tecnológico del Comahue (ITC), un colegio secundario con fuerte vocación hacia las ciencias exactas. "Muchos alumnos se interesaron y nos preguntan dónde pueden estudiar para convertirse en físicos médicos", afirmó el profesional.
Al contrario de lo que muchos piensan, la física es una carrera con participación mayoritaria del género femenino. "En la licenciatura en física hay una proporción de 70 a 30, todas las jefas que he tenido siempre fueron mujeres", explicó el profesional y aclaró que en su carrera de base, la bioingeniería, la proporción es inversa, con 80 a 20 entre varones y mujeres.
Aunque aún existe mucho desconocimiento sobre los campos de aplicación de esta carrera, Ruggeri aclaró que todavía queda "mucho por descubrir de todo lo que la física le puede aportar a la sociedad". Por eso, invitó a más jóvenes a tomar los problemas como desafíos en una disciplina que se perfila como una de las carreras clave para el futuro.
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