En la era Mesozoica, que comenzó hace 250 millones de años y finalizó hace 65 millones, los dinosaurios gigantes llegaron a dominar la Tierra y la presencia de diversas especies de tuátaras podían encontrarse dispersas en la mayor parte de los continentes. “Aunque la estructura anatómica del Patagosphenos watuku difiere de la de los esfenodontes actuales, desde el punto de vista histológico existen similitudes clave. Ambos poseen una corteza ósea relativamente gruesa en comparación con la de otros reptiles, lo cual podría favorecer la adaptación a climas fríos. Por otra parte, estudios recientes en mamíferos han mostrado una correlación entre el grosor de las paredes de los huesos y la actividad fosforial (cavar), patrón que parece repetirse al menos en los reptiles actuales. El hecho de que los antiguos tuátaras también tuvieran el hábito de vivir en cuevas podría explicar que hayan sobrevivido al invierno nuclear que se desató en nuestro planeta hace 65 millones de años”, contó Adriel Gentil, becario doctoral del Conicet en el MACN y primer autor del trabajo.
Esto llevaría a los investigadores a concluir que la adaptación de los esfenodontes actuales al clima frío, que les permite soportar temperaturas de hasta 5 °C, no sería un rasgo que adquirieron a lo largo del proceso evolutivo, sino que ya estaba presente en sus parientes más antiguos. “Esta capacidad de tolerar las bajas temperaturas diferenciaría a los esfenodontes, no sólo de gran parte de los reptiles actuales, sino también de otros grupos que desaparecieron junto con los dinosaurios por no contar con las ventajas adaptativas necesarias como para sobrevivir a las bajas temperaturas que asolaron la Tierra durante aquel evento de extinción masiva”, explicó Matías Motta, también becario doctoral del Conicet en el MACN y otro de los autores del trabajo.
Su hallazgo permitiría entender por qué ciertos reptiles sobrevivieron a la extinción masiva.
En Madagascar encontraron fósiles de un tiburón inédito
En la cuenca Mahajanga, en el noroeste del país africano Madagascar, un grupo de expertos de la Universidad estadounidense de Northern Illinois, comandado por Karen Samonds, recolectó dientes aislados, placas dentales y espinas de rayas, sedimentos costeros antiguos de las regiones Ampazony y Katsepy de la cuenca que datan del Eoceno medio y tardío. De esta manera, identificaron al menos 10 especies de tiburones y rayas, incluida una nueva: Carcharhinus underwoodi. Es el tipo más antiguo identificado de Carcharhinus, un género que se dispersó por todo el mundo durante los últimos 35 millones de años pero que, hasta ahora, se conoce raramente entre los investigadores del Eoceno.