Kyky Michi, la neuquina que busca ser la mejor Drag Queen del país

Diez años atrás, en un mundo en el que las diversidades siempre estuvieron pero las sociedades se encargaron de ocultar, Kiara Michelle, mejor conocida como Kyky Michi, empezó a dedicarse al arte Drag.

Nacida y criada en la ciudad de Neuquén, la feminidad la tuvo siempre a flor de piel. Asistió a una escuela técnica de la capital y sus amistades las hizo con sus compañeras. Era con quienes más se sentía cómoda.

“Por ser abiertamente gay, recibí mucho bullying en la escuela. En ese momento no se hablaba mucho del tema”, recordó Kyky, hoy con 30 años y una vida dedicada al maquillaje, la peluquería, los vestidos, la actuación y el baile.

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Su personalidad la salvó. “Me fui curtiendo”, dijo. Basó su día a día en un personaje. “En esta vida, si sos trans y no le pones humor y actitud, la pasas mal”, aseguró a LMNeuquén. Y esa manera de enfrentarse al mundo la potenció para ser versátil y crear un combo que le permita vivir de lo que le gusta.

Cuando cumplió 20 años empezó a dedicarse al arte Drag desde el maquillaje, su mayor fuerte. Con el inmenso apoyo de su madre, comenzó a ampliarse para poder ser cada vez más creativa y lograr así distintos personajes. Nacía así una nueva figura artística en Neuquén.

Una experiencia sin tanto brillo

Presentaciones, shows de humor, eventos y fiestas le permitieron mostrar su identidad. Pero según ella misma admite, dentro del mismo colectivo LGBTIQ+ se viven situaciones de discriminación.

“Hace un tiempo me presenté en un concurso Drag en un boliche de Cipolletti y sufrí mucha discriminación. Es raro que haya personas transgénero haciendo de Drag Queen”, contó Kyky y reconoció haber sentido inseguridad.

Sin embargo, una vez más, no dejó que el contexto le afecte demasiado y realizó su presentación sintiéndose muy apoyada por su entorno. Y no solo se presentó, sino que también fue la ganadora del certamen.

Su familia y el nacimiento de Kyky Michi

Cada familia es un mundo. Es lo que siempre se dice. Y la de Kyky no es la excepción. Con altos y bajos, son personas que apoyan mucho todo lo que hace, sobre todo, vuelve a resaltar, su mamá.

“Desde el momento uno me ayudó con mis vestuarios y me acompañó a todos lados. Hace 10 años que hago esto y ella siempre estuvo”, puntualizó.

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En el camino de desarrollarse en el arte Drag nació su nombre artístico. Corría el 2011 cuando su identidad autopercibida pasó a ser Kiara Michelle, para luego de una sesión de fotos modificarse y convertise en Kyky Michi.

“Mi identidad la fui creando. Empecé a vivir el maquillaje como arte y me sentí libre. Lo llevaba día a día, replanteandome mi identidad porque nunca me sentí cómoda con ser varón, siempre me autopercibí marica y después trans”, resaltó.

Sin embargo, el camino de aceptarse a uno mismo no es fácil. Kyky se encontró con ella misma y aceptar su identidad fue muy bueno para ella, a pesar de la carga que esto conlleva por la transfobia. “Nos falta aprender mucho. No me gusta invisibilizar que soy trans. Me siento no binaria y elijo día a día serlo”, remarcó.

La pandemia, el trabajo y una nueva pasión

Con la llegada del COVID a la vida de todo el mundo, Kyky entró en una crisis intensa. Su trabajo es con la gente: maquillar, peinar, modelar, asistir a eventos, entre otras actividades del rubro. A todo eso, durante una gran parte de tiempo, se lo llevó puesto la pandemia.

Pero toda esta angustia y desesperación se aplacó con la llegada de una nueva pasión. Kyky empezó a estudiar la carrera de Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). “La pandemia me ayudó a enfocarme y saber qué quería hacer”, especificó.

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Y la llegada de esta profesión no fue azarosa ya que la escuela a la que asistía era técnica y la especialidad era química. “Me gusta aprender, me gusta la ciencia. Y la química tiene mucho que ver con la producción de cosméticos, de productos capilares”, indicó y afirmó: “Me gustaría mucho ser profe de química porque explica gran parte del universo que nos rodea”.

2022 y una propuesta superadora

A finales del año pasado llegó una oportunidad que Kyky no podía dejar pasar. Una productora se encontraba en la búsqueda de participantes para la segunda temporada de Juego de reinas, un reality show al estilo Rupaul: carrera de Drags, en el que se busca a la superestrella Drag de la Argentina.

La convocatoria fue por Instagram y la neuquina no dudó en enviar sus datos. “Este es el momento”, dijo. Y quedó entre las primeras 30 seleccionadas, para luego, después de un casting, quedar entre las 15 participantes definitivas que concursan en el programa, además de ser la única del grupo que representa no solo a Neuquén sino también a la Patagonia.

El 26 de febrero partió rumbo a Salta, provincia en la que se graba y emite el programa, vía Canal 10. También será publicado en YouTube a partir del próximo 1 de julio, donde se podrán ver los 10 episodios que componen al reality show.

Desde Neuquén capital hasta el norte argentino, con al menos cuatro valijas en la bodega del colectivo que la transportó, Kyky emprendió este desafío con todos los riesgos que ello implica pero en busca de la felicidad y de ser parte de la visibilización del arte Drag.

En la actualidad permanece en Salta, donde no solo participa de los desafíos que le imponen (de vestuario, maquillaje, peluquería, baile, entre otros) sino que también debe convivir con el resto de las participantes dentro de un hotel, al mejor estilo Gran Hermano.

No obstante, haber tenido que dejar toda su vida personal y laboral de Neuquén la obligó a buscar ayuda.

“Pido colaboraciones para solventar ciertas cuestiones del arte Drag como comprar insumos, pagar algunas deudas que se me hicieron por la compra de zapatos y de telas”, especificó Kyky.

La ayuda no tiene que ser únicamente económica. También se puede donar ropa y calzado. Para esto, los interesados pueden comunicarse al 299-260039 o por su perfil de Instagram @Kyky.Michi.

Lógicamente hay detalles de sus vivencias hasta el momento que no pudo brindar para no spoilear la trama del programa, pero sin dudas está feliz por todo lo que vive día a día. Y sus expectativas de llegar a la final (que se grabará en septiembre) son mucho más que altas.