La apasionante historia de los evangelios ocultos
Las revelaciones de los Evangelios que han estado ocultos por años en la explicación del filósofo Francisco García Bazán.
La Biblia tal cual la conocemos hoy, fue tomando forma a partir del devenir histórico y la interpretación de quienes recopilaron sus evangelios, que hoy conocemos como canónicos o aceptados. Además de estos Evangelios del canon, reconocidos y aceptados por las distintas autoridades religiosas, existen los Evangelios Apócrifos u Ocultos.
El escritor Jorge Luis Borges escribió al respecto de los Evangelios Apócrifos: “Este libro no contradice a los evangelios del canon. Narra con extrañas variaciones la misma biografía. Nos revela milagros inesperados. Nos dice que a la edad de cinco años Jesús modeló con arcilla unos gorriones que, ante el estupor de los niños que jugaban con él, alzaron el vuelo y se perdieron en el aire cantando. Le atribuye asimismo crueles milagros, propios de un niño todopoderoso que no ha alcanzado todavía el uso de la razón. Para el antiguo Testamento, el Infierno (Sheol) es la sepultura; para los tercetos de la Comedia, un sistema de cárceles subterráneas, de topografía precisa; en este libro es un personaje soberbio que dialoga con Satanás, Príncipe de la Muerte, y que glorifica al Señor”
Se trata de una serie de Evangelios, que por diversas cuestiones no habían sido incluidos como parte del compendio bíblico, ya sea porque se creían perdidos o extraviados, o porque su contenido o procedencia se consideraba herético, es decir, contrario al dogma establecido.
Los hallazgos de estos textos, a partir de descubrimientos arqueológicos han permitido conocer a los expertos, enseñanzas y rasgos desconocidos de la vida de Jesús y los profetas. El filósofo e investigador Francisco García Bazán de amplia trayectoria en el estudio de estos temas, entrevistado por LM Neuquén nos cuenta:
“El término “apócrifo” (proveniente del adjetivo griego apókryphon) tiene una interesante carrera de significados en el cristianismo de los primeros siglos, cuando se va formando una doctrina mayoritaria y oficial, que se opone significativamente al vocablo que llega a ser más familiar “apocalipsis”, pues mientras que este vocablo viene a significar “revelación” externa a partir de lo oculto; el otro vocablo llega a expresar rigurosamente entre los que saben, los gnósticos y creyentes afines, lo contrario, manifestación luminosa interior de lo que por naturaleza es escondido.
¿Por qué nos referimos a algunos de ellos como los Evangelios Perdidos?
Porque al haberse generalizado culturalmente desde el siglo III en Occidente la idea canónica del conjunto seleccionado de los libros que constituyen el patrimonio escrito que es el núcleo tradicional o transmitido de la Iglesia, estos evangelios que narran especialmente historias paralelas y anécdotas de la historia familiar y privada de Jesús de Nazaret, han perdido utilidad ante la transmisión única que es de mayor provecho para la conservación de las instituciones que tienen un culto, un credo y una ética comunitaria, es decir, transferida entre sí por los grupos mayoritarios de creyentes en la totalidad o mayor parte de la sociedad occidental.
¿Cuál es el valor de los Evangelios Apócrifos?
De acuerdo con lo dicho son libros útiles para comprender y valorar las creencias religiosas cristianas dentro de una historia que supera los dos milenios y que no es unánimemente unilateral, ya que posee múltiples aspectos, porque ha acompañado a la historia de Occidente con sus acuerdos y conflictos políticos y culturales.
¿Por qué no se han incorporado a los Evangelios Canónicos?
Porque desde que prevaleció entre las grandes Iglesias locales primitivas, especialmente de la Cuenca del Mediterráneo, principios de organización comunitarios eficaces fortalecidos por una jerarquía gradual de obispos, presbíteros y diáconos, en este orden de autoridad confiable, como sucedió en Roma y Alejandría, quedaron en segundo lugar otras comunidades.
Así, el significado mayoritario de esas comunidades de creyentes orientadas por guías religiosos con superiores capacidades de convicción, saber y gobierno, apoyados en la selección de tradiciones orales y escritas semejantes, sobre otras menores (judaizantes y gnostizantes) el fin de la eficiencia, en el gobierno local de las pequeñas mayorías, se impuso con fines de conservación comunitaria sobre las ideas de parentesco e inteligencia de grupos menores.
¿Quiénes fueron los Gnósticos?
En los primeros tiempos cristianos, como se acaba de explicar, razonablemente la diversidad de esos grupos en contacto con la predicación y las narraciones de la vida de Jesús de Nazaret precedió a la aspiración a la uniformidad de su existencia y enseñanza.
En las narraciones de los escritos apócrifos esto se transmite espontáneamente, según hemos referido, pero en esta diversidad de los grupos seguidores de Jesús unos años después de los relatos sobre Jesús, los modelos de vida y enseñanza sobre el reconocimiento unitario del ideal del maestro, aparecieron tras su muerte en la cruz y las noticias asimismo asumidas de la Resurrección, relatos narrados de unos acontecimientos salvadores y asimismo las interpretaciones de estos relatos extraordinarios.
Este amplio grupo de seguidores quiso transmitir estos hechos y enseñanzas recibidos por estos antiguos testigos privilegiados, entre los que se pueden distinguir tres sectores y niveles de interpretación según la documentación a la que tenemos acceso: 1- los cristianos judíos, que son una mayoría entre los que se cuenta un grupo amplio de judíos, 2- otro menor que éste de gentiles respetuosos de la religiosidad de los hebreos, pero ajenos a sus creencias y prácticas tradicionales pues por cultura y convicción son abiertos al cosmopolitismo inaugurado por el genio político de Alejandro el Macedonio y 3- otro más pequeño íntimo al Salvador, al que guiaban sus hermanos, el líder espiritual Santiago y el hermano menor Tomás, el Mellizo de Jesús, Judas Toumás. Siguiendo la lectura de las sentencias del Evangelio de Tomás, descubierto completo entre los escritos de Nag Hammadi, es posible corroborar la veracidad de estas noticias.
¿Qué son los Evangelios Gnósticos?
El Evangelio de Tomás, el Evangelio de Felipe, el Evangelio de la Verdad, el Evangelio de los egipcios e incluso el Libro secreto de Juan, y otros mencionados por los heresiólogos cristianos de “la gran Iglesia”, expresión ésta utilizada por Orígenes para distinguir a los cristianos autodenominados “ortodoxos” o seguidores de la verdadera doctrina contra los “heterodoxos” o seguidores de una opción doctrinal falsa.
Son libros de maestros cristianos gnósticos que exponen aspectos diversos de la doctrina gnóstica, en su plano “secreto” contra los que Ireneo de Lyón antes del año 180 protestaba como pretendido defensor de la ortodoxia, escribiendo: “que los herejes se jactan de poseer más evangelios de los que realmente existen”, molestándole al mismo tiempo su difusión.
Son rasgos básicos de estos documentos la exigencia de la difusión secreta de ellos por su núcleo esotérico, fundamentado en la calidad de la enseñanza o mensaje que se restringe a los miembros de las agrupaciones que son capaces de comprender su profundidad, --es el evangélico “no echéis margaritas a los cerdos”, las personas espirituales o pneumáticas. Si antes teníamos a disposición escasos fragmentos de estos escritos desde mediados del pasado siglo XX, el lector tiene a disposición los textos directos de que hemos hablado más arriba traducidos de la lengua copta a las lenguas europeas modernas, entre ellas al castellano, al formar parte de los trece códices de la llamada “Biblioteca de Nag Hammadi” descubierta a fines del año 1945 en la zona geográfica de Egipto mencionada, con traducción directa al español desde el año 1999.
¿Los hallazgos arqueológicos y su interpretación pueden llegar a modificar el Dogma de la Iglesia
Según mi sincera impresión de creyente educado desde mi niñez en las creencias cristianas, particularmente la católica, la lectura y estudio de estos documentos influye, sin duda, en la interpretación más profunda, clara y precisa de los documentos de la Iglesia cristiana primitiva, al mismo tiempo históricos, metafísicos, filosóficos y religiosos, pero es muy difícil que lleguen a influenciar en la interpretación que circula por la inmensa mayoría de los religiosos y las personas de formación cristiana, en las que pese a su buena voluntad gravita la educación religiosa basada en una transmisión catequética de siglos en lo esencial.
Se trata de reliquias del pasado que enriquecen el pensamiento de los creyentes con cultura religiosa intelectualmente madura. Por eso estos textos y sus doctrinas se enseñan en los centros especializados y universitarios, ocupando su lugar en las Historias Generales de la Iglesia y las publicaciones especializadas y enciclopedias de buen nivel, y en la enseñanza superior dedicada a los fenómenos culturales religiosos. Desde aquí a su transferencia activa en los estratos religiosos generales se mantiene un gran trecho a recorrer.
¿Continúan descubriéndose y descifrándose los Evangelios Apócrifos?
Cada vez que aparecen sorpresivamente documentos escondidos de las grandes religiones y los fenómenos culturales de carácter humanamente profundo, bien sean de naturaleza estética, religiosa, filosófica o metafísica, la sensibilidad de la cultura especializada, se moviliza de inmediato, aunque la reacción de las organizaciones político-sociales y económicas que las deben apoyar y servir de puente a la generalidad, sea más lenta. Los ejemplos de los fragmentos de documentos hallados en Oxirrinco en el Alto Egipto, de los escritos de Qumrân encontrados en Israel, de los manuscritos de Nag-Hammadi también descubiertos en Egipto, o de El Evangelio de Judas dentro del Códice Tchacos hallado en el Egipto Medio más recientemente, ya avanzada la primera década del presente siglo, que se trata de un mensaje declaradamente gnóstico, igual que los otros tres documentos que conforman el códice, dos ejemplares diversos del Apocalipsis de Santiago y un fragmento del Alógenes, confirman la complejidad de difusión del material al que nos estamos refiriendo.
¿Aportan estos Evangelios una idea más humana sobre Jesús de Nazareth en cuanto a su interpretación con los tiempos que vivimos?
El mensaje que envuelven los evangelios gnósticos es una apelación al descubrimiento de lo eterno que está encubierto o escondido y generalmente inactivo en el hombre. Esta situación es ignorada y remonta a los orígenes del cosmos. Como enseñanza eterna está dormida, porque la mantienen en este estado las actividades que la acompañan en el mundo de la caída manifestadas por un cuerpo (sôma) perecedero y un alma (psyque), principio de vida y movimiento, que es simple reflejo de la experiencia del conocimiento en sí mismo, que es siempre conocimiento sin interrupción y que la ignorancia aspira a aniquilar o por lo menos a frustrar. Evidencia o desconocimiento e ignorancia es la oposición incontrastable que se juega en esta dualidad que apela a sus seguidores correspondientes.
El Filósofo Francisco García Bazán comenzó a estudiar el pensamiento gnóstico en los seminarios de la carrera de Filosofía dirigidos por José Severino Croatto y el profesor Armando Asti Vera, desde hace ya más 55 años. Comenzó la tarea con monografías sobre el dualismo de la religión y el pensamiento persa, publicando la tesis de Licenciatura sobre “Gnosis. La esencia del dualismo gnóstico”, publicada en 1971 y reeditada ampliada en 1978.
Ingresó a la Carrera de Investigador del CONICET en la que ha cumplido el medio siglo en este año como Investigador Superior, el grado más alto del escalafón científico. A los cuarenta y siete libros publicados en Argentina y España, se deben agregar centenares de artículos editados en revistas, enciclopedias, diccionarios, y recensiones bibliográficas publicadas en el país, Sudamérica, Estados Unidos, Europa, Israel y la India. Su actividad académica es reconocida internacionalmente a través de citas y recensiones de su producción de investigación en todo el mundo de la cultura.
Santiago Rosa
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