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La Mañana

La derrota del negacionismo

Puede ser una herramienta más y se vincula con la dinámica social y política del país.

Será necesaria, será suficiente una ley que castigue las expresiones negacionistas sobre los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Esa es la pregunta que surge a partir de la idea que por estas horas analiza el presidente Alberto Fernández de impulsar en nuestro país una ley que penalice el negacionismo de la dictadura, tomando como base la que rige en Francia contra los que rechazan el Holocausto.

Claro está que la puesta en marcha de una normativa de este tipo no implicaría que se eviten o eliminen los pensamientos negacionistas. Los especialistas en estudiar los efectos de los genocidios en las sociedades advierten que no se pueden tener expectativas de que los negacionismos sean derrotados. En todo caso, señalan, la normativa puede ser una herramienta más y tiene vinculación con la dinámica social y política del país.

El negacionismo es un término usado para describir un fenómeno cultural, político y jurídico, que se expresa en discursos que tienen en común la negación, al menos parcial, de la realidad de los hechos históricos percibidos por la mayor parte de la gente como hechos de máxima injusticia. “Negar una realidad significa borrar la historia”, dijo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

En los últimos años, en la Argentina hubo un negacionismo desde el propio Estado de lo ocurrido entre 1976 y 1983 y que se focalizó en el número de desaparecidos. Ese negacionismo estatal es una de las formas más graves y violentas de negacionismo y un retroceso para un país que logró llevar a juicio a los responsables de cometer los delitos más aberrantes ocurridos en la historia argentina.

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