La Municipalidad incrementó los controles y las multas. La zona de Plaza de las Banderas y Olascoaga cerca del río son los lugares más problemáticos.
Con la liberación de la circulación y la flexibilización casi absoluta de las restricciones que se habían aplicado producto de la pandemia, volvió a darse en la ciudad un problema que genera molestias pero que, fundamentalmente, representa un peligro para la seguridad vial: las picadas a bordo de motos y automóviles.
Los puntos más conflictivos, y en donde la Municipalidad debe intervenir casi a diario, son la Plaza de las Banderas en el alto neuquino en la bajada por Avenida Argentina hasta Leloir y la zona del río por Olascoaga en el tramo Democracia-Purmamarca. Allí, en ocasiones se genera hasta un circuito en el que también se utilizan otras calles paralelas a Olascoaga en combinación con intersecciones como Chocón.
“Es un problema grave en la ciudad a pesar de que los controlamos y lo advertimos todo el tiempo. Vamos a ser inflexibles con esto, no solo por la molestia para los vecinos sino porque está reñido con las normativas y por eso estamos dando cumplimiento al código contravencional”, advirtió Francisco Baggio, subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana de la Municipalidad, quien dijo, además, que para abordar esta situación se realizan campañas de concientización con el observatorio vial, que tiene mucha experiencia en la materia, además del control de estas contravenciones mediante el equipo de tránsito de la Municipalidad y los operativos cerrojo en conjunto con la policía.
-> ¿Qué se hace una vez que una persona es detenida por realizar picadas?
Además de que se le secuestra el vehículo, a la persona que incurrió en esto le puede caber la sanción de hasta tres contravenciones: escape no reglamentario, ruido molesto y conducción temeraria, todo ello tipificado en el Código Contravencional de la ciudad.
Y, luego, para recuperar la moto o el auto esa persona debe retirar el elemento que genera el escape no reglamentario y el ruido. y colocar un silenciador. Ese cambio lo debe hacer el infractor en el momento, dado que si no lo hace no se puede llevar el vehículo. Además, esos caños no permitidos se los queda la Municipalidad, se rompen y luego son llevados para compactación. De hecho, hace dos semanas atrás se destruyeron 50 caños.
“Son caros esos elementos que les ponen a los vehículos. Por eso le advertimos a la gente que los tenga que se lo saque a las motos o autos porque si no se los vamos a sacar nosotros y el costo será el doble ya que van a desguace”, apuntó Baggio. El funcionario recordó que estos dispositivos generan un aumento en la potencia de los motores y que se utilizan para las competencias deportivas de motociclismo o automovilismo. “Se venden libremente y contra eso no se puede hacer nada pero el que lo coloca y lo utiliza en la vía publica lo está haciendo en contra de lo que marca a ley”, apuntó.
En cuanto al costo de las multas, para la falta de silenciador el artículo 273 del Código Contravencional prevé una sanción de 50 a 500 unidades fijas, según la gravedad del caso, con penas económicas que van de los 3.000 hasta los 30.000 pesos. Por ruidos molestos (artículo 274) la sanción es de 50 a 500 unidades fijas por los mismos valores: de $3000 hasta $30.000.
En cuanto a las picadas (artículo 332), por conducir a exceso de velocidad, compitiendo con varios autos, la sanción que corresponde va en el rango de 500 a 2000 unidades fijas, lo que implica una multa de un valor de entre $30.000 y hasta $ 120.000, más la suspensión de la licencia de conducir por 12 meses. A eso se puede sumar la aplicación del artículo 318, que implica “marcha temeraria, imprudencia o negligencia, que pueda causar daño a terceros o a sí mismo”, que contempla una sanción que va de las 50 a las 500 unidades fijas, por un valor de entre $3.000 y hasta $30.000.
Ninguna de estas faltas admite pago voluntario, por lo que la persona sancionada debe presentarse en el Juzgado de Faltas a realizar su descargo. Las cuatro contravenciones pueden aplicarse por separado o todas juntas, según el caso.
En la actualidad hay 24 inspectores de tránsito en moto, y esos agentes son lo que trabajan en la prevención de ruidos molestos y todas las contravenciones estipuladas en los artículos del Código, relacionadas con este tema.
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