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La Mañana Toma

Los desalojaron de la toma y les dan un terreno en el mismo lugar

Tras la intensa represión de 2017 en Parque Industrial, 35 familias armaron una cooperativa y consiguieron que les adjudiquen uno de los predios que ocuparon.

Fueron tapa de los diarios en junio de 2017, cuando los desalojaron por la fuerza de una toma en Parque Industrial. Después de perder lo poco que tenían y quedar en la calle, les llegó la oferta inesperada de conformar una cooperativa de viviendas. Hubo 35 familias que aceptaron y, por las vueltas de la vida, les adjudicaron uno de los terrenos que habían ocupado, justo enfrente del lugar donde los corrió la Policía.

La cooperativa se llama San Sebastián, en honor al mítico cura de Parque Industrial, que siempre veló por las familias sin techo. Su presidenta, Mariel Baeza, participó en las tres tomas fallidas dentro del barrio y, en la fatídica madrugada del 6 de junio de 2017, sufrió en carne propia el desalojo que conmocionó a toda una provincia

El predio que les adjudicaron queda sobre la calle Conquistadores del Desierto y Enrique Mosconi. Es el mismo terreno que Mariel ocupó hace cinco años, en una toma que se disolvió antes de llegar a consolidarse. En la vereda de enfrente, está el lote del que los desalojaron en 2017 y que los convirtió en la noticia del mes.

Mariel explicó que las ocupaciones de aquella época surgieron por la gran cantidad jóvenes del barrio sin posibilidad de acceder a una vivienda. Tras deambular de aquí para allá y con una primera experiencia fallida, organizaron la segunda toma sobre la barda, en un espacio que se usaba como cancha. "Ahí éramos poco más de 20 familias y nos desalojaron cuando fuimos a una conciliación en la Defensoría del Pueblo, pero nos dejaron sacar nuestra ropa y las carpas", relató.

Agregó que no tenían dónde ir "y estuvimos unos días viviendo en la comisión vecinal del barrio, con la única respuesta de darnos un cheque para un par de meses de alquiler; por eso, el 20 de abril, se tomó la decisión de volver a tomar en el patinódromo, que es un predio muy grande que estaba abandonado".

Desalojo de la toma de Parque Industrial.

Esa tercera toma parecía ser la definitiva. Permanecieron en el lugar hasta junio y muchos empezaron a levantar viviendas precarias. Mariel comentó que todos pensaban que lo peor había quedado atrás "cuando nos agarró de sorpresa el desalojo a las 4 de la mañana y duró hasta las 11 de la noche, que nos dolió mucho porque teníamos las casillas armadas y nos llevaron las garrafas, las cocinas, todo lo que teníamos".

Fue tal el impacto del operativo policial que, al otro día, se hizo una multitudinaria marcha de repudio. En esta tercera toma, había cerca de 80 familias, la mayoría de Parque Industrial, que habían quedado en la calle sin sus pertenencias, después de momentos traumáticos con sus pequeños aún dormidos.

Al día siguiente de la movilización, las familias fueron a entregarle una nota al gobernador Omar Gutiérrez. Llegaron a la esquina de Roca y Rioja y los cruzó la Policía. Mientras trataban de explicar por qué estaban ahí, se produjo una situación fortuita que les cambió el destino.

"Justo venía entrando el gobernador, así que fuimos corriendo y le entregamos la nota en mano; él la recibió, nos pidió un número de teléfono y, a los 10 minutos, nos llamó la secretaria para que fuéramos a una reunión", recordó Mariel.

Los recibió el entonces subsecretario de Gobierno, Juan Pablo Prezzoli, y les propuso conformar una cooperativa de vivienda. La mitad de las familias se negó, por temor a que usen sus datos personales para abrirles una causa penal. Con desconfianza, las 35 restantes aceptaron la oferta.

Prezzoli y el actual intendente, Mariano Gaido, hicieron gestiones ante el INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social), para que les den prioridad al sacar la matrícula. La recibieron en seis meses, cuando el plazo habitual son dos años.

Luego, vino el tire y afloje con el Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU). Les indicaron que sólo había cupos de cinco terrenos como máximo entre Centenario y Plottier, pero las familias solicitaron que no las separaran.

Fue tal la insistencia, que les adjudicaron el predio de Parque Industrial, que tiene espacio suficiente para las 35 casas. Mariel dijo que fue como una paradoja porque "ese terreno lo tomamos una vez, un poquito antes de los otros dos conflictos" y ahora les ofrecían comprarlo con un cómodo financiamiento.

El IPVU les entregará el lote con la platea y les dará materiales para que ellos construyan sus viviendas con esfuerzo propio. El predio tiene agua de red, se habilitó la luz y restan las conexiones para el gas y las cloacas.

La expectativa de las familias es construir este mismo año y tener sus casas antes de diciembre. Recién cuando se muden, empezarán a pagar en cuotas el terreno y los materiales. "Estamos muy contentos, esperanzados y ansiosos", confió Mariel.

Como el proceso es lento y se demoró por la pandemia, en febrero de este año, les entregaron las tenencias precarias de sus lotes. Al igual que el resto, Mariel y su pareja, nacidos y criados en Parque Industrial, aguardan con ansias la mudanza. Hoy viven en una vivienda prestada por un familiar en Balsa Las Perlas.

"En mi caso, pasé por las tres tomas y uno cree que es fácil, aunque es algo que te trae muchas consecuencias", recalcó. Añadió que, en cambio, "la cooperativa te lleva tiempo, pero te da algo seguro y en condiciones".

Al mirar para atrás, considera que los ayudó la constancia, no bajar los brazos, y también tuvieron un poco de suerte, "porque justo nos cruzamos al gobernador y puede que no fuera lo mismo dejar la nota en la mesa de entradas".

Indicó que todo se destrabó "cuando pudimos encontrar un camino para que nos asesoren y nos ayuden, porque éramos familias desesperadas que queríamos un pedazo de tierra".

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