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Los microbasurales son un gran dolor de cabeza

Abundan en pocas cuadras sobre 12 de Septiembre. Los vecinos se quejan. El Municipio los limpia, pero a las horas vuelven a aparecer.

Mariel Retegui
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Neuquén
Los vecinos que residen en inmediaciones de la calle 12 de Septiembre, a ambos márgenes de las vías del ferrocarril, están hastiados de la continua e incesante proliferación de microbasurales. En una recorrida de este medio se pudo comprobar que entre las calles Gatica y Bejarano existen al menos 13. Si bien muchos de ellos son erradicados por el Municipio, a las horas dicen nuevamente presente y se levantan a orillas de las vías.

"Hay algunos sectores donde la iluminación es escasa y uno ve cómo la gente aprovecha, viene en unas camionetas 4x4, se detiene y arroja basura todo el tiempo. Esto es tierra de nadie", se indignó Dante, un vecino del barrio Militar.

De todo En la ciudad se tira a la vía pública botellas, pañales, neumáticos, tarros de pintura y hasta colchones.

En la intersección de las calles Soldado Desconocido y 12 de Septiembre, donde hay una boca de tormenta que suele quedar obstruida y dejar inundada esa arteria en los días lluviosos, aparece el primero y más significativo de los 13 microbasurales que están a la vista de todos.

A un costado de Anaya y 12 de Septiembre, en dirección al oeste, en el espacio que se extiende desde las vías hasta la calle aparece un foco infeccioso frente al predio de Cimalco.

Botellas de plástico, restos de obras, tarros de pintura, neumáticos viejos, un colchón, desperdicios que emanan olores nauseabundos y hasta un desvencijado órgano son algunos elementos con que los vecinos se pueden encontrar al lado de un cartel que advierte que ahí está prohibido arrojar basura. A cinco metros, una laguna de aguas servidas pervive frente a un cartel del Gobierno de la Provincia, que anuncia que ahí se construirá el Jardín de Infantes 58 del barrio Cumelén.

Hasta la calle Bejarano, sobre la margen norte, los microbasurales se suceden en su intersección con Nogueira, Saavedra y Chaco. Algunos vecinos o empresas plantaron árboles, desmalezaron, sembraron césped e incluso montaron una parrilla en esa franja contigua a las vías del tren. Al parecer es la fórmula para contrarrestar el arrojado de basura, tal como se observa a metros de la calle Primeros Pinos.

En tanto, sobre la margen sur otros ocho microbasurales se expanden a lo largo de la flamante bicisenda en su intersección con las calles Merlo, Catamarca, Trabajador Municipal, Uriburu, Bosch y Paso de los Indios.

Restos de partes de televisores, basura a medio quemar, mal olor y hábitos inadecuados de quienes arrojan residuos a cielo abierto conviven con el paso continuo de ciclistas y peatones.

"A cincuenta metros se van a topar con otros dos basurales. Esto es de nunca acabar, a la gente no le importa que se hagan focos infecciosos", se lamentó un hombre que pasaba por Uriburu y 12 de Septiembre en dirección a las vías.

Esta situación que se da en pocas cuadras se repite en varios puntos de la ciudad, donde los neuquinos tiran de todo fuera de sus viviendas sin tomar conciencia de los perjuicios que ocasionan a propios y extraños.

Limpieza
Juntan mugre en varios barrios

La presencia de microbasurales es una preocupación que no cesa. Día a día aparecen nuevas denuncias de vecinos que ven cómo muchas personas tiran en cualquier lugar camionadas de cosas que no hacen otra cosa que ensuciar la ciudad. Con el fin de erradicarlos, el Municipio hizo un operativo de limpieza en Confluencia, Gran Neuquén, Parque Industrial, Valentina Sur y Don Bosco III.

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