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La Mañana Neuquén

Mucha fruta y verdura que se consume no tiene controles

Desde el Mercado Concentrador denunciaron que en la ciudad funcionan al menos cinco galpones clandestinos, cuya mercadería no pasa por ninguna fiscalización.

Muchos camiones con frutas y verduras que vienen de otras provincias no terminan en el Mercado Concentrador, sino que bajan sus mercaderías en galpones clandestinos, que después distribuyen a los comercios minoristas.

Esto generó una alerta entre las autoridades municipales y el Ministerio de Industria, dado que toda esa producción se destina a consumo sin pasar por ningún tipo de control bromatológico.

Diego Molina, gerente del Mercado Concentrador, advirtió que ya se identificaron a cinco de estos galpones ilegales dentro del ejido de la ciudad de Neuquén pero que también los hay del otro lado del puente, en la vecina provincia de Río Negro.

“El Gobierno los está persiguiendo pero sabemos que siguen estando. Es una mercadería que va a parar a las ferias y verdulerías. Pasan directo sin control porque el mayor problema de la pandemia es que el Cippa, por inconvenientes de personal, casi no está funcionando”, aseguró.

“Los camiones nos saltan como intermediarios pero también saltean los controles de calidad que se hacen acá, que es lo que asegura que los productos sean aptos para el consumo”, señaló.

El gerente del Mercado Concentrador explicó que estos galpones reciben mercadería de otras provincias y de chacras de la zona, lo que es aún peor todavía, dado que un cítrico, por ejemplo, que llega desde otro lugar del país, pasa al menos por el control nacional que el Senasa tiene en las barreras sanitarias. En cambio, en el caso de los productos de chacra que se comercializan de manera ilegal van de la cosecha directo a estos galpones.

De todos modos, en ambos casos, si no pasan por el Mercado Concentrador, esa mercadería llega a una verdulería y de ahí a la mesa de los consumidores, sin una inspección que determine su salubridad.

La entidad, que concentra los grandes stock de fruta y verdura en la región, cuenta con un laboratorio de control de calidad del INTI, que analiza la inocuidad de los alimentos.

A partir de estos estudios, si se detecta alguna contaminación, se rastrea la procedencia y se puede llegar a la clausura del establecimiento desde el cual partió ese alimento.

“Por eso ahora estamos muy preocupados ante esta situación de los galpones clandestinos y nos pusimos a trabajar en una mesa con los municipios de Neuquén, Centenario y Plottier para encontrar una solución conjunta y, fundamentalmente, cuidar la salud de la población”, sostuvo Molina.

Precisó que la municipalidad de Neuquén clausuró en su momento estos establecimientos pero que después quienes los operan vuelven a abrir algo de similares características en otra parte de la ciudad. Incluso, dijo, se las ingenian para descargar en la ruta o en estaciones de servicio, donde trasvasan la mercadería a camiones más chicos.

Puestos sanitarios

Desde el punto de vista de los controles a los productos que llegan a la provincia de Neuquén, existe una barrera Norpatagónica, con ingresos en 25 de mayo, Río Colorado y por el kilómetro 714 en Bahía Blanca. Esos son los puntos estables que tiene el Senasa, además de otros móviles que utiliza el mismo organismo nacional sobre las rutas. Lo que se verifica ahí es el origen de una determinada producción y la documentación. Y dentro de la provincia la fiscalización la hace el Cippa, hoy con muchos inconvenientes de funcionamiento. Pero desde el punto de vista bromatológico, el único que fiscaliza la calidad de las mercaderías que se consumen en Neuquén es el Mercado Concentrador.

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