La firma alemana quiere cerrar tres plantas por las dificultades para competir con los autos eléctricos chinos.
Volkswagen, el gigante automovilístico alemán que durante décadas ha sido sinónimo de calidad e innovación en Europa, enfrenta una amenaza inminente proveniente de China, que no sólo invierte en tecnología y armamento. El gigante asiático está redefiniendo el mercado automovilístico europeo con su producción de vehículos eléctricos.
Este fenómeno, que parecía improbable hace unos años, está sucediendo a medida que los fabricantes chinos de vehículos eléctricos (EV) se establecen en Europa con modelos de bajo costo y alta tecnología.
Volkswagen anunció que cerrará tres plantas en Alemania
Así, las firmas chinas están ganando terreno rápidamente y erosionando la cuota de mercado de Volkswagen y otros fabricantes tradicionales.
La líder del comité de empresa de Volkswagen, Daniela Cavallo, acaba de anunciar a los empleados que van a cerrar al menos tres grandes plantas en Alemania y recortará más de 3.000 puestos de trabajo. Además de reducir los sueldos un 10%.
El tema es explosivo si se tienen en cuenta que Volkswagen nunca ha cerrado una planta en ningún lugar del mundo desde hace más de tres décadas.
Claro que el anuncio hizo estallar a los sindicatos, que están en pie de lucha. Pero la directiva afirma que es la única manera de poder bajar los costos y competir con los chinos.
Invasión de vehículos chinos
La estrategia china es directa: ofrecer vehículos eléctricos accesibles, con tecnología de punta y buena autonomía, dirigidos a un mercado europeo donde la movilidad sostenible está en auge.
Marcas como BYD, NIO y XPeng han entrado con fuerza en el mercado europeo con vehículos eléctricos que compiten en calidad y precio con las marcas locales.
A su favor tienen una infraestructura de fabricación robusta y la capacidad de ofrecer precios competitivos gracias a una cadena de suministro eficiente en China, donde muchos de los componentes, especialmente las baterías, son de producción local.
Los autos chinos son baratos y cuentan con tecnología de punta
Los europeos denuncian que China puede lograr bajos precios por dos motivos. Primero, el gobierno subvenciona la producción de vehículos. Segundo, tiene bajos salarios en el sector gracias al control de los sindicatos.
También hay que tener en cuenta otros factores. A diferencia de los fabricantes europeos, que aún dependen de componentes costosos y no han optimizado completamente la producción de vehículos eléctricos, los fabricantes chinos han invertido durante años en tecnología de baterías y en la fabricación en masa de automóviles.
Esto ha permitido que los precios de sus modelos sean considerablemente más bajos, algo que resulta atractivo para el consumidor europeo que desea hacer la transición hacia vehículos más limpios, sin romper su presupuesto.
Respuesta tardía de Volkswagen
Volkswagen ha intentado adaptarse al cambio hacia la electrificación, pero los resultados no han sido del todo satisfactorios. La transición del gigante alemán hacia los vehículos eléctricos se ha visto obstaculizada por problemas de software y retrasos en la producción, así como altos costos de fabricación que limitan su capacidad para ofrecer precios competitivos.
Volkswagen también enfrenta retos internos. La empresa está tratando de reducir su dependencia de los motores de combustión, aunque la transformación está siendo más lenta de lo esperado.
Los esfuerzos en tecnología de baterías y la infraestructura de carga en Europa tampoco han progresado tan rápido como los fabricantes chinos lo han hecho en sus propios mercados, dejando a Volkswagen en desventaja.
La estrategia europea ante la amenaza china
Este desequilibrio en el mercado está generando reacciones en toda Europa. La Comisión Europea ha iniciado investigaciones para evaluar si los fabricantes chinos de automóviles eléctricos están recibiendo subsidios desleales que les permitan reducir los costos de sus vehículos en el mercado europeo.
Ante la posibilidad de que se confirme esta práctica, la Unión Europea planea imponer aranceles adicionales de hasta un 45% a los vehículos chinos importados para compensar estas ventajas competitivas, proteger el empleo y apoyar a la industria automotriz local.
Europa quiere aplicar aranceles de 45% a los autos chinos
De aplicarse, estos aranceles buscarán reducir el impacto de los EV chinos en el mercado europeo, aunque también podrían encarecer los vehículos eléctricos disponibles, afectando al consumidor.
Además, estos aranceles podrían complicar las relaciones diplomáticas y comerciales con China, que representa un mercado clave para las exportaciones europeas, incluyendo a la propia Volkswagen, cuya presencia en China es significativa.
En este complejo escenario empresarial, los fabricantes de automóviles chinos necesitan obtener buenos resultados en Europa porque quedaron excluidos del mercado estadounidense.
El gobierno de Joe Biden impuso un arancel del 100% a los vehículos eléctricos fabricados en China y el mes pasado propuso prohibir software y hardware chinos clave en los vehículos.
La competencia está al rojo vivo y, al parecer, los que están perdiendo son los fabricantes de automóviles europeos.
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