Cómo hizo Nicolás Maduro para manipular los datos y quedarse con los votos en Venezuela
El chavismo puso en práctica todas sus artimañas y mecanismos de control para marginar a la oposición. Controla todos los resortes del poder.
Lo primero que hay que entender es que el régimen de Nicolás Maduro controla todos los resortes del poder en Venezuela, y eso incluye el Consejo Nacional Electoral, los efectivos de las Fuerzas Armadas que distribuyen las urnas, la Justicia y los medios de comunicación.
Desde hace años que en el país caribeño no hay instituciones del Estado independientes. Todas están manejadas por el Ejecutivo, que determina cualquier instancia, y más lo concerniente a las elecciones de este domingo.
El proceso que desembocó en este “fraude electoral”, como denuncia la oposición, viene desde hace tiempo y tuvo varias etapas.
La oposición denunció "fraude electoral" de Nicolás Maduro
La primera y más engañosa fue el acuerdo de Barbados, donde se reunió con la oposición a instancias de Estados Unidos, quien se volvió a involucrar porque necesitaba el petróleo venezolano, ya que se había frenado el crudo de Rusia a raíz de la guerra con Ucrania.
A cambio de reducir las sanciones internacionales, Maduro prometió cumplir con ese pacto, que implicaba elecciones transparentes y respeto de los resultados de los comicios. Finalmente, no respetó ninguna de las promesas.
1-Eliminación de candidatos opositores
Lo primero que hizo el chavismo es eliminar a los candidatos opositores que podían atraer votos. Para ello utilizó la justicia, donde jueces del régimen inhibieron primero a María Corina Machado, la figura más atractiva de los rivales, y luego a la historiadora Corina Yoris.
Esta maniobra la utilizó también en otras elecciones, como la del 2018, donde no permitió la participación de gran parte de los líderes opositores y también ilegalizó sus partidos, entre ellos Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP), Partido Unión y Entendimiento (Puente) y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
De esta manera le quedaba el espacio libre y una población apática y resignada a la continuidad del régimen.
No contó con que la oposición lograra en esta ocasión un dirigente de consenso, como Edmundo González Urrutía, un académico y diplomático desconocido que cobró relevancia por el apoyo de Corina Machado.
2-Voto de los venezolanos expulsados
En esta oportunidad Venezuela tenía más de 7.700.000 ciudadanos en el exterior, todos indignados con el régimen ya que se habían ido del país descontentos con la crisis económica y la represión política que había desencadenado Maduro.
De esta enorme cantidad, estaban en condición de votar más de 5.000.000. Pero el chavismo sólo incluyó en el padrón al 1%, una cantidad ínfima, ya que sabía que todos eran votos en contra.
La Argentina, donde se calcula que hay más de 270.000 venezolanos, es un ejemplo de lo ocurrido a nivel mundial. De esa cifra, sólo se habilitó a 2.800 personas para votar.
Hubo mucha gente que volvió a Venezuela para votar este domingo. Algunos viajaron en avión y otros en botes y lanchas desde países vecinos, pero sólo muy pocos pudieron hacerlo.
El proceso de inscripción fue muy corto, poco difundido y repleto de barreras legales que impidió el acceso al padrón.
3-Trabas burocráticas internas
Con el manejo total de los organismos públicos y de las instituciones del Estado, el chavismo puso en práctica una serie de trabas para impedir que los sectores críticos del gobierno accedieran a las urnas.
Esas trabas tenían que ver con las normas del país, que obliga a los venezolanos a registrarse para votar y mantener sus datos actualizados.
Las autoridades demoraron la actualización de los padrones en centros históricamente contrarios al voto chavista, y les dieron, en cambio, prioridad a los centros de zonas mayoritariamente favorables a sus intereses.
Además, repitieron algo que suelen hacer. A último momento cambiaron numerosos centros de votación en reductos antichavista para que la gente desistiera de ir a ejercer derecho.
Obtuvieron lo que buscaban: un número importante de votantes favorables a González Urrutia no pudieron hacerlo.
4-Marginación de fiscales opositores
El régimen controla el Consejo Nacional Electoral (CNE), que en definitiva es el que maneja los datos. Y fue el que en las últimas horas anunció el triunfo de Maduro con el 51,2% de los votos frente al 44,2% de Edmundo Gonzales.
El voto es electrónico en Venezuela. Las máquinas entregan un comprobante que luego debe ser depositado en una urna. La opción elegida se transcribe a una planilla que lleva la firma de todas las autoridades de mesa.
Este doble control permite comprobar que el cómputo electrónico coincida con el resultado de cada mesa.
Al dificultar el gobierno el acceso de los fiscales opositores, que en Venezuela denominan “Testigos”, impidieron que hubiese una buena fiscalización.
5-Dominio de datos
El último paso para revertir el resultado –las principales encuestadoras sostenían que González Urrutia había ganado por 70% a 30%- lo dio el Consejo Nacional Electoral.
Unas dos horas después del cierre, el CNE frenó la transmisión de datos desde los centros de votación para que la opositora Plataforma Unitaria no pudiera acceder al sistema.
Ahí determinó las planillas finales y anunció el triunfo de Maduro.
Para frenar cualquier reacción de la población, lanzaron los temidos colectivos chavistas, paramilitares que responden al gobierno, a bordo de motos y vehículos de alta gama.
Dispararon al aire cuando la gente intentaba agruparse para protestar, lo que impidió cualquier acto de rebeldía.
Con estos artilugios y maniobras, el chavismo sostiene que Maduro ganó las elecciones, para gobernar otros seis años más.
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