Su propio esposo le daba somníferos para que los demás abusaran de ella. El drama se prolongó por diez años.
El caso de violación sacude a todo Francia.
Un estremecedor caso de abuso sexual en grupo está conmoviendo a Francia. Este lunes, un tribunal en Aviñon comenzó a juzgar a 51 hombres acusados de violar a una mujer que, según se comprobó, era drogada por su propio marido para que los demás abusaran de ella.
El principal acusado es el esposo, Dominique Pelicot, quien hoy tiene 71 años. El hombre mezclaba somníferos en la comida y bebida de su esposa para dormirla e invitaba por Internet a decenas de hombres para que abusaran de ella.
La pareja tenía una relación de más de 50 años
Esto duró más de una década y recién se descubrió en 2020, cuando la policía detuvo al marido a raíz de otra denuncia. Inspeccionando sus celulares descubrieron fotos y videos de lo que hacía con su mujere.
Este proceso judicial, que sacudió a la población francesa, se considera uno de los más grandes en la historia reciente del país en términos de número de acusados por un solo crimen de agresión sexual.
Cómo descubrieron al marido
El caso se centra en Gisele, de 72 años, quien se presentó en el tribunal de Aviñón para la apertura del proceso, con anteojos de sol y en compañía de sus tres hijos, una mujer y dos varones.
Gisele y Dominique, un electricista y empresario del sector, se conocieron a los 18 años y estuvieron juntos durante 50 años. Nadie se dio cuenta de lo que sucedía, ni siquiera sus hijos.
Los abusos ocurrieron entre 2009 y 2020, según los informes judiciales, en diferentes lugares como hoteles y casas particulares de diversas ciudades francesas.
Nadie se dio cuenta de lo que sucedía, ni siquiera los hijos.
Gisele no recordaba nada de lo ocurrido, pero llevaba años en mal estado: adelgazó mucho y perdió pelo. Olvidaba días completos o quedaba en trance. Sus hijos y amigos pensaban que tenía alguna enfermedad, como alzhéimer.
Recién a fines de 2020 se enteró de lo que le estaba pasando cuando la policía la citó en una comisaría del sur de Francia.
Su marido, Dominique, había sido detenido por la denuncia de tres mujeres a las que intentó filmarlas por debajo de sus polleras en supermercados.
El hombre había sido detenido por la denuncia de tres mujeres
Al revisar los dos celulares, las cámaras de video y otros dispositivos del empresario, la policía descubrió más de 300 fotos y un video de una mujer inconsciente que era agredida sexualmente por varios hombres.
En varios mensajes de Skype, Dominique también se jactaba de haber drogado a su esposa e invitaba a otros hombres a mantener relaciones sexuales con ella mientras estaba inconsciente. Así comenzó una extensa investigación policial.
Qué descubrió la policía
En los dispositivos electrónicos de Dominique se hallaron más de 20.000 videos y fotos, rigurosamente fechados y etiquetados en una carpeta virtual a la que había titulado “abuso”.
La policía llevó a cabo una operación a gran escala, rastreando las direcciones IP y otros datos digitales que permitieron identificar a los acusados.
El marido guardaba videos y fotos de las violaciones.
Los investigadores incautaron dispositivos electrónicos y recopilaron mensajes que detallaban los encuentros. Así se supo que varios de los hombres involucrados mantenían contacto entre sí para planificar y coordinar estos ataques.
Las acusaciones indican que los perpetradores, presuntamente, se conocieron a través de un foro en Internet y orquestaron estos encuentros a lo largo de los años.
Durante los ataques, la mujer habría sido drogada con sustancias que la dejaron inconsciente o incapacitada para resistir, mientras era sometida a múltiples agresiones sexuales por parte de estos hombres.
El perfil de los acusados
Los 50 acusados provienen de diferentes estratos sociales y profesiones, desde camioneros, obreros, soldados, hasta ejecutivos de empresas.
Las edades varían entre 30 y 60 años. Este amplio espectro de edades y ocupaciones ha generado un debate en la sociedad francesa sobre cómo es posible que personas de tan diferentes trasfondos hayan estado involucradas en crímenes tan atroces.
Los abusadores acordaban los encuentros en una red social
El fiscal encargado del caso ha señalado que la magnitud de los delitos cometidos revela una “red organizada de depredadores sexuales” que operó con impunidad durante más de una década.
En su defensa, los acusados argumentan que era el esposo quien les permitía tener relación con la mujer y por lo tanto no lo veían como una violación.
Dominique, por su parte, reconoció lo que sucedía y no mostró arrepentimiento. Aceptó todos los cargos. Gisele se divorció de su marido una vez que fue detenido, y se cambió el apellido.
El juicio ha generado una oleada de indignación y protesta en Francia, con numerosos grupos feministas y defensores de derechos humanos exigiendo justicia para Gisele.
Manifestaciones se han llevado a cabo frente al tribunal donde se desarrolla el juicio, y muchos han expresado su preocupación por el fallo, temiendo que los acusados puedan recibir penas leves debido a la complejidad del caso.
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