León XIV: por qué Robert Prevost tiene nacionalidad peruana
En la década del 80 fue enviado como misionero por la Orden de San Agustín.
Robert Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015 debido a su profunda y extensa labor misionera y pastoral en el país sudamericano. Su vínculo con Perú se inició en 1985, poco después de su ordenación sacerdotal, cuando fue enviado como misionero por la Orden de San Agustín.
A lo largo de los años, Prevost desarrolló un fuerte compromiso con la comunidad peruana, trabajando en la formación de seminaristas, sirviendo en parroquias y asumiendo roles administrativos dentro de la Iglesia local. Su dedicación y cercanía lo llevaron a ser nombrado Obispo de Chiclayo en 2014, consolidando aún más su relación con el país.
La obtención de la nacionalidad peruana en 2015 fue un reconocimiento de este profundo arraigo y de su servicio a la Iglesia y al pueblo peruano durante décadas. Este gesto también refleja su identificación con la cultura y la realidad latinoamericana en general, lo cual es considerado un factor relevante en su elección como Papa. Su doble nacionalidad simboliza un puente entre América del Norte y del Sur, una perspectiva que podría influir en su pontificado.
La historia del papa León XIV
El Colegio Cardenalicio ha sorprendido al mundo con la elección del estadounidense Robert Prevost Martínez como el nuevo Papa de la Iglesia Católica. Nacido en Chicago en 1955, este agustino de 69 años, hasta ahora Prefecto del Dicasterio para los Obispos, asume el liderazgo de la Iglesia con una trayectoria marcada por su servicio en América Latina y su enfoque pastoral.
La designación de Prevost representa un giro inesperado para muchos, aunque su perfil moderado y su vasta experiencia en la Curia Romana lo sitúan como una figura capaz de tender puentes y consolidar el legado de su predecesor. Su ingreso a la Orden de San Agustín en 1977 y su ordenación sacerdotal en 1982 marcaron el inicio de una vida dedicada al servicio religioso.
Gran parte de su ministerio sacerdotal transcurrió en Perú, país al que llegó en 1985 y donde desarrolló una profunda conexión. Allí trabajó en la formación de seminaristas, en roles pastorales y administrativos, llegando a ser Obispo de Chiclayo en 2014. Su conocimiento de la realidad latinoamericana y su dominio del español son considerados activos importantes para su nuevo rol.
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