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La Mañana Irán

Por qué a Ebrahim Raisi, presidente de Irán, lo llamaban el "juez de la horca"

El pasado oculto del mandatario, que se reavivó con su muerte. La disputa de poder que se abre con su desaparición.

El gobierno de Irán confirmó este lunes que el presidente Ebrahim Raisi murió al estrellarse su helicóptero en una zona fronteriza con Azerbaiyán, lo que abre el juego a una disputa política interna entre los sectores moderados y ultrareligiosos por espacios de poder.

Raisi, de 63 años, era el número dos en el complejo sistema de gobierno iraní, ya que por encima del presidente está el líder supremo, el ayatollah Ali Jamenei (85). Pese a ello, el mandatario era una figura clave del poder y se creía que incluso podría ascender para reemplazar al propio Jamenei cuando muriera.

Junto a él murió otra personalidad importante iraní, el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian, enemigo destacado de Israel.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, junto al helicóptero oficial
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, junto al helicóptero oficial.

El presidente iraní, Ebrahim Raisi, junto al helicóptero oficial.

“El juez de la horca”

Raisi era un presidente de línea dura que en los últimos años impulsó el regreso del país a las creencias religiosas más rígidas, tal como las aplicaron los fundadores de la revolución islámica de 1979.

En junio de 2021 fue elegido Presidente con un perfil reformador. Muchos jóvenes lo votaron porque afirmaba que iba a luchar contra la corrupción y los problemas económicos, y llevaría adelante un cambio de las normas sociales que ahogaban a la población.

Sin embargo, una vez en el poder reafirmó las tradicionales leyes islámicas y reprimió las manifestaciones estudiantiles recientes contra el uso del velo.

Raisi venía de una familia shiíta muy conservadora y de joven participó activamente en la revolución islámica que derrocó al sha Reza Pahleví, respaldado por Occidente.

Su período más oscuro fue a finales de los años 80, cuando lo nombraron Fiscal Adjunto de Teherán. Fue uno de los cuatro jueces que conformaron el infame Comité de la Muerte, un tribunal secreto creado para juzgar a miles de prisioneros que se oponían al régimen.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y su par de Azerbaiyán, Ilham Aliyev,en un acto poco antes del accidente.
El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y su par de Azerbaiyán, Ilham Aliyev,en un acto poco antes del accidente.

El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, y su par de Azerbaiyán, Ilham Aliyev,en un acto poco antes del accidente.

Su principal blanco eran los miembros del Mujahedin-e Khalq, un grupo de izquierda que había participado de la revolución del 79, pero que luego se opuso a la inclinación ultraislámica del gobierno.

Desde su cargo en el Comité, Raisi ordenó miles de ejecuciones y sesiones de torturas. Los organismos de derechos humanos consideran que entre 4.000 y 5.000 fueron sometidos a desapariciones forzadas y asesinados en centros de detención en todo el país.

La gran mayoría moría ahorcado, un método de ejecución tradicional de la República Islámica. Por eso a Raisi se lo llamaba “el juez de la horca”.

“Miles de disidentes políticos fueron sistemáticamente sometidos a desaparición forzada en centros de detención iraníes en todo el país y ejecutados extrajudicialmente en cumplimiento de una orden emitida por el Líder Supremo de Irán y aplicada en todas las prisiones del país", denunció en su momento Amnistía Internacional.

El presidente de Azerbaiyán y el de Irán, poco antes del accidente del helicóptero.
El presidente de Azerbaiyán y el de Irán, poco antes del accidente del helicóptero.

El presidente de Azerbaiyán y el de Irán, poco antes del accidente del helicóptero.

Un gobierno de línea dura

El mandato de Raisi se caracterizó por un regreso a la línea más dura de los ultraislámicos, y a las rígidas normas conservadoras.

La “policía de la moral”, que hace cumplir en público el código de conducta islámico, reforzó la vigilancia en las calles. Y las fuerzas de seguridad convencionales eliminaron cualquier atisbo de rebelión.

Bajo su gobierno se desató la feroz represión contra los estudiantes que se habían rebelado tras la muerte de Mahsa Amini, la joven kurda que murió a manos de la policía tras ser arrestada por no llevar velo islámico.

Más de 500 manifestantes murieron por la violencia policial durante las masivas protestas y otros 20.000 fueron detenidos. Al menos una treintena de los arrestados terminaron en la horca.

El líder supremo de Irán, el ayatollah Alí Jamenei
El líder supremo de Irán, el ayatollah Alí Jamenei

El líder supremo de Irán, el ayatollah Alí Jamenei

En el ámbito internacional, Raisi jugó un papel relevante desde que se desató la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza. Los medios israelíes sostienen que fue uno de los principales impulsores de Hamás.

Su muerte abre un escenario complejo para Irán, pese a que la autoridad máxima sigue siendo el ayatollah Jomenei. Se cree que los sectores ultraislámicos aprovecharán su desaparición para afianzar su poder.

Esto puede resultar significativo en el marco internacional, donde Irán e Israel vienen escalando un discurso de confrontación.

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