En su trayecto por el Golfo de México provocan enormes marejadas. Expertos explican el fenómeno. Imágenes satelitales del huracán Milton.
La temporada de huracanes en el sur este de Estados Unidos llegó con una enorme violencia, que obligó a miles de personas a evacuar varias ciudades de Florida. En sólo dos semanas, y partiendo del Golfo de México, se formaron dos gigantescos centros ciclónicos.
El huracán Helen fue el primero, que provocó lluvias torrenciales, marejadas de más de tres metros e inundaciones hasta cientos de kilómetros tierra adentro.
Florida sufrió dos fuertes huracanes en pocos días: Helen y Milton
Ahora es tiempo del huracán Milton, que rápidamente se convirtió en categoría 5 y es considerado el quinto más intenso de la historia reciente. Si bien al tocar tierra disminuyó levemente su potencia, provocó marejadas de gran dimensión, vientos de más de 200 km por hora e inundaciones.
Según informaba la CNN, marejadas ciclónicas comenzaron en la costa del golfo de Florida, “mientras los poderosos vientos del huracán empujaban el agua del océano hacia tierras normalmente secas”.
El huracán también generó decenas de tornados, lluvias torrenciales y tormentas eléctricas que azotaron toda la costa.
Las imágenes que pudieron tomar desde el espacio los astronautas de la Estación Espacial Internacional son asombrosas. Muestran la enorme potencia de este fenómeno climático.
Cómo se forman los huracanes
Son varios los factores que deben confluir para que se concrete un huracán, pero los especialistas señalan que un hecho de los últimos años se convirtió en central: el incremento del calor en los océanos.
De acuerdo a los científicos, en las últimas semanas las aguas del Golfo de México tuvieron un evento de calor adicional que llaman “ola de calor marino”. Ese, afirman, fue el combustible extra para que se formaran estas tormentas devastadoras.
Olas de calor marino intensificaron la potencia de los huracanes
Brian Dzwonkowski, oceanógrafo de la Universidad del Sur de Alabama, señaló al diario Washington Post que “algunas partes del Golfo de México experimentaron diferentes grados de ola de calor durante todo el verano” boreal. En el Golfo, remarcó, “la temperatura llega a grandes profundidades”.
Estos episodios anormales de calor, apunta el experto, aumentan la evaporación del agua oceánica y hace que las tormentas crezcan rápidamente, sean más potentes y causen muchas precipitaciones.
Las temidas olas de calor marino
“Las olas de calor marinas son como los monstruos del futuro y tenemos que prepararnos para ese monstruo que va a sobrecargar y potenciar los ciclones tropicales hasta convertirlos en huracanes”, destaca Soheil Radfar, investigador de la Universidad de Alabama, a Washington Post.
Las condiciones atmosféricas y la temperatura de la superficie del océano son determinante en la fuerza de un huracán. Un océano muy caldeado puede elevar la peligrosidad de una tormenta, su velocidad y las precipitaciones.
La ola de calor marino, explican los científicos, son un factor extra en estos fenómenos climáticos.
El calentamiento global es un factor influyente
En estas dos últimas semanas hubo una ola de calor marino sobre el Golfo considerada por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica como “moderada a fuerte”.
Aún no se sabe con exactitud cuál es el origen, pero algunos expertos adjudican a varios factores, como un aumento del calentamiento solar, cambios en las corrientes de los océanos y, por supuesto, al calentamiento global producido por el hombre.
Hay otro hecho a tener en cuenta. Si bien la ola de calor marino es generalizada, el calor no es igual en todas las partes del Golfo de México. De hecho, en algunas regiones son más cálidas y profundas.
A esto los especialistas llaman “corriente en bucle” o “corriente circular”. Esas corrientes forman parte de un giro más amplio en el Atlántico Norte y llevan agua cálida del Caribe hacia el sector norte del Golfo.
Las corrientes en bucle circulan a un kilómetro de profundidad, formando una especie de depósito de agua cálida que da lugar a los huracanes.
La "corriente en bucle" alimenta los huracanes
“La corriente en bucle suele ser el agua más cálida del Golf. Básicamente, es una cantidad ilimitada de calor que puede alimentar a cualquier huracán que pase por encima”, dice Nan Walker, oceanógrafa de la Universidad Estatal de Luisiana.
Séverine Fournier, científica oceánica del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA, señala al Washington Post que “es la temperatura debajo de la superficie la que realmente intensifica los ciclones hasta convertirlos en huracanes de gran intensidad”.
De todas maneras, la experta aclara que los huracanes no responden sólo al calor del océano, sino que se producen gracias a una serie de requisitos, donde también influye la atmósfera.
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