Se quemaron más de 15.000 viviendas y hay casi 400 desaparecidos. El negocio inmobiliario y la negligencia en una de las peores tragedias del país.
Chile sigue combatiendo los devastadores incendios, los más mortíferos de su historia reciente, que arrasan con barrios enteros en el centro del país. Las últimas cifras son horrorosas: al menos 112 muertos y casi 400 desaparecidos.
El Comité para la Gestión del Riesgo de Desastres (Cogrid) también señala que son cerca de 15.000 las viviendas destruidas por las llamas, de las cuales 12.200 son de Viña del Mar y 2.700 de Quilpué.
El presidente Gabriel Boric la calificó como “la tragedia más grande desde el terremoto de 2010”. El gobierno decidió desplegar fuerzas militares en las zonas afectadas y aplicar un toque de queda debido a algunos saqueos.
El otro costado de esta crisis tiene que ver con la intencionalidad en el inicio de los focos de incendio, un tema que el gobierno prometió investigar y castigar.
De hecho, este domingo la policía detuvo en Viña del Mar a dos personas presuntamente vinculadas al inicio de los incendios en la región.
“Resulta difícil pensar que pudieran existir personas tan miserables y desalmadas capaces de causar tanta muerte y dolor”, afirmó Boric, para agregar con cautela: “Si estas personas existen, las vamos buscar, las vamos a encontrar y tendrán que enfrentar no solamente el repudio de la sociedad entera, sino también todo el peso del derecho y de la ley”.
Un desastre fulminante y fatal
Los incendios en Valparaíso comenzaron el viernes pasado por la mañana y se propagaron rápidamente por toda la zona debido a las altas e inusuales temperaturas que se están registrando en la región.
A esto se sumaron ráfagas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y una muy baja humedad, condiciones que favorecieron la expansión de las llamas.
Viña del Mar y Quilpué se encuentran entre las ciudades más golpeadas, con escenas realmente espantosas de vecindarios enteros envueltos en llamas, y los habitantes luchando desesperadamente por salvar sus vidas.
Las imágenes de los canales muestran casas y autos reducidos a cenizas en pocas horas. Las llamas se extendieron rápidamente y en algunos casos no le dieron tiempo a la gente a huir.
La ministra del Interior de Chile, Carolina Tohá, admitió que “todavía tenemos gran parte del territorio que no es accesible, en consecuencia no tenemos un levantamiento completo de víctimas”.
Además de los militares que recorren las zonas, hay aproximadamente 1.400 bomberos que están tratando de detener decenas de focos de incendio que aún están activos.
Intencionalidad, negligencia y negocios
En las últimas horas surgieron inquietantes sospechas sobre la intencionalidad de algunos focos de incendio, lo que aumenta consternación de la población. Ya en otras ocasiones pasó lo mismo.
Para los especialistas, la simultaneidad y ubicación estratégica de estos focos alimentan la hipótesis de que hubo alguien detrás.
El Superintendente de Bomberos de la Región de Valparaíso, Juan Paredes, lo confirmó en conferencia de prensa. Señaló que los incendios “son intencionales” y que incluso vieron a los causantes de los siniestros en la zona viñamarina de El Salto, uno de los lugares más afectados.
“Esto es totalmente intencional, eso es una realidad a la que tenemos que hacerle frente, porque se han quemado sectores que no tenían por qué quemarse”, afirmó Paredes.
Miguel Castillo, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, se pronunció en el mismo sentido. “Sucedieron focos simultáneos y eso es totalmente anormal", apunta.
Las versiones son varias, pero todo apunta a las constructoras y empresas inmobiliarias. El mecanismo sería el siguiente: tras el siniestro, las inmobiliarias adquieren el terreno afectado a muy bajo costo y luego piden “un cambio de uso de suelo”. Cuando obtienen el aval oficial, levantan sus edificios.
Esto se viene danto especialmente en Valparaiso, San Antonio y en el sur de Chile, según las denuncias de legisladores de izquierda.
Hace tiempo que en el Congreso hay tres iniciativas destinadas a romper con esta trampa. Los proyectos establecen una prohibición de 30 años para cambios de uso de suelo en terrenos afectados por incendios forestales. Así se evitaría que las inmobiliarias sigan con estas prácticas.
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